Juliana POV:
Sonreí amplio al verla sentada en aquella banca. Valentina y yo habíamos quedado en vernos esta tarde, en el parque donde casi siempre ibamos a charlar de cosas sin sentido.
Camine unos metros más buscando la ubicación de aquella linda chica, después de unos pasos más sus ojos azules se encontraron con los míos, rápidamente sentí un terremoto dentro de mi, que emoción verla...la extrañaba, hace unos días que no quedábamos, ya saben, entre la escuela, Luis y todo eso...
Camine y rápidamente me lanze hacia el abrazo que me ofrecía.
Al no poder estar juntas en el insti, las dos habían llegando a la conclusión de que debían aprovechar cada segundo en estar lo más juntas posible.
— Te he extrañado mucho Juls...— susurro ella en mi oído de forma delicada, atine a aferrarme un poco más a su cuerpo y responder con un simple "yo más Val". Un silencio se presentó entre nosotras pero no detuvo el contacto que teníamos, parecía que ninguna deseaba romper aquel estrecho abrazo. Apoye mi frente en uno de sus hombros y solté un suspiro.
Así pasaron unos segundos hasta que ella se separó de mi cuerpo de forma tranquila, noté como lentamente acercaba una mano a mi mejilla, sus ojos miraban con detalle y sutileza todo mi rostro, en silencio.
— ¿Estas...bien?— pregunto bajito aún mirándome, y yo en ese momento siendo sincera casi me derrito. Parecía avergonzada de preocuparse.
Acaricio un poco uno de mis pómulos, pasando la yema de sus dedos por mi piel, en busca de algún rasguño, luego bajo su mirada hacia mis manos, atenta en ver alguna señal de los atentados de Luis.
— Valentina...hey, tranquila, no ha pasado nada— la miré a los ojos, tratando de convencerla, de calmarla, pero su mirada seguía nerviosa, cuidadosa...fruncí levemente el ceño. Fije aún más mi atención en ella, por aquel acto Valentina optó por agachar la cabeza, capturo su labio entre los dientes y retrocedió un paso.
— Estate tranquila Val...—hable delicada, apoye una mano en su hombro y busque captar su atención. Ella solo dio un par de grandes exhalaciones y luego de unos segundos subió la mirada.
— Claro, tienes razón— respondió con una sonrisa simple. —Solo quería...— se aclaró la garganta— quería asegurarme que todo estuviera bien, eso es todo. —pasó una mano por su largo cabello, y luego cogio mi mano.
Luego hablo de nuevo.
—Sentémonos— sugirió y yo asentí accediendo, ambas nos acomodamos en aquella banca.
Decidí empezar una trivial conversación.
—¿Como has estado Val?— pregunté curiosa, mientras subía mis piernas a la banca para estar más cómoda.
Valentina habría querido responder muchas cosas pero sólo se conformo con decir un...
—Bien Juls— miro al frente.
Sonreí al escucharla y por un momento me quede mirando aquel fino perfil, ella seguía mordiendo su labio de vez en cuando, sus manos estaban apoyadas y apretaban con fuerza la madera de aquella banca.
Era hermosa.
—¿Te gusta la vista?— hablo de repente con una leve sonrisa dibujada en su rostro y una ceja algo alzada.
Se había dado cuenta de mi mirada.
— Yo emm...n- —balbucee y luego opté por callar.
Valentina volteo la cabeza y conectó nuestras miradas, de forma intensa, fuerte. Ambas estábamos en silencio y yo sentía que en cualquier momento mi corazón iba a explotar, acerque involuntariamente mi rostro a ella.
La tensión que se sentía era de otro maldito mundo, ninguna de las dos era tonta, sabían lo que estaba empezando a suceder, pero era tan complicado que solo lo ignoraban.
Mis ojos viajaron hasta sus labios de forma algo descarada, solo quería...quería tenerla, eso era de lo único que estaba segura, la quería en vida, la adoraba en mi vida.
Me acerque un poco más.
Valentina se encontraba ahí, inmóvil, yo por otro lado ya ni sentía mi razonamiento. Pasaron así unos tortuosos y eternos segundos, hasta que algo interrumpió aquel extraño pero mágico momento.
Quiebre.
—Deb..Debo ir a...mmm Debo ir a hacer algo— la chica de ojos azules volteo la cabeza rápido y se paró, se acercó a darme un fugaz beso en la frente de antes de que me diera cuenta ya se encontraba demasiado lejos como para ir a buscarla.
Me quede en silencio.
— Mierda. — apoye mi frente en una de mis manos y cerré fuertemente los ojos ¿Que acababa de hacer? Quise golpearme sin fin. Espere unos minutos y luego de que el sol terminara de ocultarse decidí volver a mi casa.
Juliana pensó en aquella situación en todo el camino a su casa, en como Valentina se notaba nerviosa, asustada pero al mismo tiempo confundida...
Aquel día en el parque sería un secreto guardado por siempre.
Lastima que ellas no eran las únicas que habían presenciado aquel momento...