11:00 pm

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No tengo mucho tiempo, pero deben de saber la razón de mi muerte...

Yo sabía que no era una buena idea porque era un trabajo muy deprimente, desde un principio no lo quería pero no tenía otra alternativa, me habían expulsado de la universidad y tendría que esperar hasta el próximo año para volver a entrar.

Necesitaba trabajo para ganar dinero y mi tío me escogió el peor de todos, sepultando a los muertos en un cementerio no muy lejos de mi casa, era horrible ver todos los días como las personas lloraban por sus seres queridos, estar ante la presencia constante de la muerte era lo último que quería.

Llevo solo unas semanas en este trabajo y el color negro lo veo cada día es esencial aunque no era mi color favorito, cada día estaba más y más deprimida, por esa razón le pedí a mi jefe que me cambiara de zona, cualquier cosa era mejor que seguir allí.

-El único puesto disponible sería el de guardia por la noche- dijo mi jefe y yo acepté sin dudar.

Me parecía mucho mejor, en la noche era más tranquilo y no tenía por qué ver a la gente llorar ya que nadie venía al cementerio por la noche.

Mi única compañía era la grande y brillante luna, debo admitir que si da un poco de miedo ya que yo soy una persona muy supersticiosa, creo en los espíritus, fantasmas y eso hace más escalofriante mi trabajo.

Pero todo estaba muy tranquilo, lo único que me inquietaba era que cada día a las 10:45 p.m. llegaba una señora a una tumba y se ponía a llorar inconsolablemente, yo nunca la interrumpí, sé que sería muy imprudente molestarla ya que pudo haber sido un familiar muy cercano del fallecido; pero llevaba ya 5 días viniendo sin falta y me decidí a ir a ver cómo se llamaba la persona por la que tanto lloraba, pero creo que al acercarme pise accidentalmente la tumba porque un hombre que apareció de la nada y me regañó por mi descuido.

-No deberías estar viendo cosas que no debes- me dijo el hombre un poco enfadado.

-Yo solo quería saber cómo se llamaba- le contesté apenada.

-Eso no te servirá de nada- me dijo mientras salía por la puerta principal.

Volvían a ser las 10:45, la misma señora iba y lloraba en la tumba, pero ahora el hombre volvió y se quedó mirando a la mujer con mucha melancolía.

-¿Por qué estaba mirando a esa señora?- le pregunté al misterioso hombre con mucha curiosidad.

-Ella es una persona que conozco... Más bien, que conocía- me contestó el hombre.

-Y… ¿Quién es usted?- le pregunté.

-Me llamo Edgar.

-¿Por qué vienes todas las noches como ella?- le pregunté para poder conversar más con él y no pasar la noche sola.

-Pues la persona que está en esa tumba murió a las 11:00 de la noche y por eso vine a verla.

-Pero no entiendo por qué tendría que venir justo a esta hora.

-Los espíritus pueden aparecer en este mundo a la hora de su muerte, bueno, solo cuando no descansan en paz y como su muerte se tardó una semana, mañana se concederá la venganza- dijo Edgar mientras salía.

Eso me hizo pensar mucho, pensar en todo lo que pasaba y si quizás él me estaba advirtiendo ya que ¿la señora era en realidad un espíritu? Eso sería lo más lógico. Pero ¿vengarse de quién y por qué? Tenía que ver esa lápida.

10:30 p.m. ahora estoy enfrente de la lápida y el nombre del muerto es Edgar... No tiene sentido alguno, yo estuve hablando con él desde hace 2 días.

Esperé a la señora que siempre venía y le pregunté por qué todas las noches le venía a llorar, ella me dijo que Edgar fue enterrado vivo, el doctor se había equivocado y dijo que había muerto cuando en realidad se había comido un pez que hace que parezca muerto pero podía escuchar, ver y sentir todo, solo que cuando lo supieron ya era demasiado tarde.

Me asusté y le pregunté quién fue el culpable de eso y ella me dijo que solo dos: el doctor y la persona que lo enterró, porque gracias a ellos tuvo una muerte muy lenta y dolorosa.

La señora se fue hace rato, ya son las 10:57, me tarde un tiempo pero al fin me di cuenta que yo fui quien lo enterró cuando el estaba vivo, era mi trabajo, nunca me imaginé que siguiera con vida... 10:58, ya no tarda en venir por mí, estoy muy asustada, escribo esto porque sé que huir no servirá de nada.

Ya son las 10:59, tengo mucho miedo, sé que él ya está aquí, su mano sale de la tumba...

Tengo demasiado miedo como para seguir escribiendo.

Tengo demasiado miedo como para seguir escribiendo

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