Capítulo 7

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—19 de Diciembre—

Decir que estaba nerviosa era quedarse corto. Las vacaciones de Navidad acababan de comenzar, y eso quería decir que Cassandra y yo ya no podríamos retrasar lo inevitable. Íbamos a tener que enfrentarnos a nuestros padres finalmente. Por lo menos habíamos tenido tiempo de meditar la situación y pensar de qué manera queríamos encararles. Por eso Cassandra accedió a pasar las vacaciones conmigo en el castillo, no queríamos que la otra estuviera sola en ningún momento, y menos sabiendo lo que se nos venía encima.

Quizá estábamos siendo dramáticas, quizá nuestros padres razonarían y verían inmediatamente en qué se habían equivocado. Pero quizá ocurriría todo lo contrario, y no queríamos que la otra tuviera que estar sola en una situación así.

Pasara lo que pasara, lo haríamos enfrentándonos a ello juntas.

—¿Ya lo tienes todo preparado? —preguntó Cassandra, que acababa de terminar de llenar su maleta.

—¡Casi! —respondí guardando con sumo cuidado en mi maleta las novelas de Eugene —. ¡Ahora sí! ¿Lista para irnos?

—Supongo. —dijo ella suspirando resignada.

A ninguna de las dos nos hacía especial ilusión a lo que nos teníamos que enfrentar. Pero saber que eso me hacía estar un paso más cerca de mi libertad me ayudaba a encontrar el coraje que a veces parecía perder por el camino.

Mientras esperábamos al autobús acabé de acordar con Eugene un día para vernos durante las vacaciones. Como la mayoría de estudiantes volvían a sus casas por Navidad, la cafetería cerraba, así Eugene y Lance podían disfrutar de unas buenas y merecidas vacaciones también.

«¿Te va bien que nos veamos el día 21?» Pregunté.

«¿No prefieres que nos veamos mañana? :(» Contestó él haciéndome soltar una pequeña risita.

El autobús llegó, así que esperé a estar bien acomodada para responderle. Cass chafardeó nuestra conversación por encima de mi hombro para proceder a poner los ojos en blanco de manera sarcástica.

—Saluda al guapito de mi parte. —dijo ella antes de ponerse a lo suyo con su móvil.

—Vale. —dije sin poder evitar sonreír. Me gustaba que aunque fuera a su manera, Cass demostrase un poco, solo un poquito, de afecto amistoso hacia Eugene. Aunque todavía ella y Eugene no fueran los mejores amigos del mundo, al menos ahora parecían tolerarse mucho más.

«Mañana ya he quedado para pasar el día con Cass, que por cierto, ¡te manda saludos! :D» respondí finalmente.

«Hola a ti también, CaSSSSSandra tss. Vale, rubita, el 21 me va perfecto también ;)»

Al leer la respuesta de Eugene se me escapó una carcajada que llamó la atención de Cass. Volvió a chafardear nuestra conversación, bufó molesta tratando de esconder una pequeña sonrisa que comenzaba a asomarse en sus labios.

—Es tontísimo. —dijo finalmente.

El autobús llegó a su última parada, dejándonos a los pies del castillo de Corona. Se me hacía raro volver a casa, porque todavía me sonaba totalmente extraño llamar a aquel lugar «casa».

—¿Preparada? —preguntó Cass cogiéndome la mano que tenía libre y entrelazando nuestras manos.

Solté una gran bocanada de aire y le dediqué una sonrisa.

—No mucho, pero no nos queda otra opción. —dije con sinceridad.

—No te preocupes, no pienso dejarte sola. —prometió ella estrechándome la mano con más fuerza.

I've got a dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora