Capítulo 6

1.1K 158 27
                                    

Diciembre arribó, Jesper era consciente del poco tiempo que Norte tendría disponible en todo el mes, pero ni siquiera había respondido sus cartas y necesitaba verlo antes de dejarlo en paz por el resto del mes. No se habían visto desde el día que peleó con Alva, así que lo necesitaba.

Un yeti le abrió la puerta, saludándolo casualmente antes de continuar haciendo lo que sea que estuviese haciendo. Jesper voló por distintas áreas de la fábrica, ya habiéndose familiarizado con las áreas principales en las que Norte solía pasar la mayoría del tiempo. Lo halló en el área principal, aparentemente armando o arreglando un juguete mientras que un grupo de yetis veían al guardián con suma atención.

Se acercó por detrás, pasando sus manos por sus hombros para llamar su atención.

—Hola, grandote.

El rostro de Norte se iluminó con solo verlo, y sintió familiar calidez inundar su corazón.

—Mi ángel, sabes que amo verte, pero diciembre no es la mejor época para visitas.

—Lo sé, lo sé, pero necesitaba verte—, explicó Jesper,— no me haz escrito cartas.

—¿Cómo no-...? ¡Phil! ¿Y las cartas que te dije que mandaras?

El yeti mencionado se le acercó, un tinte de preocupación reflejando en sus ojos, y le dió un par de sobres. Murmuraba disculpas, que no habia tiempo entre tanto alboroto, y Jesper no pudo evitar sonreir ligeramente. Estaba apunto de decirle que no había problema, que podía estar tranquilo, pero Norte se le adelantó en hablar.

—¡Ahora no sirven!

No evitó que una risa se escapara de sus labios, y observó al yeti retirarse apurado hacia algún lado. Guardó los sobres en su saco, con la promesa de leerlas después, y volvió su mirada a Norte.

—No importa, de verdad, sólo... Necesitaba verte.

Se acercó, y plantó un rápido beso en sus labios. No quería distraerlo por tanto tiempo. Sin embargo, al guardián no pareció importarle su apretada agenda, pues apenas se separó lo atrajo hacia él para besarlo profundamente. Jesper correspondió, su debilidad eran los labios de ese hombre, no podía negar cualquier oportunidad de besarlo. Aunque estén rodeado de yetis, sabiendo que atraerían miradas.

—Eres hermoso, ¿lo sabes?— murmuró contra sus labios, una sonrisa juguetona acompañándolo.

Su piel se erizó en ese instante, sintiendo su rostro arder, y lo apartó entre risas, disimulando su vergüenza ante sus espectadores.

Estaba bien, los yetis eran en su mayoría amigos suyo, se sentía cómodo con ellos, pero no le quitaba lo avergonzante de la situación.

Se deleitó al escuchar las carcajadas de Norte acompañando su risa, y suspiró en un intento de recuperar su compostura.

—Bueno, dime en qué puedo ayudar.

Colocó sus manos en sus caderas, listo para hacer lo que sea que Norte le indicase. No lo quería distraer, pero quería tiempo con él y solo lo obtendría si lo ayudaba con algunas tareas. El guardián miró las cosas entre sus manos, probablemente recordando su lista de pendientes.

—¿Podrías traerme los planos que están en mi oficina?

—Por supuesto.

Espíritu de Paz ;; RotG , KlausDonde viven las historias. Descúbrelo ahora