NATSUKI ERA una chica que había pasado por mucho, pero nunca por una situación como esa. Frente a ellos se encontraba una mujer pelirroja que estaba igual de sorprendida que los adolescentes.
Rápidamente, Natsuki se bajó del regazo de Karma y sentó en la cama mordiéndose el labio nerviosa:- ¡Mamá!- Gritó nervioso el pelirrojo parándose de la cama y acercándose a la puerta.- Te he dicho que llames a la puerta cuando entres...- Susurró señalando a Natsuki con la cabeza, la chica estaba más roja que su pelo, y eso era bastante difícil.
- Lo siento, lo siento.- Se apuró en responder la mujer, luego alzó una bolsa con una sonrisa.- ¡Te he traído esto de Italia!
Karma tomó la bolsa algo receloso y la abrió sacando su contenido, unos boxers negros. Natsuki sonrió levemente y la madre de Karma la miró:- ¡Natsuki, bonita! ¡Cómo has crecido!
La nombrada se rascó la nuca con una sonrisa nerviosa levantándose de la cama y acercándose a la Sra. Akabane.
- Es un placer volver a verla, Señora Akabane.- La mujer pasó su vista entre los adolescentes con una sonrisa orgullosa.
- ¿Entonces estáis saliendo o...?
Ambos se miraron nerviosos y Natsuki habló:- Somos amigos...
Amigos.
Karma frunció el ceño al instante y su madre quitó su sonrisa frunciendo levemente el ceño.
- Vaya, yo creí que...
- ¡Mamá! Es suficiente.- Interrumpió Karma nervioso y algo acalorado debido al sonrojo, tomó a su madre por los brazos y la fue empujando hasta el pasillo, luego cerró la puerta de golpe y suspiró.
Natsuki hizo una mueca:- Creo que debería irme, tú deberías pasar tiempo con ellos.- Se acercó al chico para darle un beso pero él apartó levemente la cara.
Natsuki retrocedió un par de pasos algo confusa antes de dar media vuelta hacia la ventana. En cuanto la chica abandonó su habitación, Karma cerró la ventana y se tumbó en la cama aún con los calzoncillos en la mano. Los miró antes de tirarlos contra la puerta.
Entonces, la madre de Karma entró lentamente a la habitación y se sentó en el borde de la cama mientras acercaba una de sus manos al pelo de su hijo. Karma la miró unos segundos antes de volver su mirada al techo.
Al ver que su hijo no le hacía caso, la mujer optó por tomar uno de los almohadones de la cama y colocarlo en sus piernas, luego las palmeó y Karma se tumbó encima.
Realmente exceptuando a Natsuki, Karma no recibía más cariño, sus padres se pasaban todo el día viajando y las pocas veces que estaban en casa era para hacer un breve descanso unos días antes de volver al trabajo.
Karma no los culpaba, gracias la ausencia paterna él tenía donde dormir y tenía qué comer.
- Deja de darle vueltas al tema...
Karma miró a su madre con el ceño levemente fruncido.
- ¿Seguro que sólo sois amigos?
- Al parecer sí, mamá...- Agradecía la compañía de su madre, pero esa conversación no tenía futuro.
- ¿Pero tú quieres algo más serio con ella?
- Ajá...
- ¡Pues no seas gallina y pídele salir! ¡Estoy segura de que aceptará!
- ¿Cómo estás tan segura? ¿Acaso te lo dice tu instinto de madre ausente?- La mujer alejó la mano del pelo de su hijo y lo miró enfadada.
- Sabes que sin esa ausencia tú...- El pelirrojo suspiró sabiendo que le tocaría aguantar de nuevo la misma charla de siempre.
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hit and run ▭ karma akabane
Fanfiction❛ déjame amarte con todas tus imperfecciones ❜ Cara bonita y mente de demonio, Natsuki Watanabe era el mismísimo arcángel. Llevando seis años trabajando para el Gobierno japones, es asignada de forma involuntaria a la misión de asesinato de un ser o...