"And now we're falling apart"
Tic. Tac. Tic. Tac. El tictac del reloj de pared era uno de los pocos sonidos que podían escucharse en aquella habitación de hotel, junto a los leves gemidos que soltaba la pelirroja cuando el algodón rociado de alcohol pasaba por sus heridas en los pies. Eran las cinco de la mañana, nadie había dicho ninguna palabra desde hacía una hora y la tensión se podía cortar hasta con una pluma.
Sentados en la cama, curaban los cortes que se causó la española al romper la botella de vino. La tuvieron que llevar hasta allí en brazos con el mayor cuidado posible, procurando no dejar todo el suelo con sangre y que después los dueños del hotel pensaran que ahí se había realizado una masacre. Cuando la sentaron, Francia comenzó a curarla mientras el inglés limpiaba todo el desastre del baño: gotas de sangre, colillas por el suelo, trozos de vidrio... Era un auténtico espectáculo inverosímil.
España miraba hacia el suelo, procurando no mantener contacto visual con el inglés o la francesa. Cuando ellos la encontraron, sintió como todo el efecto placentero del alcohol y la nicotina se esfumase. Se sentía más estúpida, si es que acaso era posible, ¿en qué mierda había estado pensando al hacer eso? Pues en que eso era la única solución, lo había sido durante años, ¿por qué ahora se avergonzaba tanto de esto? Porque siempre le había dado vergüenza ese lado autodestructivo suyo, pero lo negaba.
Mientras la española parecía que realmente no estaba allí, Francia se encargaba de desinfectar las heridas de sus pies con el mayor cuidado posible. No se despertó por casualidad, sino porque escuchó el llanto de España. Ella esperaba muchas cosas, tal vez el encontrarla llorarlo no le hubiera sorprendido tras la discusión que mantuvo con Cataluña, ¿pero borracha y fumando? Eso nunca se lo hubiera imaginado. "¿Será la primera vez que hace esto?" "¿Por qué lo haces?", eran las cosas que se preguntaba la francoparlante, observando la mirada perdida de la castellana.
Tampoco Reino Unido lograba entender las cosas. Especialmente estaba enfadado, ellos se estaban matando por ayudarla, porque ellos la querían. Y ella, ella justamente hacía lo contrario, estuvo toda la tarde del día anterior callada, y después cuando se despierta la encuentra en ese estado vergonzoso. "¿Tanto le costaba pedir ayuda?", pensaba nuestro inglés mientras cubría de vendas los cortes hechos por los cristales.
Pero ninguno de los tres era capaz de formular alguna pregunta. Ellos, el matrimonio, porque no sabían cómo tratar aquella situación. Y ella, la española, por vergüenza. En cuanto se colocó la última venda en el pié de color rojo con franjas amarillas, España se intentó poner de pie, algo estúpido de su parte porque aún con las heridas abiertas eso dolía como mil demonios. ¿Por qué se había levantado? Porque quería recuperar sus cigarros, fumarse uno y después echarse a dormir, pero volvió a caer en el suelo por el dolor de las plantas de sus pies, que ahora manchaban las vendas con ese tono carmesí.
Reino Unido fue el primero en estallar. No entendía nada y simplemente levantó a la española, la tomó en brazos y con un grito la acostó en la cama. – Are you crazy?! Your feet are full of wounds and the first thing you do is stand up, what the hell were you thinking about? France, tell him something to see if he understands it. (¡¿Estás loca?! Tienes los pies llenos de heridas y lo primero que haces es ponerte en pie, ¿en qué cojones estabas pensando? Francia, dile algo tú a ver si lo entiende.)
Pero Francia no hizo nada de eso. No le reprochó, ni reaccionó con furia. Mandó callar a su esposo haciendo un "shhh", después se acercó a la ibérica, la abrazó y la acostó en la cama, para después tumbarse con ella en la cama y rodearla entre sus brazos. España, entre lágrimas de cansancio, se pegó a la francoparlante y escondió su rostro en el pecho de esta. – Chérie, il est cinq heures du matin. Reposons-nous encore un peu. (Cariño, son las cinco de la mañana. Descansemos un poco más.)
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Tres No Son Multitud 🇬🇧🇪🇸🇫🇷
FanficLas miradas no engañan cuando Francia y Reino Unido no pueden hacer nada más que quedarse embobados hacia la figura angelical de la española. Y esta misma no puede pensar en otra cosa que un mínimo de esperanza de que ellos sientan también el amor i...