Capítulo 16: Guillermo visita al ángel negro

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Guillermo es exhortado en su casa  con una oportunidad de salvar a su hermano Wiliam.

William no era un ser tangible; tenía una conexión espiritual; su hermano estaba vivo gracias a un collar que sostenía en un amuleto debajo de su casaca con patrones de azul  y blanco.

Guillermo era una persona humilde, había logrado triunfar en Inglaterra fundando una de las más grande empresas de pasteles personalizados. Su empresa se caracterizaba por llevar el sello de un Gourmet a todas las mesas de las familias comunes. Se había encargado de crear una sociedad de pasteleros que generaba una marca altamente cotizada en el mundo; las personas ahora creaban todo tipo de obras culinarias y podían patentarlas para luego recibir ganancias de todo el mundo mediante las sociedad de pasteleros de Londres. Ellos se encargaban de administrar la página web y el fondo bancario. La sociedad londinense poco a poco fue conocida por su gran variedad de pasteles y sus extravagantes ideas de arte culinaria. Era tanta la fama de la ciudad  que el turismo aumentó y el primer ministros se encargó de levantar y promover tallares de pastelería gratuitos  y concursos de primer nivel.

Una de los grandes pasteleros que nació gracias a esta reforma era Lavre; un joven de un pueblo alejado, gracias a este taller creció mucho en conocimiento y creatividad. A los  15 años diseñó su primer gran pastel personalizado; a los 17 inventó un pastel que explota con una ligera cubierta de pólvora y nanobots que devoran la levadura superficial, dejando una capa de dulce de colores variados del arco iris; a los 20 llegó a la cima junto a otros diez pasteleros al ser conocido como el rey de la ciudad llevadera; una ciudad de 5 kilometros  cuadrados hecho de levadura y capa de dulce(similar a una  pintura seca de color arcoiris).

Guillermo pronto pasó a ser conocido como el duque de la harina en Inglaterra. Todo el mundo lo conocía; las mujeres lo amaban, lo acosaban hasta lo secuestraban. La locura por el duque de la harina llegó a ser tan alta que la reina de Inglaterra pidió ser con él. La industria de pasteles industriales cayó; Guillermo  levantó una gloria industria lleno de originalidad y esperanza para la innovación. El arte culinaria era velada por empresarios como él; pero luego de probar el exito y la gloria en Inglaterra... Se acordó de su madre. Era hora de volver y demostrarle cuanto Dios había hecho por él; y cuanto él había hecho por el mundo.

A pocos días de llegar a Lima; su ciudad natal,  los ciudadanos  se veían asustados, cada distrito por el que pasaba del aeropuerto al centro de Lima, tenía letreros y advertencias, se subió a un taxi y pidió que lo llevarán a la municipalidad de Puente Piedra. Una media hora después se encontraba corriendo por la paranoia que transmitía la ciudad, llegó asustado a  una plaza cercana a la municipalidad y entró en el hotel como si fuera un barco  en medio de un solitario e imperante mar.

Esa noche no halló tranquilidad al mirar la calle, era como si la paranoia de la gente estaba impresa en la noche solitaria y sus sonidos recurrentes; como los grillos y la soledad que transmitían o los carros y el sonido de las llantas chocando contra la lluvia dejando un sentimiento de compañía momentáneo. Todas esas cosas acompañaron a Guillermo hasta el día siguiente...

Guillermo visitó a su madre al día siguiente, en el camino la calle  ya no transmitía la sensación de paranoia que recibió de los ciudadanos en el centro de Lima. Su madre tenía cáncer; muy pronto moriría y Guillermo no podría hacer nada para evitarlo. Guillermo quedó devastado, ahora  la persona que más amaba moriría, la abrazó y la acompañó; le prometió que no se quedaría sin hacer nada, daría todo para que su madre pudiera tener una vida digna y no descartaría una forma de salvarla. 

Guillermo estaba deprimido se quedó una hora hablando con un doctor de una clínica renombrada; estaba dispuesto a gastar un millón de dolares si con eso podía darle más tiempo a su madre, el suficiente para hacerle pensar que estaba curada y la ciencia avanzara  y encontrara una cura. Poco después llegó la noche, llegó a su hostal y se echó en su cama, estaba muy cansado, la noticia era lo más pesado que le había tocado desde la muerte de su hermano Wiliam. Wiliam podía hablar con él mediante una conexión psíquica  que le otorgaba el amuleto que protegía a Wiliam de ser llevado por la muerte al Seol(Mundo de los muertos). William no entendía como podía gastar tanto dinero en su madre; «nuestra madre está condenada, deberíamos llevarla de viajes y hacerla feliz el tiempo que queda»; espetó Wiliam.

La mirada  puesta en la mosca que vuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora