El Alma es lo más preciado que poseen las personas, es lo qué nos hace únicos, lo que nos permite ver la luz que guía nuestras vidas y lo que permite que el corazon pueda amar, el Alma es eterna e indestructible; pero nuestra mente no, y al igual que sucede con el corazón, esta se puede romper y hacer que nuestra Alma sucumba al mayor de nuestros tormentos.
Esta es la historia de un buen hombre de corazón y mente pura, amante y defensor de la vida, esta es la historia de cómo incluso las mejores personas pueden romperse, y dejar paso a los monstruos que custodian y encarcelan en lo más profundo se su ser.
Todo comienza en lo que antaño fue un lugar en el que la vida reinaba, en donde las personas trabajaban para construir un futuro lleno de esperanza, para ellos; y todas las generaciones venideras, un lugar que hoy en día conocemos como: "Las islas de las Sombras" allí vivía un joven sanador, cuyo auténtico nombre ya se a olvidado, ya que nosotros le conocemos por otro más oscuro, casado; con dos hijas y dedicado al cuerpo y Alma al cuidado de su familia como del prójimo, ¡no es que fuese un santo! Pues genio no le faltaba, pero por lo general le gusta más reír que fruncir el seño y disfrutar contándole a sus hijas las historias de su infancia en Jhonia, y como allí aprendió todo cuanto sabía del arte de la sanación, ¡fueron buenos años! Pero La Paz no es duradera y los poderosos parecen disfrutar provocando guerras, no sabria decirte si fue una rebelión contra el rey, o si fueron unas disputas territoriales entre los codiciosos nobles, o tan siquiera si en un principio detonante fue una causa justa, el caso fue que la guerra llego.
En una guerra los sanadores cobran una importancia increíble, casi tanto como las armas que empuñan los soldados, y al nuestro le tocó participar en una contienda que aborrecía y despreciaba, sin embargo, su conciencia le exigió que no podía quedarse de brazos cruzados, su esposa e hija le ayudaron en todo; ¡cuando podian! Quizás fueron tiempos oscuros, pero al menos estaban unidos, pero el destino es impredecible.
Una noche se presentaron ante su casa unos soldados, cuyas intensiones no eran otras que robar y saquear la casa del sanador, el sanador y su esposa trataron de razonar con ellos con ¡buenos argumentos! Acerca de cómo sin sus medicinas estarían condenando a decenas de soldados y civiles a morir, que al fin y al cabo, no había necesitad de aquel entuerto.
Que se puede esperar de gente como como ellos, golpearon al médico y a su esposa, con la desgracia de que el golpe final fue mortal para ella,las hijas trataron de poner resistencia al saqueo de su casa, lo único que consiguieron fue enfurecer a aquellos salvajes, que una vez saqueada la casa y prenderla las ahorcarán, el hombre observó todo con impotencia, como quien se encuentra en una pesadilla, la paliza que recibió casi lo mata y ¡puede que hubiese sido lo mejor! Los soldados lo dieron por muerto y lo dejaron ahí tirado junto a los cadáveres de su familia.
Su Alma cayó al abismo.
Su corazón se heló.
Y su mente se quebró.El sanador sobrevivió, gracias a la ayuda de unos granjeros cercanos que fueron a su auxilio, sin embargo, ¡hay cosas que nunca sanan!.
Cuando la guerra acabó y por azares del destino, varios de los asesinos de su familia iban a ser juzgados por sus actos, pero para su sorpresa y horror, la sentencia fue prisión, no muerte.
Aquello fue el detonante, a la vez que la cárcel recibía a sus nuevos reclusos, también recibió a su nuevo carcelero, cuya promesa terminaría por condenar su Alma, daba igual el precio a pagar, daba igual los medios a usar, les aria sufrir un dolor más allá de la propia muerte, pues no había castigo lo suficientemente doloroso ni horrible, para aquellos animales.
Una vez fue un sanador, un padre de familia, alguien que amaba y apreciaba la vida, pero ya no tenia familia, ya no era un sanador, ya no veía ilusión alguna a la vida, ¡mentiría si dijese que no disfruto torturando y experimentando con los culpables de la muerte de su familia, experimentado formas de separar el Alma del cuerpo, formas de capturar el Alma de la gente y hacerles sufrir para toda la eternidad.
El tiempo termino por borrar lo que fue, olvido su propio nombre, olvido el ¿por qué empezo todo ese macabro juego?.
Es fina la línea que separa la cordura de la locura; y el la había roto. En la cárcel desapareció toda luz del hombre; y fue sustituida por la oscuridad de su interior.
THRESH.
Ese fue su nuevo nombre, y sus acciones se convertieron en canciones que aun hoy en día causan terror en los corazones de la gente.
La noche en la que Thresh fue colgado de sus propias cadenas, en el preciso momento en el que la muerte iba por fin en su búsqueda, su fragmentada mente se recompuso durante un instante, el hombre que fue; ¡se encontraba cara a cara con el monstruo en que se había convertido! Su antiguo yo solo sentía tristeza y horror por sus actos, ¡solo deseaba morir de una vez! Pero no era más que un eco en la quebrada mente de Thresh, y el monstruo se negaba a morir.
El hombre desapareció.
El espectro nació.Y con el, su obsesión y ansia de almas que torturar.
Hasta el hombre mas bueno es capaz de cometer las mayores atrocidades.
Cualquier mente se puede quebrar y liberar al monstruo que llevamos dentro. Todos..
Todos podemos perdernos en la oscuridad de la locura.