Capítulo 1

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Mi sueño es... No, mi sueño era poder huir. Y ahora por fin soy libre. Y ya es hora de encontrar un nuevo sueño que hacer realidad.

Para una chica con tantos talentos y pasiones, elegir una carrera que estudiar ha sido quizá la decisión más difícil de toda mi vida. Me gusta la astronomía, la literatura y sobre todo, el arte. Este último es mi mayor pasión, por eso he decidido finalmente estudiar bellas artes.
Historia del arte también me llamaba la atención, pero creo que en bellas artes podré desarrollar todo mi potencial artístico. O al menos eso espero.

Os preguntaréis por qué mi sueño era huir... Bueno, es una historia larga, complicada y muy triste, por eso creo que de momento es mejor que nos centremos en las cosas buenas, como por ejemplo, del día en que encontré mi nuevo sueño, cuando todavía no era consciente de que aquel sueño tan siquiera existía.

—1 de Septiembre—

Llegué a la universidad de Corona cerca de las diez de la mañana, cargada de cajas y una maleta enorme. Mi madre llevaba la maleta mientras que mi padre y yo llevábamos las cajas. Apenas podía ver por dónde iba ya que las cajas con las que cargaba me tapaba media cara. Al entrar a la residencia universitaria estuve a punto de tropezar y mi madre me sujetó el brazo para que recuperase el equilibrio.

—¿Seguro que puedes con todo? —preguntó mi madre un poco preocupada.

—¡Claro que sí! Además, ya casi hemos llegado. —respondí mientras nos acercábamos al ascensor.

Mi madre que era la única con una mano libre, llamó al ascensor. Mientras esperábamos que llegase ella volvió a mirar el papel donde había apuntado la noche anterior la dirección de la residencia y cuál era mi habitación.

—Segunda planta, habitación número 5. —leyó ella para recordar adónde nos teníamos que dirigir.

Finalmente se abrieron las puertas del ascensor y mi madre nos hizo pasar primero. Por el rabillo del ojo vi cómo pulsaba el botón de la segunda planta. En total había cinco plantas en el edificio de la residencia, en el folleto que me enviaron ponía que la primera planta era la sala común donde había una cocina y un rincón con unos cuantos sofás y mesas junto a una chimenea donde los estudiantes pueden pasar el rato. El resto de plantas tiene habitaciones para los estudiantes. El edificio tiene diez habitaciones por cada planta, sin contar la sala común, así que en total, alberga ochenta estudiantes cada año. Por fuera todavía conserva el estilo románico de cuando el edificio fue construido en el s.X, pero por dentro se reformó hace muchos años para adaptarse a las necesidades actuales y arreglar cualquier desperfecto causado por la antigüedad del edificio.

Al llegar a la segunda planta mi madre nos guió hasta la puerta de la que sería mi habitación el resto del año escolar.

—¿Tienes la llave? —le preguntó mi padre a mi madre.

—¡La tengo yo! Está en el bolsillo izquierdo de mi chaqueta. —les indiqué para que mi madre pudiera coger la llave de mi bolsillo.

Para nuestra sorpresa, cuando mi madre introdujo la llave en la cerradura y abrió la puerta, dentro de la habitación podía oírse música tenuemente, eso quería decir que mi compañera de habitación había llegado antes que yo. Hasta que no dejé las cajas en el suelo, no pude verla. Era una chica un poco más alta que yo, con el pelo negro, ondulado y corto por encima de los hombros. Su mirada era penetrante y por algún motivo, parecía como si me mirase con rencor. Espero que solo fueran imaginaciones mías...

—¡Cassandra! Que sorpresa. —exclamó mi padre cuando dejó la otra caja junto a las que yo había dejado en el suelo.

—Qué casualidad, no esperaba que tú fueras a ser la compañera de habitación de Rapunzel. —añadió mi madre.

I've got a dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora