hit and run ▭ karma akabane

seven

||LIKE CANDY: CHAPTER SEVEN, REVOLTING CHILDREN IN REVOLTING TIMES||

HABÍA MÁS ruido y alboroto de lo normal en la calse 3-E, los estudiantes iban de acá para allá formando grupos, mientras los delegados se acercaban a preguntarles quiénes formaban los grupos. Había llegado un gran acontecimiento al instituto Kunugigaoka. El viaje a Kyoto.

— Natsuki, ¿Tienes grupo ya?— Kataoka se acercó con una sonrisa amable recibiendo varios asentimientos por parte de la azabache.

— Sólo nos falta una persona, cuando la tengamos te lo comunicaré.

— Perfecto, ¡Gracias!— Mientras Kataoka se alejaba, Nagisa se acercaba con aires de confusión.

— ¿Grupo?

— ¿Lo has olvidado?— Nagisa miró interrogante a Kaede— ¡El viaje a Kyoto!— Shiota abrió los ojos con sorpresa, ¿Cómo había podido olvidarse?— ¡Por Dios Nagisa, tienes muy mala memoria!

Sugino interrumpió la conversación dándole una mirada severa al pelirrojo:— Por cierto Karma, ¿no nos arruinarás el viaje metiéndote en peleas, no?

Karma soltó una risa ante el comentario y sacó de su bolsillo una foto algo maltratada en las esquinas, en ella aparecían él, una estudiante y un abusón bastante magullado. Era evidente que él había sido el culpable del estado del estudiante.

— No te preocupes, ¡Si me peleo fuera de casa me ocupo de silenciar a todo el mundo!

Natsuki lo miró divertida, al notarlo Karma le devolvió la mirada de la misma forma, le guiñó un ojo y guardo la foto de nuevo.

— Qué atractivo.

La azabache negó repetidamente apartando aquel pensamiento de su mente, se giró hacia Sugino:— ¿Alguna idea para nuestro último integrante?

— Sí, me he adelantado y le he pedido a Kanzaki que venga con nosotros.— Sugino acercó a la chica por los hombros con ilusión.— Koro-sensei interrumpió en la clase con aires frenéticos y nerviosos, Natsuki rió al ver su atuendo.

— ¡Pero a quién se le ocurre! ¡Organizar un viaje a mitad de curso! Estoy en completo desacuerdo.

— ¡Pero si esta vestido de Geisha!

— ¡Encima le queda bien!— Todos miraron a Okajima y Watanabe ahogó una carcajada.

— Cada día más morboso, Okajima.— Natsuki le dio unas palmaditas en la espalda al chico.

Una ráfaga los descolocó a todos, pero la sorpresa fue mayor al ver unos libros grandes y azules sobre sus manos.

— ¿Qué es esto?— No tardaron en dejar los libros en los pupitres.

— Parecen mis ganas de morirme.— Dijo Natsuki con una mueca. Karma la miró con diversión.

— Siempre tan dramática.

— Lo dice el que se puso a lloriquear mientras cortaba un cuchillo a las tres de la madrugada.— Contraatacó ella empleando el mismo tono.

— Tensión sexual...— Susurró Nakamura en el oído de Okajima, asintió en total acuerdo.

— Chicos, chicos, ya basta.— Exclamó Koro-sensei,— eso que os he dado es una guía con los mejores sitios, los mejores restaurantes, los mejores souvenirs, consejos de defensa personal... ¡Todo! Me he pasado toda la noche haciéndolos e incluso incluye una figurita a escala del Kinkakuji.

[...]

CUANDO EL tren comenzó a hacer uno de sus últimos llamados antes de salir de la estación, los alumnos de la clase del End observaron con desdén a sus compañeros del campus principal, ya que estaban subiendo a los vagones de primera clase. Ellos tendrían que conformarse con los vagones normales.