Un día de lo más completo
Pasé toda la tarde en la cabaña de Hagrid, el cual he de decir que no cocina muy bien que digamos. Más que sopa de pollo parecía de piedra, por lo que se la di a Fang sin que se diera cuenta su dueño.
Me iba a ir, pero no me dejaba. Pidió que esperara y después de abrir tres cajones y tirar su contenido por el suelo sacó la flauta más grande que había visto en mi vida.
Tocamos varias melodías conjuntas, e incluso me empezó a enseñar a tocar el himno de Hogwarts hasta que vimos llegar desde el porche al tal Potter y creo que Weasley. Dejamos de tocar cuando Fang salió corriendo y me empujó para ir a lamer la cara de Potter. El perro me había golpeado tan fuerte que caí encima del pelirrojo.
Me levante sin decir nada y me sacudí la túnica, la tenía llena de tierra.
-Uy si límpiate -rodó sus ojos azules- no vaya a ser que te contamine lo que sea.
Me quede mirándolo como si viera al mayor idiota del mundo, que no se desviaría mucho. Como pasaba de contestar, me dirigí a Hagrid.
-Muchas gracias por todo -me sinceré-. Siento que hayas tenido que cocinar.
-Espero que vengas más a menudo Lily, aprendes muy rápido las melodías -odio que me remuevan el pelo, pero parecía que todo el mundo estaba en mi contra-. E intenta no saltarte más comida.
Asentí y me marché de allí con aquellos dos idiotas hablando de mi a mis espaldas.
-¿Que piensas de ellos Nyx?- la miré, se estaba limpiando las plumas- ¿Idiotas o mala impresión? -estornudó- Exacto.
Solamente quedó de ese día ir a cenar y enterarme de que hubo un intento de robo en Gringotts. Un día bastante productivo.
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Puede ser que las cosas empezaran a torcerse el jueves, donde las clases de vuelo se impartía junto a los Gryffindor y Slytherin. Se ve que al coordinador de horarios le gusta ver el mundo arder.
Es decir, entiendo que en pociones estemos juntos por la falta de tiempo y eso, pero la profesora Hooch solamente debía impartir las clases a los de primero porque era obligatorio. No debía hacer nada más a parte de ser el arbitro de los partidos.
En la hora del desayuno ya me fijé en que Malfoy tuvo una pelea verbal con Potter y Weasley que fue detenido por Mcgonagall. Al parecer el rubio no sabe como llamar la atención del niño que vivió y se metió con la recordadora de Neville.
-Ya veréis chicos -llevaba mas de quince minutos hablando de lo mismo-. Llevo toda la vida jugando al quiddich. En la mansión donde vivimos tenemos un jardín que alcanza a coger toda la vista.
-Increíble -aplaudió Goyle.
-Si, si -concordó el otro gorila-, increíble.
-Si -suspiró con aire soñador el rubio-, es injusto que a los de primer año no nos dejen entrar en los partidos.
-Ya sabes porqué -interrumpió Blaise-. Quieren que todos hayamos tocado una escoba antes, ya sabes, para tener las mismas oportunidades.
-Los que no saben son esos... -parecía rabiosos- impuros. No deberían aceptarlos aquí. Si nos les han enseñados en casa es por algo, lo único que consiguen es retrasarnos a nosotros.
Rodé los ojos. Cuando Malfoy no decía estas gilipolleces era majo a su manera, pero seguía siendo un mimado hijo de papá.
En ese momento pensó que era buena hora abrir el paquete de golosinas que le enviaba siempre su madre con la majestuosa lechuza real.
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Lilianne y la Piedra filosofal
FanfictionLilianne, confinada en unas cuatro paredes de lo que ha sido su hogar durante once años. Apartada por sus sucesos inexplicables hasta que un día, un hombre entrara en su infierno entregandole la libertad en forma de carta. Bienvenida a Ho...