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Yuri, qué haces aquí?—el rubio estaba sentado en una banca mirando las estrellas

—Estaba esperando a ver si el gran y estupido gran visir vendría a verme. No creí que fueras a notar mi ausencia—dijo enojado el rubio y Otabek sonrió. El rubio enojado en verdad era tan lindo. Notó como sus mejillas se ruborizan un poco y sus cejas se arqueaban de una forma muy graciosa cuando se enojaba. De cualquier forma Yuri parecía un hada para él.

—Lo noté de inmediato pero no quise ahogarte con mi presencia. Eres un gato enojon—sonrió el kazajo

—Tu no ries mucho, no es así? Por qué?

—No sé, no me gusta mucho reír, pero... cuando estoy contigo siempre se me dibuja una sonrisa en los labios. No sé porque...—Yuri se sorprendió con las palabras del kazajo y se ruborizó—por qué te sonrojas? Te avergonzaste?—Otabek se acercó al rubio

—A-Alejate, no te acerques tanto

—Por qué? Antes no querías separarte de mi

—Sigues  holiendo al cerdo, no me gusta eso.

—Uhm... y tú...—Otabek se acercó al rubio y olfateo su cuello—Tu hueles diferente a cuando te conocí. Por qué? Espera... también hules a Viktor—dijo exaltado—No me gusta... vamos a que te bañes—Otabek tomó la mano de Yurio

—Es-Espera... estás loco? No me jales así.

—Yuri...—llamó Viktor desde lo lejos. Yuri se levantó y caminó hacía Viktor, dejando solo al kazajo. Otabek se levantó y caminó rápidamente detrás de él.

—Viktor, tú y Yuri pasan mucho tiempo juntos, no crees? Eso no está bien

—Por qué no está bien? Acaso no era Yuri un invitado para el palacio. El iba a llegar al harén.—Otabek sintió que su estómago se encogió al escuchar esas palabras frívolas de su ''amigo''

—Aún así, Yuri ya...

—No importa—interrumpió Yuri—Viktor me pidió que fuera esta noche a sus aposentos, no es así?

—S-Sí, pero ahí está Yuuri...—dijo Viktor dudando

—Oh! No hay problema. Tu ven a los míos—soltó el rubio como si nada. La mirada de Otabek fue de total asombro. La de Viktor eran ajenos a esa conversación,  los ojos azules del sultán  miraban hacía una dirección... Yuuri

—Yuuri, qué pasa?—Preguntó Fatmagul quien ayudaba a Yuuri a andar. Fatmagul no había visto al sultán. En cuanto lo miró bajó el rostro e hizo su reverencia—Sultán, Otabek Pasha, Señorito Yurio

—Yurio?—Preguntó el rubio curioso

—Yo ordené que te llamen así, es confuso que tengamos a dos personas con con un nombre similar.—dijo cerca de Yurio—Qué hacen aquí?

—El señorito Yuuri se sentía mejor, así que pidió salir a caminar un poco. Dijo que el bebé estaba un poco inquieto y tal vez con la caminata se iba a  tranquilizar—Hablaba Fatmagul mirando al suelo. Los ojos de Viktor estaban fijados en Yuuri, este miraba al piso

—Está bien, que regrese a mi habitación  y que...

—No—habló el azabache—Si su majestad lo permite, me gustaría regresar  a mis aposentos. Así usted podría dar usó de los suyos—dijo mirando al rubio

—Pero mis aposentos son más grandes y cómodos para ti y para el bebé

—Si, y se lo agradezco—volvió a mirar al suelo—pero la nana duerme al lado mío, ella estará al pendiente si algo sucede.

Mi Sultán Where stories live. Discover now