Capítulo 2

1K 74 125
                                    

"Conociendo"

Desde la reunión, habían pasado un par de días. ¿Qué tal fue? Pues como siempre. Discutieron de los temas de actualidad, Alemania reclamando el pago de deuda a determinados países, ella incluida, y no mucho más. No participó más de lo justo y su sonrisa se ensanchó en cuanto se vio en el avión de vuelta a la península Ibérica.

Fue una de las últimas en coger el avión de vuelta a su país. Se despidió de Portugal en el mismo aeropuerto, y también de Francia y Reino Unido, que aseguraron que tenían cosas que hacer, pero que se verían pronto. Después de aquel café, ambos se pasaron pendiente de ella, como procurando que no se sintiera mal. Fue bonito sentirse algo querida, aunque le agobia un poco que le prestaran tanta atención de una forma, bueno, era tan raro como se comportan a su lado que ella misma no podía explicarlo.

Pero ahora volvía a casa, a su vida, lejos de esas cosas e inmersa en trabajo y... En toda la mierda que traía eso. Volvería a la rutina, a vivir con Madrid y pasar las noches en vela porque el insomnio era una mierda y ella no encontraba la forma de combatirlo sin que acabase antes de las cinco de la mañana con dos botellas de ron encima. Y eso era lo que más le preocupaba, volver a esa vida.

Entiendan, aunque le jodiera mucho ir a las reuniones, debía de admitir que mantener relación con los demás países le venía muy bien. Como no tenía que preocuparse, en los días que duraban las reuniones, todo era más relajante, más despreocupado. Era salir de la rutina y poder disfrutar de la vida un poco más.

Y ahora todo eso simplemente eran momentos que se los llevaba el tiempo. Necesitaba más días así.

Necesitaba... Necesitaba unas vacaciones... ¿Necesitaba unas vacaciones?

Si, necesitaba vacaciones. Necesitaba salir de la rutina como había hecho ahora, como siempre había hecho cuando se marchaba de la capital. Debía escapar sólo un poco más de sus obligaciones y volver a vivir su vida. Abandonar esa asquerosa forma de existir que la estaba consumiendo poco a poco, eso es lo que debía hacer. Y empezaría ahora mismo.

¿A dónde iría? No muy lejos, ni siquiera saldría de la península. Pensó que le vendría bien visitar a sus comunidades y provincias. Sólo las veía cuando pasaba algo muy importante, o cuando se reunían todos para cenar en las fechas más especiales, ya fuera Navidad, Carnavales o Pascuas. Y el resto del año hablaban por teléfono y no mucho más. Le vendría muy bien visitar a sus comunidades que habían sido como sus progenitores, figuras paternas y maternas o hermanos (realmente ella no entendía la situación familiar con su territorio), disfrutar un rato de sus pequeñas y preciosas provincias y simplemente eso, salir de la asquerosa rutina a la que se veía sometida antes de que acabará muerta, aunque no pudiera morirse realmente.

Pensó tal vez ir hasta casa y avisar a Madrid, pero descartó la idea. Si avisaba a la chica con ocho estrellas, sabía perfectamente que no le permitiría hacer algo como eso y la forzará a volver a casa, y ella no permitiría que alguien le jodiera su plan de escaparse. Tan pronto bajara del avión, tomaría otro. Nadie se lo esperaría, sería una sorpresa para todos. Ya podía imaginarse como su capital empezaría a entrar en pánico cuando no la viera salir del aeropuerto, pero no le importaría nada de nada, al final sabría que se le pasaría tarde o temprano.

¿Por dónde empezaría? Iría de norte a sur y de oeste a este. Empezaría por Galicia y acabaría por Andalucía. A cojones debería pasar por Madrid, pero aunque sólo fuera para presentarse en su funeral. Le mataría, le mataría por ser una imprudente y no ser responsable con sus obligaciones y simplemente pasar de las cosas, o abandonarlas. Pero prefería millones de veces hacer una locura como esa que consumirse lentamente en su dormitorio.

- Estoy jodidamente loca.

Esa frase era lo que se repetía por su cabeza mientras miraba por la ventanilla del avión. Estaba sonriendo, de verdad le ilusionaba hacer algo como eso. Aunque no tenía ropa suficiente para un viaje tan largo, literal sólo había metido un par de jerseys y otro pantalón vaquero, ya compraría por el camino. No necesitaba planear nada, debía dejar que las cosas surgieran poco a poco.

Tres No Son Multitud 🇬🇧🇪🇸🇫🇷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora