Capítulo 18

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"Ensemble vers l'avant"

– ¿Qué ha pasado qué?

El hombre de bandera roja y blanca mira a la otra comunidad presente en la sala con una expresión seria. Estaban en una cocina, él tomaba su café mientras leía el periódico del día de hoy, al menos eso hacía. Ella, tranquilamente, sigue tomando su vaso de licor-café y continúa hablando con relativa calma. Le explica qué ha pasado con esos extranjeros y con el Estado.

Él se sorprende, ya que pensaba que eran meros rumores sin importancia. No le hace ninguna gracia siendo sinceros. España, ¿qué demonios hacía esa niña con esos dos? ¿Y Castilla lo había aprobado sin ninguna pega? Tal vez fue porque tenía a “esos dos” con ella y le pareció muy bonito ver ese amor juvenil. Menuda estupidez. ¿Acaso todos en este país se habían vuelto locos salvo él? Para el de bandera rojiblanca es la respuesta más lógica.

La mujer que le acompaña sigue hablando ignorando aquella cara de asco. Ella habla de la camioneta, de la información que ha conseguido hablando con otras comunidades y provincias. Explica los motivos aparentes de aquella desaparición de la española, cosa que sabe que hará enfadar al otro, pero tampoco le toma importancia. Ella sólo estaba ahí para eso, para informar. Él comienza a interesarse más por lo que pensó Castilla la Mancha, pero ella no puede decirle eso ya que no tiene la información. Él gruñe en lo bajo y toma un sorbo de café.

A veces ella se preguntaba porqué seguía quedando con él y dándole información que sabía. Supongo que el cariño que podía tenerle era superior al odio a veces. ¿Acaso no había sido ella la que apareció en su casa a las tantas de la madrugada? Sí, fue ella, como tantas otras veces. Y aún sabiendo lo que había, él seguía obsesionado con Castilla la Mancha, incapaz de olvidarla nunca y viviendo atado a su sombra.

“Porque la amas tanto como la detestas, ¿verdad Castilla y León?”

Ella lo sabe. Es consciente de esas cosas. Pero no puede hacer nada para evitarlo. Por muchos siglos, ella sigue siendo el refugio temporal, el segundo plato que siempre estará allí esperando. Y por eso lo odia, odia a ese castellano de una forma en la que nadie pudiera imaginarlo, pero no solo siente odio, siente tantas cosas que otra vez acaba en su cocina tomando licor-café diciendo lo que sabe.

Pero por una vez preferiría haberse callado. Castilla y León no parece nada feliz sabiendo en qué asuntos andaba el país. No podía meterse en su cabeza, pero si pudiera no tardaría en ver como estaba rechazando ese tipo de unión entre esos Estados. Se lo veía en su mirada, en la forma como sujetaba la taza de café con rabia, el sonido de sus dientes rechinando.

– ¿Y dices que van a venir a visitarme?

Ella responde que sí, que es lo que toca. Madrid habló con ella hace un día o dos diciendo que su camioneta había ido directa al desguace. Cuando preguntó si esos tres pensaban seguir con el viaje, la madrileña afirmó que España quería llegar hasta el final y lo había hablado con los otros dos. Aceptaron y posiblemente en poco tiempo pillen un tren hacia León. De eso ya hace un par de días y tal vez ya estén en ese tren de camino. La cara del hombre muestra disconformidad y le recrimina por no haberlo avisado antes. Que lo único que debería haber hecho es decirle y no esperar hasta hoy.

“Porque no me preguntaste, estúpido castellanito” le gustaría decir, pero calla mientras toma otro trago vaciando por tercera vez su vaso. Tal vez emborracharse a esas horas no era una gran idea, pero en su sangre céltica tenía tan interiorizada esa bebida típica que dudaba que pudiera llegar a un estado de ebriedad. Mientras se sirve otro trago, aprovecha para insultar utilizando su lengua propia, porque sabe que algo que le cabrea es que ella no hable castellano en su presencia, lo sabe desde hace siglos.

Tres No Son Multitud 🇬🇧🇪🇸🇫🇷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora