—18 de Octubre—
Ya había pasado un mes y medio desde mi llegada a la universidad.
Desde el primer día en que Flynn y yo comenzamos a mensajearnos, no hemos parado de hacerlo hasta este preciso instante. Cada vez tenía más claro dos cosas: que Flynn estaba innegablemente ligando conmigo, y que él cada vez me gustaba más.
Cada día a la hora de mi descanso he estado yendo a verle y nos hemos seguido conociendo. Parecía que había química entre los dos, y también parecía que los dos queríamos avanzar en todo el tema de «seguir conociéndonos», pero había un pequeño problema; había algo que parecía no avanzar: mi amistad con Cassandra.
Hacía semanas que había terminado su sorpresa, y todavía estaba esperando el momento perfecto para dársela. Pero parecía que ese momento nunca llegaba, y creía saber por qué: cada vez me estaba costando más no hablar sobre Flynn con ella, y cuando lo hacía, era como desatar una tormenta. No entendía si lo que le molestaba a Cassandra era la sola existencia de Flynn o que él hubiera llamado mi atención, fuera cual fuere el caso, resultaba imposible saberlo porque se ponía a la defensiva. Y siempre acababa de la misma manera: con Cassandra pidiéndome que no me fiara de Flynn y que intentara no acercarme a él porque no quería que se aprovechara de mí como con las demás chicas.
Me sentía un poco ofendida, ¿acaso Cassandra no confiaba en que pudiera cuidar de mí misma? Quizá era porque no sabía por todo lo que había pasado, pero era más fuerte de lo que ella creía.
Lo peor de todo, es que la desconfianza que ella sentía por Flynn, hacía mella en mi confianza en él. Creía que podía confiar en Flynn, tenía la sensación de que todo lo que había entre nosotros era real; que no había malas intenciones detrás de sus palabras y acciones, pero cada vez que Cassandra reafirmaba lo poco que podía fiarme de él, más me costaba no creerla y sospechar que Flynn quería aprovecharse de mí.
Y eso repercutía en mi relación con ambos: sentía que no podía confiar en Cassandra para explicarle todo lo que sentía por él, y que por mucho que Flynn me gustara, debía estar siempre alerta a su lado.
Todo aquello empezaba a asfixiarme un poco. Quería ser sincera con Cassandra, pero cada vez me estaba costando más decirle la verdad, y sabía que cuanto más tardara en hacerlo, peor sería su reacción.
Pero no iba a desistir con Flynn, mi corazón me decía que podía fiarme de él, y quería creerlo. Es por eso, que ayer le pregunté a Flynn si hoy podíamos vernos ya que los sábados son su día libre. Él dijo que sí y ambos quedamos en ir a dar una vuelta al paseo marítimo por la tarde. Cassandra tenía que quedarse todo el fin de semana haciendo un trabajo, así que estaba casi segura de que no habría peligro en que nos la cruzásemos en algún momento.
Me llegó una notificación al móvil, al ver escrito el nombre de Flynn mi rostro se iluminó.
«Estoy en la entrada de la residencia, aquí te espero ;)»
«¡Ya bajo!»
Respondí con rapidez mientras cogía mi chaqueta del armario. Me la puse a toda prisa mientras guardaba el móvil, la cartera y las llaves en los bolsillos.
—¿Adónde vas? —preguntó Cassandra justo cuando estaba a punto de despedirme.
—Emm... voy a dar una vuelta al centro, quiero mirar la tienda de material de bellas artes y una librería que me han recomendado. —sentí un nudo horrible en el estómago al ser consciente de que estaba mintiéndole descaradamente.
ESTÁS LEYENDO
I've got a dream
Teen Fiction"Rapunzel quiere dejar atrás su tormentoso pasado y comenzar de nuevo con su vida, y eso lo conseguirá en la Universidad de Corona. Allí conocerá a Cassandra, su malhumorada compañera de habitación, y a Flynn Rider, el apuesto y coqueto barista de l...