"Desmoronamiento aliado y nuevos beligerantes: julio 1944-octubre 1946".

856 42 18
                                    

Hitler estaba pletórico por fin tenía su victoria clave contra los Anglo-americanos, escuchando el consejo de sus generales decide que es el momento de contraatacar en Italia y expulsar a los aliados, Hitler envía a Kesselring las tropas que el general tanto demandaba después de la derrota de Montecassino, los alemanes lanzan el 2 de agosto su ofensiva. En ella participan más de 750.000 soldados alemanes y 50.000 italianos de la República Social Italiana, apoyados por 640 tanques y 1200 aviones, la ofensiva comienza con el avance de los tanques que rompen las líneas aliadas muy tocadas moralmente por la derrota en Normandía, los alemanes avanzan en dirección a Roma.

Las tropas aliadas se encuentran en una difícil situación y se ven obligadas a evacuar Roma frente a la imposibilidad de hacer una resistencia eficaz. Los alemanes entran en Roma el 19 de agosto, los aliados intentan establecer una línea defensiva 60 kilómetros al sur de Roma utilizando la antigua línea defensiva Gustav, pero el avance alemán es imparable y rebasa las defensas aliadas después de 3 días de combates, el mando aliado en Italia está indeciso entre retirarse o mantener la lucha, finalmente se decide mantener la lucha y poner al mando de las operaciones al General Patton (sangre y agallas), que es repescado después de casi 1 año en retaguardia debido a que había abofeteado a unos soldados que padecían fatiga al combate.

Aún con la llegada de Patton la situación de los aliados se vuelve desesperada aún más a principios de octubre con la noticia que estremecería a Churchill y a Roosevelt incluso al mismo Stalin, la entrada de dos nuevos beligerantes, lo que daría un nuevo revés a la guerra.

Desde que se había descubierto los planes del desembarco aliado Hitler había vuelto a poner los ojos de nuevo en Gibraltar y la pospuesta Operación Félix, por lo que vuelve a intentar convencer a Franco de que España entrara en la guerra del lado alemán. Franco no está para nada seguro, debido a que los rusos están empujando al ejército alemán a su país y a que los aliados ya habían desembarcado en Italia y temiendo un destino parecido al de Mussolini, Franco solo aceptaría si Gran Bretaña fuera derrotada en una gran batalla. Hitler negocia con Oliveira Salazar para convencer a Portugal de que se uniera a la guerra, Salazar se niega a menos que Alemania le asegure la protección a ellos y a España ante la posible invasión.

Las negociaciones se producen entre los meses de febrero a mayo, el representante de España es el militar y ministro de defensa Juan Vigón, Salazar el de Portugal y el alemán Joachim Von Ribbentrop, en ellas se discute los términos de la entrada Hispano-lusa y se acuerda que España y Portugal entrarían 4 meses después de la victoria alemana en el intento de invasión aliado.

Cuando llegan el mismo día 6 las noticias a Madrid del desastre aliado, Franco reúne inmediatamente a todos sus ministros, en ella discuten si seguir con lo pactado con los alemanes o no, después de 5 horas de discusión se ponen de acuerdo y se decide seguir con lo pactado, en las siguientes semanas se empieza la movilización de la reserva y se reclutan miles de tropas regulares marroquíes en Marruecos y se vuelven a llamar a filas a los veteranos de la Guerra Civil que aún tenían edad para combatir, además se reclutan decenas de miles de personas que son trasladados a campos de entrenamiento donde serán entrenados para la guerra.

Portugal sigue las mismas pautas y empieza la movilización el día 8 de junio, con la decisión tomada Franco y Salazar se reúnen en Tuy para acordar los pasos conjuntos que realizarían, en esta reunión se acuerda que la flota española en conjunto a la portuguesa sería enviada primeramente a ocupar las Azores que ya estaban en manos aliadas, luego apoyarían la causa alemana en el Mediterráneo.

Además de realizar negociaciones con España y Portugal, Hitler se entera por el servicio secreto alemán de que el rey de Rumanía pensaba realizar un golpe de Estado para hacer la paz con los soviéticos. Por orden de Hitler, los líderes de la conspiración rumana son asesinados por las SS y el rey Carol debe exiliarse en Gran Bretaña donde formaría un gobierno en el exilio reconocido por los Aliados. El dictador Antonescu, con el apoyo de Alemania, proclama un gobierno títere con el nombre de República Nacional de Rumanía que decide seguir en la guerra.

"El desastre del día D".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora