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A la mañana me levante impaciente, no la pude ver antes puesto que el trabajo me ocupó y ahora sí, por fin la podré abrazar, la podré besar, decirle que la amo, y lo feliz que estoy que sea la madre de mi futuro hijo o hija. Y es que no pude haber elegido a alguien mejor.

Llegaría de sorpresa, así que se me ocurrió llevarle un hermoso y grande ramo de rosas rojizas como sus adorables mejillas. Casi tan bellas como ella. Claro, que hasta ellas le tendrían envidia. No podía esperar la hora de ver su sonrisa mostrándome aquellas preciadas perlas blancas y perfectas.

Tomé mi auto, descendencia de mi padre, un viejo Mercedes 200. 
Encendí la radio. En mi estación preferida se reproducía "Tell Her" de Jesse Mccartney.

"If you see my girl

Just tell her I miss her smile

Tell her I'm counting the minutes

Gonna see her in a little while".

("Si ves a mi chica

Sólo dile que echo de menos su sonrisa

Dile que estoy contando los minutos

Para verla dentro de poco.")

 

La letra de aquella canción era hermosa.


Encontré una florería, con un nombre casi ridículamente obvio: "Floral".
Pedí el adorno más grande y más hermoso de todos. Saqué unos billetes de la cartera y pagué. Coloqué las rosas en el asiento de copiloto. Despedían un aroma delicioso, como el perfume de Antonella.


Saqué de mi chaqueta aquel regalo que le daría hoy. Le pediría matrimonio.
Siempre quise que fuera mía y solo mía. Esperaba que me diera el sí. Abrí la cajita descubriendo el contenido. Un hermoso anillo de compromiso con un diamante incrustado. Brillaba como sus ojos, como los míos al verla. ¡Pero qué bello es el amor!

Volví a cerrar la cajita y la coloqué entre las rosas. ¡Ya quiero ver su expresión!

Nuevamente puse en movimiento el auto. Tenía que llegar lo antes posible así que tome el libramiento. Acelera, acelera. Disminuye. Los autos no tenían prisa pero yo sí. Cuando no hubieron más frente a mí, volví a tomar rapidez. 

¡Esto va demasiado rápido! Disminuye, pero la velocidad era la misma o incluso peor. Freno, pero no conseguía parar. Y me di cuenta que por más que lo pisará este no me haría caso. En qué lío me eh metido. Aun sigo en el libramiento y en cuanto un carro se me atraviese será difícil evitarlo. Aquella misión de detener el coche era imposible. Y a estas alturas la velocidad debía preocuparme.

Leí en una revista sobre mecánica que cuando los frenos fallan el auto aumenta su velocidad y no se detiene. No hasta que algo lo obligue a parar.


"Solo Dile Que La Amo"-Niall Horan (O.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora