—11 de Febrero—
Los meses pasaban con rapidez, y antes de que pudiera darme cuenta, Febrero ya había llegado. La relación con mis padres todavía no era perfecta, pero estaban cumpliendo con su palabra; me estaban dando todo el espacio del mundo, y yo les estaba totalmente agradecida por ello. Pero aun así... me estaba costando más de lo que pensaba recuperar la confianza en ellos. Mi psicóloga dice que es algo totalmente normal, que los estragos del estrés post traumático no son algo que se puedan eliminar de la noche a la mañana, y que recuperar la confianza en alguien que ha estado provocándote sin querer brotes de ansiedad durante tantos meses, llevaba su tiempo. Eso lo sabía muy bien. Les había perdonado, porque sabía que, a su manera, intentaban hacer lo mejor para mí, y me alegro que al menos hayan sabido reconocer sus errores, eso hacía que poco a poco me resultara más fácil poder ir recuperando esa confianza en ellos. Pero como bien dijo mi psicóloga, es algo que va a llevar mucho tiempo.
Intento hablar con ellos por teléfono a menudo desde finales de año. Al principio notaba en el estómago esa dichosa ansiedad al escuchar sus voces, pero poco a poco, cuanto más libre me sentía; más sentía cómo esa ansiedad cada vez se hacía más y más pequeñita en mi interior.
Les echaba de menos, y tenía ganas de verles de nuevo, pero no estaba del todo segura de estar preparada para verles.
El tiempo lo dirá.
Por su parte, Cassandra y su padre prácticamente seguían igual que en Navidad, y tampoco parecía importarle mucho. Aunque sabiendo cómo es Cass en cuanto a mostrar sus sentimientos, sabía que le dolía más de lo que pueda reconocer. Pero ella también merece su espacio, y cuando necesite hablar sobre ello, allí estaré para escucharle y ayudarle en lo que pueda.
¡Pero no todo era malo! Este sábado es San Valentín, y la verdad es que estoy bastante emocionada de celebrarlo por primera vez. Aprovechando que justo cae en el día libre de Eugene hemos decidido celebrarlo en su casa, prepararemos algo de comer entre los dos y después veremos una película. Sé que no parece nada del otro mundo, y aunque ambos seamos unos romanticones tampoco queríamos celebrar nada a lo grande. Cuanto más hogareño, mejor para nosotros.
Después de comer hice una lista de todas las cosas que necesitaba comprar en el centro para el regalo de Eugene. Me senté al lado de Cass en su cama, mirándole con ojitos suplicantes.
—¿De qué quieres convencerme ahora? —preguntó alzando una ceja.
—Necesito ir al centro a por unas cosas, ¿me acompañas? —le pregunté sin dejar de hacerle ojitos.
—¿Es para algo relacionado con el regalo de San Valentín de Fitzherbert? —preguntó alzando aún más la ceja. A este paso se le iba a fusionar con el nacimiento del pelo.
—Mmmmno... vale sí, es para comprar los materiales que necesito para su regalo. —reconocí.
Después de una pausa dramática en la que seguía mirándome con la misma expresión, finalmente respondió:
—Claro que te acompaño, solo te estaba chinchando. —dijo soltando una gran risotada.
—¡Cass! —protesté riendo también.
Las dos nos abrigamos bien y salimos de la residencia. Definitivamente, echaba mucho de menos el verano y poder disfrutar del calor del sol. Tenía muchas ganas de que volviera el calorcito para poder salir a pintar en el césped del campus.
—¿Qué necesitas comprar? —preguntó Cass cuando por fin nos subimos al autobús.
—Un lienzo, pintura acrílica, pegatinas y un marco para una foto. —respondí.
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I've got a dream
Ficção Adolescente"Rapunzel quiere dejar atrás su tormentoso pasado y comenzar de nuevo con su vida, y eso lo conseguirá en la Universidad de Corona. Allí conocerá a Cassandra, su malhumorada compañera de habitación, y a Flynn Rider, el apuesto y coqueto barista de l...