El Bosque Prohibido
Las cosas no podían haber salido mejor.
Pude llegar sin que nadie se diera cuenta a mi habitación, al parecer había un escándalo en otra parte el castillo, porque no me encontré a nadie por la noche.
A la mañana siguiente, los relojes con los puntos de la casa estaban más abarrotados que nunca. Los de Gryffindor estaban desconcertados, y los de Slytherin más felices que nunca. En la hora del desayuno, Draco me contó los sucesos desde su punto de vista, y ninguno de su casa le regañó por perder veinte puntos porque consiguió descontar ciento-cincuenta a los leones.
Pero tenía que planear lo importante de verdad; una escusa para un pase al bosque prohibido.
Ese día, en la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, el profesor Quirrell nos explicó los principios bases para espantar a un Bundimun. Por lo que parece, estos se encuentran en todo el mundo por lo que su estudio se hace universal.
Una vez acabada la clase, recogí mis cosas lentamente para poder quedarme asolas con el profesor.
-Disculpe profesor -este saltó, pensaría que ya no había nadie-, pero tengo una duda.
-A-ah si -sonrió tenso- L-Lia-n-n-nne. ¿P-pued-do ayud-dar-t-te en al-go?
-Verá profesor -el hombre empezó a relajarse- como usted sabrá, el bosque prohibido está totalmente prohibido a los alumnos por los peligros que aguarda.
El asintió sin hablar. Mejor, nos ahorramos tiempo.
-Yo, por otro lado me gustaría entrar -abrió los ojos demasiado-. Aún sabiendo de esto, se que en más de una ocasión los alumnos se pueden adentrar en el, como por ejemplo para la clase de criaturas mágicas. ¿Estoy en lo correcto?
-S-s-si.
-Esto siempre es bajo la condición de que un adulto este como responsable de los menores.
-Yo n-no c-creo que se-ea buena id-d-dea -interrumpió rápidamente- hay much-chos pel-li-gos y nos-sot-tros...
-Perdóneme profesor, pero creo que no me he explicado bien -mierda, es demasiado cobarde. Probaremos con Hagrid-. No quiero que usted entre conmigo señor, esta cualificado pero se que ser profesor le produce demasiado trabajo y quita mucho tiempo.
-Bu-bueno s-si -sonrió.
-Usted conoce de sobra lo que hay allí dentro, y los dos sabemos que no es tan exagerado. Por eso he venido a pedirle el favor a usted, como experto en las artes oscuras que es.
-¿Qu-e f-fa-avor exa-ctam-mente?
-Un simple papel firmado, donde me autoriza a entrar al bosque prohibido. Claro que se tiene que estar con un adulto -dije rápido-, y como no me gustaría molestar a ningún profesor, me gustaría estar bajo el cuidado del guardabosques Rubeus Hagrid. Este ya tiene que entrar por obligación en el, por lo tanto no molestaría a nadie.
-To-todo es-tá m-muyh b-bi-ien -miró el papel que le había entregado, solo faltaba su firma-, pero s-si t-te p-p-pasa al-g-go...
-Si algo me pasa nadie se lo echaría en cara, profesor -me miró sin entender-. Cuando salga de aquí, volveré del orfanato de donde vengo, el cual piensa que estoy en una escuela religiosa. Pase lo que pase, usted sale impune.
Parece que le convencí. Cogió la pluma, y cuando estaba apunto de firmar se detuvo.
-¿P-Porq-que quie-eres ir?
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Lilianne y la Piedra filosofal
FanficLilianne, confinada en unas cuatro paredes de lo que ha sido su hogar durante once años. Apartada por sus sucesos inexplicables hasta que un día, un hombre entrara en su infierno entregandole la libertad en forma de carta. Bienvenida a Ho...