JULIANA POV.
Estúpida! Agh en que mierda estaba pensando!
Gruñí y fije una vez más mi mirada en la puerta del patio trasero por donde había salido hace no más de 5 minutos.
En qué momento venir a la casa de esta chica había sido buena idea...aunque no habría tenido donde más ir en esta situación cualquier otro paradero parecía más adecuado.
Valentina es la única que sabe lo que ocurre, bueno no lo sabe del todo...pero es suficiente, ella es consciente del asco de persona que soy en verdad, claro a parte de mi.
Suspire.
No pude soportar la pena con la que me veía...tenía que irme. No quería ser una carga para ella, además haría preguntas y hoy no tengo la fuerza mental para responderlas sin tener un ataque de ansiedad.
No se si fue el efecto del alcohol o el miedo que corría por mi cuerpo pero hace un par de horas la casa de Valentina era el mejor plan tenía.
No podía volver así y que mi padre me viera de esta forma.
Siendo sincera me sorprendió que Valentina me abriera, después de todo no he hecho más que ignorarla en la escuela, claro a excepción de la ocasión en los camerinos.
Mierda.
Valentina es muy buena, cuando estuve con ella me sentí...tranquila, era la primera vez en meses que podía mostrar mis heridas sin tener que dar una falsa explicación. Me trataba con tal cuidado y delicadeza que hacía que me ponga nerviosa...
¿Que pensará de mí? ¿Si dice algo en la escuela? Y lo peor ¿si Luis se entera que alguien lo sabe? Sería mi fin y mi padre me mataría, aunque después de todo ella a demostrado que es de confianza...si, se que puedo confiar en ella pero tampoco debo abusar.
Sacudí la cabeza y empecé a caminar sin mucho rumbo, mis costillas dolían, tenía un gran moretón en el lado derecho de mi abdomen, moría de frío y tenía hambre, Dios mi vida era totalmente miserable, reí levemente de forma irónica, si tan solo los de la escuela supieran todo lo que ocurría, solo espero que todas las heridas se curen antes del Lunes.
Era triste que estuviera consciente del infierno que vivía día a día pero era más triste aún saberlo y no tener la voluntad ni el coraje de hacer un cambio.
Moría de miedo, mi padre había sido muy claro conmigo desde que era una niña.
"La felicidad viene cuando tienes un hombre que te ame y te proteja, además debes casarte para mantener esta familia, es lo que tu madre habría querido"
Pero era eso cierto? Es lo que mamá habría querido?
A pesar de mis dudas debía creerlo, Luis me amaba y hacía todo eso por mi bien...tal vez yo estaba mal y no apreciaba su cariño, después de todo el era todo lo que conocía y sabía que lo quería.
La luz de la habitación de aquella amable chica de había apagado, supongo que ya estaba durmiendo.
Con que cara la iba a ver en la escuela...
Rayos.
Si no fuera por el subidón de ego que me dan todas esas personas en clase no se que sería de mi, ser "admirada" era lo único que me daba algo de autoestima, esa era una cosa que también le agradecía a Luis, el estatus que tenía ahora era algo que antes muerta dejaba ir, me hacía sentir valorada.
Frote mis manos entre sí para entrar un poco en calor y me senté en la pequeña banca que había en la parte de atrás de mi casa, faltaban un par de horas para el amanecer, mi padre salía a trabajar a las 6 AM así una vez que se fuera yo podría entrar a la casa y maquillar aquel desastre que tenía por cara.
Mi teléfono estaba muerto, apuesto que a qué tengo más de mil llamas perdidas de Luis, supuestamente iba a dormir con el esta noche, pero después de la escena de celos que armo ni loca volvía con el.
Mañana iba a disculparse...como siempre.
Muchas cosas habían pasado esta noche, yo solo estaba segura de que no podía volver a acudir a Valentina, había abusado de su confianza y tiempo muchas veces, tenía que guardarme todo este problema.
Era mi culpa poner a Luis celoso y debía cargar con eso por más que mi conciencia gritara que le pidiera ayuda y consuelo a que la chicha de ojos azules las cosas debían quedar aquí.
Olvídala Juliana, apuesto qué ella solo quiere que sus días sean normales, no necesita a alguien como tú en su vida.