Capítulo 2

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Cuando llegó al polo norte, notó la inmensidad de la fábrica del guardián del asombro a la distancia. Se preguntaba qué habría dentro con exactitud, la curiosidad lo mataba, después de todo, ¡es la fabrica de juguetes mas grande del mundo! Debía tener maravillas dentro.

Al estar frente a la puerta, nuevamente sintió ese sentimiento de añoranza con más fuerza. Era como si algo le faltase y estuviese ahí dentro, esperándolo, algo que le fue arrebatado y que estaba por recuperar.

No entendía porqué pasaba.

La puerta abriéndose lo sacó de sus pensamientos, y algo asustado pues no había tocado aún, retrocedió algunos pasos. Ahí mismo se hallaba una gran criatura antropomórfica cubierta de pelos, un yeti, que lo miraba con curiosidad. Un tanto impresionado, pues nunca había visto criatura similar, se esforzó por mostrarse tan casual como siempre.

—¡Qué tal! Escucha, tengo un paquete para el guardián del asombro. — el yeti alzó la ceja, por lo que decidió especificar —De parte del guardián de la esperanza.

El yeti comenzó a gruñir, así era su dialecto aparentemente. Por suerte, Jesper tenía la maravillosa habilidad de entender cualquier idioma, lengua o dialecto, lo cual le permitía tener, bueno, una maravillosa comunicación.

—Ah, verás, sólo puedo entregárselo a sus propias manos. Así es el servicio entre guardianes y espíritus, se evita pérdidas y demás.

Procedió a quejarse por unos segundos, y por más que intentaba tomárselo en serio, la preocupación del peludo no le daba más que risa. Lo dejó pasar a regañadientes, después de todo no había otra opción.

—Muchas gracias, con permiso.

Entró a la fábrica, cierta emoción adueñándose de su cuerpo, el lugar era enorme y habían yetis yendo y viniendo por todos lados. El lugar era agitado,y lo era aun mas en la sala principal. Lograba ver juguetes de toda clase, tanto de madera como tecnológicos, era maravilloso.

—Así que aquí preparan toda la magia de la Navidad, ¿eh?—se dirigió al yeti que lo acompañaba —Vaya que es un bonito lugar.

La criatura lo guío a través de la instancia, y se maravilló con las diferentes áreas de trabajo. Un área de ensamblaje, de planeación, de prototipos, y mas.

Algo en él quería ser parte de todo eso.

Su mente optó por distraerse, preguntándose si solo vivían ahí los yetis, los duendes y el guardián. ¿Habría más criaturas? ¡Oh! ¿Habría una Mama Noel?

—Una pregunta— pauso por un segundo— ¿Sabes si tú jefe está... Disponible?

El yeti alzó una ceja de forma casi exagerada, juzgandolo por si quiera atreverse a preguntar. De inmediato entendió porqué, definitivamente no había elegido la mejor forma de preguntar lo que quería, y se apresuró, avergonzado, en aclararlo.

—Bueno, bueno, tengo curiosidad de saber si es que hay una "señora Claus"—gestificó—, tu entiendes...

El yeti lo miró extrañado, sin embargo le dijo que no había tal cosa. Otro mito más que probablemente los niños habían inventado, adivino. La respuesta lo satisfizo, y volvió su atención a sus alrededores.

El yeti lo llevo por una zona menos transitada, unas grandes puertas resaltando al final del pasillo. Suponía que era la oficina del guardián a cargo. El yeti tocó la puerta por él, se lo agradeció por lo bajo, y la puerta se abrió, topándose con una gran figura tras la puerta.

El hombre era imponente de muchas formas, desde su mirada hasta su tamaño, se sintió atraído a él viéndolo así de cerca. Simplemente era su tipo de hombre, mierda. Sus mejillas se tiñeron de rojo ligeramente por esto, y se reprochó a sí mismo, ¡estás trabajando, Jesper!

Debía actuar normal y profesional, y eso iba a hacer.

—Guardián del asombro, un gusto conocerlo por fin. —Alzó su sombrero a manera de saludo —Vengo para dejarle un paquete de parte del guardián de la esperanza.

Ah, esas formalidades obligatorias que debía respetar. Llamarlos por su títulos era raro, pero tampoco sabía su nombre y no podía ponerle apodos, era la primera vez que hablan y era por trabajo, no sería muy apropiado.

—Muchas gracias. — Tomó el paquete entre sus manos, tocando su mano por unos breves instantes—... Paz, ¿no?

El contacto no le fue esperado, por lo que por un segundo su actitud relajada se desbalanzó. Solo fue un accidente, un toque sin mas, nada para exagerar.

—Sí, señor, espíritu de paz, cartero personal de guardianes y espíritus, a su servicio— hizo una leve reverencia —. Aunque dudo mucho que requiera de mí.

—Tengo un excelente servicio de correo, pero no lo uso para mandar cartas realmente. — El hombre soltó una risa en una bocanada de aire —Pero, si por contratar tus servicios te veo de nuevo, podría de repente tener la necesidad de enviar correo más seguido.

Oh.

En definitiva no esperaba que el guardián del asombro, uno de los espíritus más antiguos, pues... Coqueteara con él.

—Bueno, muchas gracias.— acomodó algunos cabellos suyos, de repente avergonzado por el inesperado pero no indeseado comentario—Espero volverlo a ver muy pronto entonces, sería encantador.

El guardián tomó su manos y la acercó a sus labios para depositar un beso en esta. Sonrió con picardía ante esto, entregándose por completo a la tensión que se iba formando entre ellos. Era solo flirteo, probablemente no volvería a tener la oportunidad de tener algo así en quien sabe cuanto tiempo, Jesper quería disfrutar la atención que recibía de su parte.

—Igualmente— murmuró el mayor con satisfacción.

Mantuvieron la mirada por algunos segundos, cada vez se sentía más y más un ambiente pesado, hasta que fueron interrumpidos por la puerta abriéndose. Un Yeti entró al cuarto, alegando fallos en alguna máquina. Ambos se negaron a quitarse la mirada de encima, aunque la atmósfera ya había sido interrumpida, aún había un aire de complicidad.

—Bueno, lo veo luego, ¿señor...?

—Norte. Solo dime Norte.

—Claro... Norte- Se atrevió a usar un tono más juguetón para pronunciar su nombre, y mientras sus dedos subieron por el pecho del contrario, sus miradas sin distanciarse por un segundo. 

A Norte pareció gustarle esto, notó.

Ajustó su sombrero, y con una sonrisa de satisfacción adornando su rostro, se elevó y salió volando de la habitación. Norte simplemente lo vio irse, sonriendo de la misma forma, antes de por fin prestarle atención al desesperado yeti frente suyo.

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Sisis me tardé un poco con este cap, pero en mi defensa, escribir dos personajes coqueteando cuando yo ya olvidé cómo coquetear,, es difícil sjsjsjs

Also acabo de salir de semana de exámenes, ocupadx estuve lssnskskdn

Anyway! Hope you liked it!

PastTomorrow out!

Espíritu de Paz ;; RotG , KlausDonde viven las historias. Descúbrelo ahora