Se había quedado allí conmigo, en silencio, mirandome.
Podía sentir su mirada en mi más no quería mirarlo, me había rodeado con sus brazos y me iso sentir su calor acurrucandome.
Me iso odiarme y no quererlo cerca, temía que quisiera lastimarme como ya habían echo antes, que me tomara y me forzara.
Se quedó a mi lado hasta que mi llanto cesó, me masajeaba la cabeza y me susurraba que todo iba a ir bien, que Oppa estaría bien. Sentía su respiración en mi nuca mientras me acunaba en sus brazos.
Cuando estaba lo suficientemente calmada me levante -- ¿A donde vas?
No dije nada y salí a la calle y camine a no se donde. Camine hasta que mis pies dolieron y me senté en un parque cercano y me quede allí pensando en lo patética que fui y como había Tratado a Suga, después de todo ese tiempo y lo que había cuidado de mi, me trataba como una figurilla de porcelana frágil y aún así dudé de el, me sentía patética, me perdí en mis pensamientos hasta que me quedé dormida.
Desperté tiempo después cuando ya estaba oscureciendo y decidí que era hora de volver, camine arrastrando los pies por las calles de Daegu y divise la casa de Suga entre por la puerta de el restaurante topandome con la señora Min y el local completamente vacío dirigí mi mirada a ella quien me sonrió
-- ¿Esta todo bien querida? -- me tocó el hombro y yo asenti, nada estaba bien me sentía una mierda por dentro al ser así -- Yoongi salió a buscarte, dijo que habían peleado.
Mis ojos se llevaron de lágrimas otra vez, me sentí tonta al no decirle a donde iba y seguramente preocuparlo.
-- Lo siento señora Min -- mire al piso y sorbi mi nariz -- Fui mala con Suga.
-- Hay pequeña, hay veces que pelearán, en una relación no todo es color rosa, también hay altibajos y discusiones -- me abrazo como mi abuela solia hacerlo -- pero si hay amor deben aprender a sobrellevar las diferencias, Yoongi aveces es un pico explosivo y puede parecer malo pero es un amor por dentro -- limpio mi cara con sus manos y sonrió
-- Tiene razon -- correspondi al abrazo.
-- Eres la que lo tiene feliz Sawoony, ha cambiado mucho desde que te conoció, cuando hable con el después de meses se escuchaba diferente había alegría en su voz -- me dio un apretón el la mejilla y río levemente. -- estas helada, ve adentro y ponte caliente, seguro no tarda en volver.
-- Si señora Min -- agradecí y subí a el tercer piso entrando a la habitación y al baño, el tiempo que llevaba conociendo a la señora mi vi que era una mujer de pocas palabras pero muy linda conmigo, pasaba la mayor parte del día ayudando en lo que podía, me trataba como su hija y era reconfortante saber que le agradaba.
Me fui quitando mi ropa y entre en la regadera, deje que el agua caliente me relajara y pase un rastrillo por mi cuerpo retirando en exceso de bello no deseado, al salir de la regadera y ver mi móvil ví que ya era tarde eran las nueve de la noche y Suga todavía no llegaba.
-- ¿Todavía no llega señora Min? -- me puse a un lado de ella y note los trastes sucios así que me dispuesta a limpiarlos
-- Me parece raro querida, le dije que habías llegado en cuanto te ví -- saco su teléfono y miro la pantalla -- si vió el mensaje.
-- Espero y este bien, no quiero que le pase algo malo -- mire a la señora Min quien estaba sacando cosas para hacer kimchi.
-- Estará bién, seguro no tarda en llegar. -- se ocupó haciendo la comida fría que se guarda en recipientes para el día siguiente y yo subí a lavar regar las plantas que había en el patio, matando el tiempo que lo que llegaba.
Al terminar me quedé el el jardín un rato o eso me parecío ya que al ver la hora era ya más de media noche.
Fui hacia la habitación que compartía con Suga y allí estaba el, en el baño secando su pelo y saliendo con la toalla en la cabeza, me miro y siguió con lo suyo, se puso un pantalón gris y una camisa negra, me quedé sentada en el suelo mirándolo por toda la habitación haciendo sus cosas.
Fui a la cosina por una taza de te caliente y lo deje en la mesita de noche. -- Has de tener frío Suga -- no me miro y suspire salí otra vez de la habitación a terminar de acomodar unas últimas prendas.
Tal vez quería estar solo, tal vez sigue enojado.
Entre hacer cosas para matar el tiempo me dio las dos de la mañana, pensé en dormir en el sofa, era una mejor opción en lo que las cosas mejoraban, Suga enojado me daba miedo.
Estaba en el cuarto de lavado dejando la ropa doblada y tendiendo una poca hasta que termine y suspire de cansancio, me gire y estaba recargado en la puerta, mirándome.
-- Es tarde -- dijo casi en un susurro y camino hacia mi, paro cuando yo retrocedi, aun se notaba el enojo en si voz. -- Vamos.
Se dio la vuelta y camino, más no lo segui así que se devolvió a donde estaba.
-- Esta haciendo frío -- me tomó de la mano -- y estas fría, no dejaré que duermas sola. -- apagó la luz y me guió hacia la habitación.
Apagó la luz y se quito las sandalias, dejando todo a oscuras y cerrando la puerta, levanto las sabanas y lo seguir, mi lado era el lado de la pared así que me acomode en este.
Le di la espalda, sentí su peso al otro lado de la cama, se quedó unos segundos sin hacer nada para después tratar de abrazarme y darme calor, pero me altere al sentir sus manos en mi.
-- Estas fría -- me fue acercando a su cuerpo permitiéndome tomar calor. -- me dejaste preocupado.
-- Me asustaste Suga -- hable muy bajito, como si no quisiera que escuchará
-- Lo siento... -- sentía su aliento chocar con mi nuca -- No volverá a pasar, lo juro.
-- Perdoname Suga.
-- ¿Por que?.
-- Por todo, soy una tonta -- quería llorar otra vez.
-- Cariño yo soy el tonto aquí.
-- No es cierto, tu te preocupaste por mi y yo salí corriendo como una cobarde.
-- Nadie es perfecto muñequita.
-- Perdón, Suga... Yo te lastime.
-- No lo isiste y no puedo ceder a esto pues lo que ise fue peor... Solo no salgas sin decirme a donde vas ¿Si? -- beso mi cabeza y se acomodo.
-- Te quiero Suga.
-- Yo te amo Jung Sawoo.
-- ¿Nos amamos? -- lo mire apesar de que estaba oscuro, la luz de la Luna era suficiente para poder verle los ojos un poco
-- Nos amamos...
