Capítulo 15

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"And now we're falling apart"

En contraposición a la primera vez que ambos viajaron solos en tren, esta vez no tuvieron ningún sobresalto. El matrimonio llegó a Toledo sobre las tres de la tarde. Pudieron un taxi, que los llevó a la dirección que la valenciana les apuntó en un papel. Así, llegaron sobre las cinco a la casa de campo de la castellana.

Ellos no sabían que hacía una hora atrás España se fue en el coche de Castilla acompañada de Cuenca y Toledo al centro comercial de la ciudad. Ahora mismo lo más probable es que estuviera dentro de una tienda probándose ropa, mucha ropa, de la cual seguramente no se llevaría ni la mitad, pero era tan adictivo hacer eso.

El matrimonio lucía cansado, no físicamente hablando. Estaba claro que toda la situación les estaba pasando factura, que aquello ya empezaba a ser agotador. Y aún seguían manteniéndose fuertes, dándose energía y esperanzas el uno al otro para que no decayeran en la tristeza. Habían llegado a la casa de Castilla. Habían venido a buscar a su princesa y tenían claro que querían irse con ella.

Pues bueno, su princesa estaba en otro castillo.

Ambos, tomados de la mano, timbraron a la puerta. Esperaron unos segundos que se hicieron horas, hasta que la comunidad les abriera la puerta. Se lo debieron imaginar, debieron recordar que no iban a ver sólo a España, iban a ver a su madre. Y tal vez conocer a la suegra en estas circunstancias no era la fantasía de todos.

Aún así, Castilla la Mancha los recibió con una sonrisa. Los invitó a pasar y que sentasen en el sofá mientras ella iba a buscar algo de beber y comer, que seguramente no habían probado bocado desde la hora de la comida. Ellos, nerviosos, mostraron una impoluta obediencia a cosas que sólo eran por mera amabilidad. Y una cosa, Castilla no se equivocaba porque los dos devoraron un plato de churros con chocolate más rápido que la velocidad del sonido.

Y mientras ellos comían, Castilla iba hablando de sus cosas. Que si los churros eran caseros, si que el chocolate está muy caro. Básicamente intentaba ganarse su confianza, mantenerlos tranquilos y en calma para después hablar de forma seria y sincera como personas adultas que todos eran. Y estaba funcionando porque cuando acabaron aquel chocolate caliente sentían un gran desasosiego dentro de ellos.

- Ya veo que teníais hambre, ¿eh? Espero que no vos habríais llenado mucho que dentro de un rato es la cena.

Castilla recogió la vajilla sucia. Tras eso, se sentó en el sillón, quedando justo frente a ellos. Con calma y serenidad, les hablaba mientras miraba los cuadros de las paredes.

- Pongámonos algo más serios ahora que tenemos el estómago lleno. Sé lo que ha pasado. No, España no está aquí. No, tampoco podéis avisarla. Primero podemos hablar nosotros.

- Well, yes ... Look Castilla, we love Spain and we want to make it happy at all costs. We would not like you to be against this. And it cannot take Spain away from us. (Bueno, sí... Mire Castilla, nosotros amamos a España y queremos hacerla feliz cueste lo que cueste. No nos gustaría que usted estuviera en contra de esto. Y no puede alejar a España de nosotros.)

- Oh. Pero si no lo estoy. Yo estoy más que feliz de que améis a mi pequeña.

- Wait ... And why can't we warn her? (Espera... ¿Y por qué no podemos avisarla?)

- Porque ella necesita tranquilizarse. Tanto como vosotros necesitáis tranquilizaros. Imagino que han sido dos noches duras, ¿verdad?

- Vous n'en avez aucune idée, madame. Hier, nous étions vraiment heureux d'apprendre que Cuenca l'avait retrouvée. Nous ... nous ne pouvions pas imaginer ce que nous ferions si elle avait disparu ... (No tiene ni idea señora. Ayer estuvimos realmente felices al escuchar que Cuenca la encontró. Nosotros... no podíamos imaginarnos que haríamos si ella hubiera desaparecido... )

Tres No Son Multitud 🇬🇧🇪🇸🇫🇷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora