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Una vez Confucio dijo, La vida es realmente simple, pero es el hombre quien insiste en hacerla complicada. Ahora me pregunto si eso es verdad. Mi vida debió de ser simple, pero... acaso yo la compliqué ? Acaso yo pedí que mataran a mi hermana y que el bastardo de mi padre me vendiera como esclavo para ganar dinero? Entonces debo aceptar todo esto y esperar a ser feliz?

Seré feliz?...

Seré feliz?

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La madre sultana no podía creer que este joven, esbelto y pálido niño de 13 años era un hombre. Pidió que su gente de confianza revisaran a fondo al joven mientras lo bañan. Después de confirmar el género del esclavo, no pudo negar sentir que era un desperdicio que esa belleza fuera desperdiciada como un criado más en el palacio. Si tan solo fuera una mujer, se la regalaría al sultán.

Todos los hombres en el palacio son castrados, eso es para prevenir que se metan con alguna mujer del palacio o del harem del sultán. Sin embargo, Yuuri aún era muy joven y no sabían dónde le colocarían. Su castración tendría que esperar.

El lugar era diferente, no era lo que esperó, según los chismes de los otros esclavos. Era limpio, con pilares extraños. Las personas vestían con muchos ropajes, tan distinto de dónde proviene. Cuando Yuuri fue a visitar a la madre sultana, pasó por un cuarto largo lleno de mujeres. Algunas mujeres vestían ropa brillosa, de seda con coronas y velos. Yuuri no entendía por lo que estaba pasando y poco pensó que lo que viviría sería aún más complicado.

—Chiquillo, cuando entres y veas a la madre sultana, nunca le veas a los ojos y en cuanto entres tienes que ponerte de rodillas y besar su vestido.—Yuuri estaba tan nervioso y no entendía bien lo que ese sujeto quería decir.—Me estás escuchando?—jaló bruscamente el brazo del chico—Por Alá, que chiquillo más bobo

Yuuri esperó con el hombre frente a una puerta, según el guardia, la madre sultana esperaba dentro. Por qué le llevaban a altas horas de la noche? Lo iban a matar?

—Entra, la madre sultana te espera, no olvides lo que te enseñe.—Qué era lo que le había enseñado? Yuuri estaba tan nervioso y no sabía qué hacer. Entró con su cuerpo temblando del miedo y nerviosismo

—Entra, no te quedes ahí—dijo una voz dulce y a la vez fuerte. Yuuri caminó hacía la mujer, mirando al piso. Se puso de rodillas y besó la punta del vestido—Ponte de pie, quiero verte bien.—Yuuri obedeció—Alá, vaya que has cambiado. Sin mugre y sin esos harapos... en verdad que eres hermoso. Si no fuera porque Sunbulah me confirmó que eres un chico, no lo creería.—Yuuri no decía nada, no dejaba de temblar.—Aún no se que hacer contigo y dejarte ir sería un desperdicio pues puedes servir más adelante. He decidido dejarte en el palacio y mantenerte bajo una doble identidad. Desde hoy serás una mujer—Yuuri le miró impactado. La mujer era mayor, pero hermosa. Muy hermosa.

Yuuri fue llevado con una mujer con vestido verde, no tan ostentoso como el de la sultana, pero tampoco tan plano como el de las chicas del harem. Después supo que ella era la criada encargada del harem. Su nombre era Nurham.

Mi Sultán Where stories live. Discover now