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En cuanto Jeonghan aprendió lo necesario, continuo en ello trabajando por si solo mientras Joshua lo ayudaba con las tareas que no necesitaban del uso de un cuchillo para así terminar pronto el almuerzo simple e improvisado.


Finalmente empezaron a llevar las cosas al comedor, en donde algo incómodos porque no sabían de qué hablar, Seungcheol y Jihoon se ofrecieron a ayudar y así pronto estaba todo listo para almorzar, pero solo para tres. El de cabellos oscuro miro extraño a su hermano menor.


- Joshua prefiere no comer alimentos preparados y... - Miraron como este en la canasta que siempre usaba Jeonghan para llevarle la comida a su celda, tenía todo lo que quería y no pudieron evitar fijarse en que lo que más llevaba eran zanahorias. El de cabellos azules se sintió nervioso por esos tres pares de ojos sobre él, así que rápidamente hizo una reverencia despidiéndose y se fue casi corriendo de vuelta al sótano y más en específico, su celda. El rubio sonrió algo triste – Al parecer le incomoda un poco estar arriba – Tomaron asiento en la mesa para empezar a comer.


El ángel odiaba que su "zona segura" fuera el lugar donde lo torturaron tantos años, pero estaba tan familiarizado que no podía evitarlo, así que deseando volver a su tranquilidad se metió en la celda y se cubrió con las mantas que ese agradable humano le había traído. Confiaba en que lograrían arreglar el tema de las hadas, así que no había razón para forzarse a mantenerse ahí arriba.


Por su parte, los humanos y el hada comían en un silencio algo incómodo – R-Realmente lo siento por Joshua, él solo... - Intento decir, pensando que su hermano mayor estaba actuando de esa forma porque el ángel antes le hizo algo raro y luego actuaba de forma distante.


- No es necesario que continúes, ya lo sé. De a poco debes lograr que se sienta seguro fuera de esa celda, que pueda caminar por distintos lados sin temer que alguien intente capturarlo solo por ser un ángel o que le hagan daño – Jeonghan se mostró sorprendido ante las palabras del mayor, pues eran bien certeras, pues este había visto lo cruel que fue su padre y en parte pareció hasta vivirlo. Se sentía tan triste y culpable – Debo vigilarlo... - Murmuro más para si mismo y esta vez con molestia y sospecha, porque en todas esas imágenes que parecieron explotar en su cabeza, supo que el ángel beso a su hermanito, no solo en los labios, ¡Si no en la frente y cuello también! ¿Qué se creía? ¿Algún tipo de galán besador? Si, le tomo más importancia a eso que al hecho de que intento matar a su hermano, porque logro percibir el caos en la cabeza del ser y como ahora se sentía respecto a su hermanito.


Sus ojos se movieron lentamente hasta el hada, quien también había sido besado por el ángel. No podía fijarse tan claramente en ese montón de recuerdos que vio, pero era claro que de cerca esa hada era más atractivo.


- Por favor, príncipe Jihoon, póngame al día sobre la situación de ustedes aprovechando esta inesperada reunión – Con dificultad se mantuvo serio, ignorando lo hermoso que era esa criatura, porque eso lo distraería de ser objetivo al respecto y no ser impulsivo.


El de ojos celestes a pesar de lucir pequeño y frágil, le miro con una firme actitud que reflejaba que haría todo lo posible para conseguir lo que se proponía, pero por su naturaleza, debía desear cosas que para Seungcheol eran muy simples. El de piel pálida pero adornada por brillos empezó a narrar todo el origen de ese enfrentamiento, el problema que enfrentan las hadas debido a su poca fuerza "militar", sobre como los orcos los superaban en número y otros detalles más, nunca intentando darle lastima al humano al exagerar cosas. Jihoon era alguien que cuando tenía que pensar y actuar con responsabilidad, lo hacía manteniendo fría la cabeza y eso lo podía notar el de largas pestañas.

Remedium meum (JIHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora