Dedicado a Bunnyhead1
<>
La castaña se levantó entre unos fuertes brazos llenos de cicatrices, los reconoció al instante, acarició aquellas marcas que le lastimaban el corazón, pero también le daban orgullo porque le recordaba lo que su Izuku había pasado para ser un gran héroe. Entonces los recuerdos de anoche la golpearon en la cara, sonrojada se ocultó en el pecho de el, se sentía tan calientito que la tentaba a dormir, estaba a punto de cerrar los ojos cuando el de pelo verde despertó.
- Preciosa estas despierta? -pregunto viéndola acurrucada en el-
- Casi -respondió mirándolo con sueño- Eres muy cómodo para dormir Izuku
El nombrado se sonrojó al instante, sonrió y besó la frente de la castaña. Se levantó, dándole una preciosa vista a Ochako, lo recorrió con la mirada, fijándose en su espalda y en las marcas de sus uñas. Se miro las manos sonrojada, Izuku la observo y rio.
- Cobre factura por lo de mi espalda, mira tu cuello -dijo mientras se ponía los bóxers -
Ochako se levantó, sin darle vergüenza el estar sin ropa interior, fue al baño y se sorprendió al ver las mordidas de su cuello. No eran notables a simple vista pero si alguien se acercaba demasiado a su cuello podría notar las rosadas mordidas
- Izuku! -Lo llamó sonrojada, el apareció en un instante riendo, amaba ver sus preciosas mejillas infladas, señalaba que estaba enojada-
- Si te presto uno de mis buzos dejarás de estar enojada?
Ella lo pensó un momento, amaba usar los buzos del de ojos verdes, aunque generaba algunos conflictos porque se los terminaba quedando, haciendo que el aprendiz de héroe tuviera que ir a buscarlos a la habitación de la castaña, cosa que no terminaba en algo muy santo que digamos, no es que le molestara, pero empezaba a hacer frío y el necesitaba sus buzos.
- Bien pero también quiero una de tus remeras -Dijo cruzando los brazos y con una sonrisa-
- Voy a tomarlo pero me ofende muchísimo
Ochako río y lo beso. Izuku le correspondió, acariciando la cintura de ella, la levantó y la llevó a la cama. Sin romper el beso acaricio sus caderas, sus muslos y su abdomen. La castaña, se soltó del beso, tomó sus shorts, se los puso a una velocidad impresionante, tomó una de las camisetas del de pelo verde, junto a un buzo y salió de la habitación.
- Pero que? -Dijo mirando como salía corriendo con ambas prendas puestas-¡Ochako!
En el pasillo se escuchaba la risueña risa de la castaña, sabiendo como había dejado al de ojos verdes.
<>
La actualización mas rápida del oeste