Capítulo 8

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—Verán, hay algo que no me gusta de la cultura de hoy en día, algunas veces ustedes pueden ser unos completos ignorantes cuando viene a vocabulario. 

El maestro de química, Mr. Greenlight, está de pie al frente de la clase portando su traje que ahora se me hace usual. Luciendo como una novia blanca, alzando sus brazos frustradamente a un montón de críos. El señor toma una pausa dramática y con una voz exageradamente aguda dice:

—¡Pero los químicos son malos! ¡Que me van a matar esos químicos de mi comida, por eso yo sólo como cosas orgánicas! —su voz rechina en el salón—Pues, vale. Los entiendo, pero hay dos errores. Todo ser vivo y no vivo este hecho por químicos, entonces por ende... los químicos son orgánicos. Segundo, los pesticidas matan a insectos, no a humanos. Lo que les podría matar sería su ignorancia.

>>Van a aprender la realidad de la química ¡Ustedes son química! Todo lo que los rodea es química. Incluso cuando hablan o respiran, ustedes están utilizando la química. Así que, en esta clase no quiero escuchar de nuevo un comentario en contra de la química, ¿Entienden?

Tengo que admitir que odio esta clase con todo mi corazón. Sin embargo, me distrae de pensar en todos los eventos ocurridos anoche, todo el miedo y las preocupaciones. Incluso me mantiene despierta en estos momentos, aún cuando no he pegado ni un ojo en toda la noche.

Disfrute esos cincuenta dulces momentos de tortura que duró la clase, disfruté cada grito del psicópata que teníamos como profesor. Me enamoré de cada pregunta estúpida que hacían los de atrás para interrumpir la clase. Por primera vez, quería que en esta habitación no pasara el tiempo porque sabía que en cualquier momento, regresaría a la realidad.

Tanto fue mi deseo de quedarme unos segundos más atrapada en la seguras paredes de la escuela, que alcé mi mano. 

—Dígame señorita Williams. 

—Bueno, simplemente quería compartir mi opinión acerca de las mejores creaciones de la química, profesor —El señor asentó con su cabeza para que yo prosiguiera—. La química es genial. Gracias a esta el ser humano pueda disfrutar de cosas como la Viagra, metanfetamina, cocaína e incluso pueden crear bombas que destruyen todo. Vamos, que la química es un verdadero regalo.

—Pues, sí, sí. De hecho todas esas son cosas que...

—Es una mierda. Una verdadera mierda lo que hace la química, profesor. Una grandísima mierda —Tomo mi cuaderno y lo lanzo contra el basurero.

El maestro le da un golpe furioso a su escritorio, puedo ver como sus ojos deslumbran enojo, ira. Pero debido a todos los derechos estudiantiles que me protegen, lo más que puede hacer es darme detención. Hacer que me quedé después de escuela para limpiarle el salón. Lo que él no sabe es que ha hecho justamente lo que yo he querido.

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—¡Has perdido la cabeza!

—No, que yo sepa aún la tengo sobre mis hombros —le respondo a Allyson.

Luego de que hubiera hecho mi pequeño numerito, Greenlight me había expulsado de la clase y me había mandado a la oficina de la directora. Ella y yo habíamos quedado en que me disculparía con el viejo y además ordenaría su habitación. 

Nada de lo que me tuviera que preocupar. Sin embargo, Ally siendo la psicópata dramática que es, había salido disparada de la reunión de su club de matemáticas para correr a la oficina principal. Ahí, me encontraba yo, sentada felizmente, después de completar mi condena, en una silla mirando al cielo falso porque no tenía mi móvil. 

—Kate, sabes perfectamente de lo que te estoy hablando. No te hagas la tonta, ¡¿Por qué le has faltado el respeto a ese hombre de tal manera?!

—No le he faltado el respeto, simplemente le he dado mi opinión y él se lo ha tomado muy mal.

—¡Eso no fue una opinión! —Grita, llamando la atención de todas las personas dentro de la oficina—. Has lanzado un cuaderno, Kate. Lo has hecho como una niña caprichosa. 

—Lo sé. Ya pasó, ya me disculpé y limpie su habitación. No fue uno de mis mejores momentos.  

—¿Tus mejores momentos? ¡Kate! Sé que estás estresada... —Le doy una mirada furiosa ya que su voz estaba demasiado alta. Ally se arrodilló frente a mí y con un susurro continuó—: Lo que pasó ayer fue horrible, lo fue para todos, nos tomó de sorpresa. Entiendo perfectamente que estás asustada, Kate. Pero, no tienes que desquitar tus sentimientos con otros.

—No me desquité con otros. Simplemente quería una excusa para quedarme en la escuela por más tiempo, ¿No entiendes? No quiero regresar a casa aún.

Ally me miró, al principio comprendiendo pero la principio que pasaba el tiempo podía ver cómo su mente analizaba cuán estúpida yo era en realidad.

—Pues si no quieres ir a casa aún, hay muchas formas para perder el tiempo en la calle, descerebrada. Podíamos haber tomado un té por ahí, o si tanto querías quedarte en la escuela, podrías haber venido a mi club de matemáticas después de escuela —la miré con cara de asco ante tal sugerencia—. Lo que pasa es que eres tonta, e impulsiva. Tomas decisiones demasiado precipitadas e irresponsables cuando hay obviamente otras opciones. 

>>Esto ya no es un juego, Kate. Es tiempo de crecer y madurar. Saber elegir lo mejor. Lo único que has ganado aquí esquema ahora tu maestro de química te odie, que la directora te tenga como una causa problemas y que tú historial esté tachado. Por el bien de tu madre, el mío, y el de todos, deja de actuar estúpidamente. No es divertido.

Miré sus ojos enormes. Esos ojos que de verdad estaban preocupados, así que, no tuve más remedio que mentir:

—Vale, lo enteraré —respondí.

—Muy bien. Con respecto a lo de anoche, mis padres ya están trabajando en ello. Tu mamá seguramente te entregará un nuevo teléfono ahora. La próxima vez que pasé, le tienes que decir a alguien y hagas lo que hagas, no contestes, ¿Vale?

>>Una vez que contestas es posible para ellos rastrearte —mi corazón dejó de latir por un milisegundo—, ¿Entiendes?

Mientras ella tomaba mi rostro entre sus manos, yo simplemente asentía rápidamente. Mintiendo, una y otra vez. 

Desde ese día, una pequeña porción de mí, no podía hacer nada más que sentirse vigilada.

Te Odio Porque Te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora