Joshua borro su sonrisa mientras observaba cada bello rasgo de Jeonghan, porque en este reconoció algunos del hombre que le torturo tantos años. ¿Por qué la vida siempre buscaba una forma de hacerte daño? Justo su alma gemela que es un amor de humano con un hermoso corazón, no habría nacido si no fuera por el romance de sus padres, siendo uno de estos el humano más cruel que ha conocido en su vida, que por suerte no era de esa manera con los humanos. Desearía poder odiar completamente al señor Yoon, pero no podía evitar agradecerle por ser quien fue parte de que su Jeonghan estuviera ahí, a su lado.
Odiaba no poder odiar completamente a alguien tan despreciable.
Suspiro frustrado y no queriendo que sus pensamientos algo deprimentes llegaran a quien su corazón tanto buscaba, se levantó y vistió con solo unos pantalones para ir a otro lado más tranquilo. Estuvo tentado a volver a su celda, pero se prometió que debía acostumbrarse a estar fuera, así que, recordando la huerta de su humano, se dirigió a esta siendo solo testigos las estrellas y la luna que brillaban sobre el nocturno cielo.
Le servía para calmarse el rodearse de vida, de naturaleza y cuidarla, así que lo que se podía hacer a esa hora de la noche para cuidar lo que planto Jeonghan, lo hizo. Quizás a futuro podría trabajar en algo de agricultura y con ayuda de algún hada para así demostrar los dotes que ambos tenían, produciendo la mejor calidad solo por el cariño y dedicación dada a las plantaciones.
Cuando acabo y se dirigió a la casona, se detuvo aun estando fuera para mirar al cielo, tomando asiento en el pasto para sonreírle levemente a la luna, pero su alma buscaba algo diferente.
- Ya no te culpo por todo el dolor que me dejaste sufrir, padre, pero solo porque la persona con la que enlazaste mi vida curo todo el daño hecho, curando heridas que pensé que se mantendrían expuestas para siempre, como si fuera un remedio, purificando la parte de mi alma que me podría haber vuelto un ángel corrompido e infeliz. Eres un imbécil inteligente – Hablo al cielo – Yo... solo te pido que me permitas encontrarme con él en una segunda vida, una tercera y cuarta, las que sean. Siento que es el único que me mantendría lejos del odio que en mi interior aclama por una venganza que acabara destruyéndome a mí mismo – Se abrazó un momento las rodillas y cerró los ojos para esperar, disfrutando del silencio y la naturaleza que le rodeaba.
Finalmente, tras varios minutos de esa forma y luego distraerse admirando la noche estrellada que le fue negada apreciar durante tantos años de encierro, decidió volver a la habitación que ahora era suya y en la que dejo un lindo humano descansando, porque como siempre, Dios no respondía.
Rendido entro y abrió un poco más las cortinas para poder desde esa ventana ver cómo era afuera, ir mentalizándose a ver paisajes abiertos y amplios, no solo dentro de cuatro paredes. Cuando se acercó a la cama, Jeonghan empezó a retorcerse con pereza, gruñendo por la leve luz de la luna, que cuando se volvió a acomodar sobre la cama moviendo las sabanas que dejaron de cubrirlo tanto, definieron mejor sus músculos y curvas, dándole también un aspecto mágico a sus ojos cuando los abrió y se fijaron en él.
Ese humano en poco tiempo le enseño lo que era realmente el amor y el deseo, algo que empezó a agitarse en su interior por como lo veía desnudo sobre la cama de esa forma tan simple como tentadora. Se acercó sonriente a besarle primero los nudillos de la mano que el humano estiro en su dirección, siguiendo con su hombro, clavícula, cuello, su mentón y luego de repartir varios pequeños besos por ese rostro que por el sueño se fruncía de forma adorable, llego finalmente a los labios que beso en un casto toque.
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Remedium meum (JIHAN)
ФанфикEn un mundo en el que todo tipo de seres se vieron de golpe libres y coexistiendo en un mismo lugar, los humanos con su ingenio y conocimiento se fueron posicionando como el máximo depredador. Un día, Jeonghan descubre que aquello relacionado al éxi...