Capítulo 19: La alta luna llena parte 1

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—Madre, Lo siento —dijo Guillermo con los ojos empapados en lágrimas.

—Sé bueno, cuida de Wiliam, por favor.

—Lo haré, no te preocupes —Su voz se quebró, cuando sus ojos quedaron en un estado petrificados, los cerró y añadió—: Gracias por haber traído al Wiliam, él ahora es un carcelero; lo acompañaré y cuidaré de él.

Guillermo se quedó sentado  en el velorio de su madre; luego de cinco años fuera del país, casi todos sus familiares había muerto, solo quedaba su padrasto, él y su hermano.

No encontró palabras por un par de horas y luego con su hermano  Wiliam. Ambos habían crecido juntos. Ahora él y su hermano debían sobrevivir juntos; la ciudad estaba lleno de carceleros; 43 carceleros dotados de increíbles habilidades, ni uno de ellos tenía el corazón fragmentado como ellos; todos habían visto las calamidades de la ciudad y protegían la ciudad en la noche. El charqui no era el único mosntruo suelto en la ciudad, pero si era el que tenía el aspecto más extravagante.

Horas después de que la luna hiciera su aparición, Guillermo  y Wiliam vigilaban al Charqui desde un edificio de tres pisos.

—Lamento mucho no haber podido hacer nada, estos poderes no valen mucho si no puedo salvar a nuestra madre —dijo con los apesumbrados.

 —Tranquilo, esto tenía que pasar, no había forma de evitarlo —dijo con la sensación vaga de que sí.

—Nuestra madre siempre nos dijo que terminaría siendo una carga para ti; siempre me metía en problemas, parecías mi carcelero

Guillermo soltó unas risas

—Ahora eres libre

—Que va, soy libre, para mirar lo solo que te miras desde tres metros de distancia —dijo con un aura de confianza intentando animarlo, añadió—: Acaso no es momento de que ya sientes cabeza hermano, solo mira esta ciudad, por encima de toda esa neblina, hay enormes urbanizaciones, en una de ellas debe estar tu idónea —Wiliam soltó un tono de sorna.

—Vamos, no debería oír de eso de ti hermano, cuál fue la última cita que tuviste

—Bueno, si no pareciera el fantasma verde de los cazafantasmas, estaría visitando a Evangeline

—¿Evangeline? —Su mirada  se desvió por un grito—. Vamos hermano, esa es nuestra señal.

Guillermo y William tenían capacidades física mejoradas, pero las de Guillermo eran limitadas, solo podía acceder a su súper fuerza gracias al talismán que mantenía vivo a su hermano.

Guillermo y William se acercaron al lugar de los hechos y notaron que no había ninguna chica. En cambio recibieron un dardo en el cuello y al despertar estaban atados a una silla en una habitación lúgubre.

—¿Quién está ahí? Compañero, no quiero hacerte daño, por favor sal y hablemos de esto —Guillermo rompe las sogas que lo rodean y camina alrededor.

—Ten ciudado Guillermo, no te separes de mí, este sujeto es muy misterioso, no lo puedo encontrar fuera de la habitación —dijo William a su hermano mediante su conexión mental.

—Muy bien, ya no intentaré ser amable —Rompió la pared de la habitación y salió a la calle en la que habían buscado a la chica en peligro.

—Impresionante, veo que te hicieron muy fuerte —Se le acerca tranquilo y  con una sonrisa caritativa —Soy Javier —extendió su mano y esperó a Guillermo por un corto tiempo. 

—Me gustaría decir que es un gusto, pero...

—Lamento lo de la soga y la habitación; ya la desaparezco —dijo  moviendo su mano alrededor de ella, como si fuera un borrador, y como si fuera una mancha en una pizarra desapareció.

La mirada  puesta en la mosca que vuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora