Capítulo 2

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Sí, sí, el 2 ¿Quieres leer el capítulo 1? Pues ve volando al perfil de xRabittax y deleitate con su arte

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Taehyung POV. -

Volví a girar sobre mi costado, no podía dormir, llevaba ya dos semanas con el insomnio atacando apenas extinguía cualquier fuente de luz en mi habitación para siquiera intentar dormir. De la manera más silenciosa que pude me levanté de la cama y caminé hacia el balcón que mi habitación tenía, de manera deliberadamente lenta para que la perilla hiciera el menor ruido posible abrí la puerta negra tallada y salí al frío aire de las dos de la mañana. El cielo asemejaba a un lienzo negro sobre el que se pintaban pequeñas esferas de luz que titilaban juguetonas, enamorando y arrullando a quien tuviera la valentía de salir a verlas haciendo frente al frío invernal que calaba hondo en los huesos y te obligaba a agitar el cuerpo casi sin control mientras el sonido de tus dientes castañeteando llenaba todo.

Cerré los ojos al sentir la brisa helada que no solo abrazaba mi cuerpo, sino que también invadía mi habitación y agitaba las pesadas cortinas. Por días había intentado encontrar una solución, una salida a la situación en la que me encontraba. Una respuesta a la pregunta que invadía mi mente dando vueltas en mi cabeza todo el día.

Entendía la situación perfectamente, no me quedaba duda alguna después de la corta pero firme carta que recibí de mi progenitor  el domingo pasado. Apoyé las manos sobre el frío metal de la baranda y aspiré metiendo tanto aire helado a mis pulmones como me era posible. No me había sorprendido en absoluto el peso que el prestigioso banquero Kim había arrojado sobre mis hombros esa noche, ya tenía 17 años después de todo y a decir verdad, mi padre se había demorado en tomar esta decisión.

No es justo - susurré, deseando que el viento que soplaba cada vez con mayor intensidad llevara mis palabras consigo, escondiendo así mi más sagrado secreto, yo Kim Taehyung, deseaba revelarme contra los deseos y órdenes de mi padre - no quiero casarme aún.

Finalmente el sueño forzó a mi cuerpo a buscar el tenue y reconfortante calor de las sábanas cuando el reloj de péndulo que vi esta mañana en el pasillo afuera de mi habitación, dio las cuatro de la mañana.

Joven Kim es hora de levantarse, nos espera aún un largo trecho que recorrer y su padre ordenó expresamente que lo quería en la casa para la hora del almuerzo.

Abrí los ojos, me sentía afiebrado, débil, mi cuerpo parecía haber sido cubierto por el más pesado de los metales. Quise decirle al señor Cho que no me sentía en condiciones para someter a mi cuerpo y a mi mente a un viaje de seis horas más en carroza, me dolía la cabeza y mis ojos casi no podían mantenerse abiertos, pero sabía que que estar en estas condiciones era mi culpa nada más por andar buscando soluciones en compañía de las estrellas. De muy mala gana me puse de pie sintiendo el tronar de mi pobre espalda. Tres días de viaje en barco y uno y medio en carroza se dejaban ya sentir sobre mi magullado y joven cuerpo.

Jeunesse en fleur HopeVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora