Te amamos, hija

1.1K 115 20
                                    

La primera sesión no fué muy bien que digamos.

-No Danielle, quiero irme. -le dije mientras ella y su tío, llamado James Bregoli, me miraban desde sus asientos.

Estaba por abrir el pomo de la puerta del despacho del señor Bregoli, pero Danielle se levantó y de un salto me tomó del brazo, devolviéndome a la silla.

-Mira, si quieres que esto funcione debes poner de tu parte. Si te incomoda mi presencia puedo irme, pero no te niegues. -me miraba a los ojos desde la silla de mi derecha.

-¡Este hombre me está diciendo que debo medicarme! ¡Yo no estoy loca! -volví a levantarme. -Sólo me duele, duele tanto que no puedo casi ni hablar, Danielle. -miré al señor Bregoli. -Disculpe mis modales, no es su culpa.

Y dicho esto salí a la calle, me encendí un cigarro y caminé por las calles ya conocidas de Filadelfia.
Me traía demasiados recuerdos estar aquí, pero era mi hogar, era mi lugar, y Boston lo único que me traía era más oscuridad.

-¡Woods! -escuché detrás de mi. Danielle se puso a mi lado, cansada por haberme alcanzado mientras corría hacia mi. -¡Escuchame! No estás loca, pero sufres mucho estrés y todo lo relacionado con... con lo de tus padres, se hace vigente ahora que estás en una depresión. Por favor, déjame ayudarte, deja que mi tío te saque de esa cárcel en la que vives.

Tiré el cigarro al suelo y lo pisé.

-No hay nada que hacer, Danielle. Tengo que aprender a vivir con mi dolor. -intenté retomar el camino pero Danielle me detuvo cogiendo mi brazo y girándome hacia ella.

-Eres la persona más buena que conozco, ______. Le diste todo el amor que pudiste a tus padres, le entregaste tu corazón a Billie, sacaste a Marie de la pesadilla en la que vivía. Y a pesar de eso aún puedo ver en tus ojos que la _____ Woods que conozco sigue ahí dentro. Te drogaron, _____, no estabas consciente, no fué tu culpa. Y si esa chica no supo escucharte ella misma fué la que perdió a la mejor persona que conozco en este mundo. -sus ojos estaban cristalinos.

La abracé, sintiendo rápidamente sus brazos alrededor se mi espalda.

-Vi esas fotos Danielle. -sollocé. -No se que bebí, no sé porqué la besé, no sé porque hay una foto en la que estoy desnuda sobre ella. No quiere saber nada de mi Dani... y yo la amo, aún la amo tanto que duele. -apretó aún más su abrazo.

-Intentamos hablar con ella, pero se negó. No volvimos a saber nada de ella después de eso. Sus padres se mudaron, ya no viven allí. Juro por todos mis hermanos que una de las veces que te visité en Boston la busqué y la encontré, intenté hablar con ella pero me cortaba a media frase. Déjala ir, _____, mereces a alguien que te ame y confie en ti.

Lloré en sus brazos, en medio de la calle. Las personas pasaban por nuestro lado y me miraban raro, pero no me importaba. Ya no me importaba nada.

-Ella me amaba... lo se. La manera en la que me miraba, en la que me besaba... sus... sus ojos... azules. Sus ojos me decían que me amaba y yo la traicioné. -sollocé.

-¿Ibas... ibas a ir a verlos, verdad? -preguntó separandose de mi abrazo y mirándome a los ojos.

Asentí.

-¿Hace cuánto que no los visitas? -preguntó.

-Tres años. -suspiré.

-Voy contigo.

Cogió mi mano y caminamos hacia el cementerio de Filadelfia.
Hacía tres años que no iba a verles, porque lo pasaba muy mal y porque en esos tiempos conocí a Billie y decidí superar el dolor con su ayuda. Luego me mudé a Boston y me separé de ellos. Hasta hoy.

In the deep ocean | Billie Eilish Donde viven las historias. Descúbrelo ahora