"Conociendo"
– Bien, estamos jodidos. – Comentó la pelirroja, volviendo hacia la furgoneta. Pudo escuchar desde fuera como Reino Unido empezaba a maldecir, mientras Francia sólo soltó un suspiro. La española se conformó con patear alguna de las piedras del suelo. — Con suerte está aquí en dos horas, con suerte. Estamos más apartados de lo que creía.
Os pongo en situación. Ayer, después de todo lo que había pasado en la tierra Asturiana, prosiguieron con su viaje. En vez de ir en la carretera de montaña, tomaron el desvío y fueron por la nacional del Cantábrico, siempre al lado del mar. Después tuvieron la gran idea de meter la furgoneta por uno de los desvíos de la vieja carretera.
Todo eso tuvo una explicación lógica. Sabían que ahí había un lugar de descanso donde podrían dormir. Y además estaba cerca del mar. Estuvieron hasta que se puso el sol los tres dando vueltas por la playa, abrigados porque no dejaba de ser el Cantábrico. Aún tenían el valor de pasear por la orilla, con los pies dentro del agua. Jugaban a perseguirse, se subieron en las rocas. En fin, cuando el sol desapareció los tres estaban en la arena, Francia estaba sentada, con Reino Unido apoyado en su hombro y con la cabeza de España en el regazo.
Después tuvieron que quitarse las arenas, sacudieron todo lo posible y se pusieron la ropa de dormir, para cenar en una de las mesas de piedra de la zona de descanso. Estaba claro que cuando llegasen a Cantabria aprovecharán los tres para ducharse y hacer una lavadora, ya que les quedaba ya menos de la mitad de ropa limpia y no se habían duchado desde que salieron de Galicia, o sea en dos días básicamente.
El problema no fue eso, no. Todo lo que había pasado en la tarde fue algo hermoso que recordarán toda su vida. Su problema fue a la mañana. Tras asearse lo justo y necesario y desayunar malamente, cuando quisieron salir del camino y volver a la nacional en mitad del camino una de las ruedas se pinchó. Tuvieron que parar rápidamente, no les quedó otra.
España llamó primero a Cantabria, diciendo que posiblemente no llegasen hasta después de comer, pero que les preparase un cuarto para los tres. Después, llamó a "atención en carretera".
Debido a donde se habían metido, tardarían al menos un par de horas para ir a buscarlos y llevarlos a Santander. Y eso era lo malo, estarían dos horas ahí estancados sin poder moverse, sin poder hacer nada, y sin poder comunicarse por más que el teléfono de la española, los otros dos se habían desgastado junto con la batería portátil. Iban a perder toda la mañana ahí.
Vamos, que en pocas palabras.
– Esto es una puta mierda.
– Pour la première fois, je suis d'accord avec votre langage de princesse, c'est une putain de merde. (Por primera vez estoy de acuerdo con tu lenguaje princesa, esto es una jodida basura.) – Comentó Francia, mientras abandonaba su asiento para irse a tumbar en la parte de atrás. – Il faudrait aussi demander à la Cantabrie de passer un aspirateur dans la camionnette, celle-ci a du sable hier. (Tendríamos que pedirle también a Cantabria para pasar un aspirador por la furgo, esto tiene arena de ayer.)
– Joder, Cantabria se va a cargar en mi. Una de las veces que vengo a visitarlo, llego tarde, le vamos a utilizar la ducha, la lavadora y la aspiradora. Y como agradecimiento le ofrecemos nuestra presencia. – Dijo la española, acostándose al lado de Francia. No pasó ni un momento para que la francesa se acercara a la de habla hispana y la abrazara, como si fuera un peluche. Ya se había acostumbrado a que cuando estaban tumbados, la Francesa siempre iría a abrazar a alguien, era como una especie de instinto suyo.
– And what are we going to do while we wait? (¿Y qué vamos a hacer mientras esperamos?)
El inglés hizo lo mismo que las dos mujeres, y se fue a la parte de atrás, asegurándose de dejar las puertas bien cerradas para que nadie entrase, aunque, ¿quién coño iba a estar en una carretera vieja? Sólo ellos que eran estúpidos, esa era la respuesta correcta.
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Tres No Son Multitud 🇬🇧🇪🇸🇫🇷
FanfictionLas miradas no engañan cuando Francia y Reino Unido no pueden hacer nada más que quedarse embobados hacia la figura angelical de la española. Y esta misma no puede pensar en otra cosa que un mínimo de esperanza de que ellos sientan también el amor i...