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Si me convierto en lo que querés, ¿entonces me amarás?

Daniel

Ya pasó un mes, un mes, un mes desde que estoy solo.

La perdí por pelotudo.

La descuidé, seguro está con un gil cualquiera. Pero no la va ha querer como yo.

Nadie puede quererla como yo.

La necesito, necesito volver con ella.

No puedo dejar morir esto. Yo la amo y se que aunque lo niegue ella aun me ama. Fueron dos años juntos, eso debe significar algo. ¿No?

Me niego a perderla.

Y entonces ya tenía la decisión tomada, era todo para mi, no la iba a perder.

Baje las escaleras corriendo con el corazón en la mano, no pensaba seguir sin ella más tiempo, necesitaba recuperarla más que respirar. Mientras en mi mente se creaba la idea de que todo iría bien, volveríamos juntos, seríamos felices otra vez, como lo fuimos en el pasado.

Agarre mi campera y mis llaves con velocidad. Abrí la puerta rápidamente, inmediatamente sentí el frío chocar contra mi cara. Esto no era bueno, mis mejillas y mi nariz se pondrían rojas, eso no podía ser, siempre me dijo que los hombres tienen que ser varoniles y que sonrojarse era de minas.

Me puse la campera rápido y cerré la puerta con tal fuerza que casi la hago giratoria. Mi corazón bombeaba sangre con una rapidez que hacía me sorprendiese de cómo no salía de mi pecho.

Quería volver a ver su carita dulce y esa boquita que me encantaba besar, pero que a veces usaba para hacerme daño con sus palabras. Aun así ella me quería, solo intentaba que fuese un hombre.

Las calles estaban tristes y solitarias, los pájaros no cantaban, la poca gente que había estaba seria, los árboles tenían tonos apagados y el ambiente era totalmente gris, aquel paisaje te incitaba a la depresión. El mundo se había conmovido por mi dolor había decidido ir a juego con mi tristeza.

Me entraron unas ganas de llorar terribles, no quería gritar, no, quería sentarme en una esquina y llorar como un nene abrazando mis rodillas por haber perdido al amor de mi vida. Pero no lo haría, con toda mi fuerza de voluntad trate de calmarme, no podía llorar, eso no es de hombre, Dalia siempre decía que era muy sensible. Si quiero que me ame debo ser un hombre, como ella quiere.

Su casa se alzó delante mío y sin pensarlo mucho toqué la puerta. No hubo respuesta. Otra vez. Mismo resultado.

La situación empezaba a ser irritante, con toda mi fuerza, rabia e impotencia empecé a aporrear la puerta que parecía querer tirarla abajo.

— ¡Dalia, se que estás allí! Amor solo quiero arreglar las cosas.

El silencio continuo, en verdad no lo sabia, tal vez no estaba en su casa. Pero no me iba a rendir, la esperaría.

Sentí como me agarraron el hombro con fuerza y me voltearon.

Mis ojos se encontraron con los de un rubio platinado, bastante más alto que yo, aunque eso no fuese complicado. Sus Iris era realmente bonitos, muy celestes. Tenía un piercing en la ceja que se marcaba por su expresión, una mueca rara y la ceja alzada.

— ¿Que haces wacho? Pareces loco.

Su tono era claramente de confusión.

— Vine a ver a mi novia.

Entonces su confusión aumento.

— No sabía que Dalia tuviese una hermana menor — la confusión esta vez se hizo presente en mi, al ver mi cara el rubio platinado frunció el ceño aún más.

— Mi novia es Dalia — aseguré con firmeza, el wachin se río un poco.

— Eso es imposible.

La sangre me hervía a medida que decía palabras.

«¿Imposible? ¡Ja! Es mi novia desde hace 2 años.»

— ¿Porque? ¿Porque soy chiquito? ¿Crees que no puedo — no alcanzé a terminar mi discurso porque el ojiazul me interrumpió.

— No, es imposible que Dalia sea tu novia, porque yo soy el novio de ella.

...
Casi ningún comportamiento de Daniel es sano, no los imiten. Y obviamente que su relación era re tóxica y la mina una loca machista
Nada más digo por si alguno le hacen o le hicieron algo así, no, no es amor.
Es maltrato psicológico.

BeSis.

🖤🖤🖤

ORO ; WOSANIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora