Capítulo 1

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Narra, Stiles.

Lunes primer día de clases, me levanté con ganas de todo menos de ser el chico nuevo y raro de la escuela.

Tomé una larga ducha, me puse un atuendo casual que no llamara mucho la atención, es que mi sentido de la moda es pésimo, para el aterrador computo de estudiantes del instituto Sunset Valley Central era de tan sólo trescientos cincuenta y siete, ahora trescientos cincuenta y ocho.

Solamente en mi clase de tercer año en Beacon Hills había más de setecientos alumnos, todos los jóvenes de por aquí se habían criado juntos y sus abuelos habían aprendido a andar juntos.

Yo sería el chico nuevo de un pueblo, una curiosidad de un bicho raro.

Tal vez podría utilizar eso a mi favor si tuviera el aspecto que se espera de un chico de pueblo, pero físicamente no encajaba en modo alguno.

Debería ser alto, rubio, de tez bronceada, un jugador de voleibol o quizá un vaquero hecho y derecho.

Todas esas cosas propias de quiénes viven en un pueblo que lucha por sobresalir en la sociedad.

Siempre he sido delgado pero más bien flacucho y desde luego, no un atleta.
Me faltaba la coordinación suficiente para practicar deportes sin hacer el ridículo o dañar a alguien, a mí mismo o a cualquiera que estuviera demasiado cerca.
Después de colocar mi ropa en el viejo tocador de madera de pino, me llevé lo necesario al cuarto de baño para asearme para un largo día en el bachillerato.

Mientras me enfrentaba a mi pálida imagen en el espejo tuve que admitir que me engañaba a mí mismo.

Jamás encajaría, y no sólo por mis carencias físicas, si no me había hecho un lugar en un instituto de tres mil alumnos, ¿Qué posibilidades iba a tener aquí?

No sintonizaba bien con la gente de mi edad.
Bueno, lo cierto es que no sintonizaba bien con la gente.

Ni siquiera mi madre, la persona con quien mantenía mayor proximidad, estaba en armonía conmigo, no íbamos por el mismo carril.

A veces me preguntaba si veía las cosas igual que el resto del mundo. Tal vez la cabeza no me funcionara como es debido.

Pero la causa no importaba, sólo contaba el efecto.
Y hoy no sería más que el comienzo.

- Buen día, mamá - Sonreí.

- Buen día, bebé.

- Mamá, diablos. Te he dicho que no me llames así, tengo 16 no soy un bebé.

- Si lo sé, pero para mí siempre lo serás.

- Yo no lo creo.
¿Qué hay de desayunar?

- Tostadas, Nutella, huevos y malteada de fresas.

- ¿Crees que me lleve bien con los del instituto?

- Claro que sí, solo trata de no ser torpe y de hacer babosadas como las de haber visto un hombre lobo y todo estará bien.

- Jajaja, muy chistosa, eh; lo del hombre lobo fue real que nadie lo haya visto es muy diferente, y, me voy se hace tarde.

Una vez desayune tome mis cosas, cepillo mis dientes y me dirijo al colegio.
Era imposible permanecer en aquella casa y no darse cuenta de que Claudia no se había repuesto de la marcha de mí...
Noah, eso me hizo sentir incómodo.
Hasta que choque con un chico...

- Fíjate por dónde vas, pendejo.

- Lo siento no era mi intención, soy nuevo, por cierto, me llamo Stiles.

- Me vale, no te vuelvas a cruzar así en mi camino si no lo quieres lamentar.

«Genial, primer día de clases y ya tienes un enemigo, bien por ti, Stiles, te felicito», pensé.

- No le hagas caso, Derek es testarudo, grosero, antipático, y lo que sea que pase por su cabeza, pero gánate su confianza y será diferente.

- ¿Yo? ¿ganar su confianza? lo dudo, no sé cuál es mi casillero, ni cuál es el 9B y lo irónico es que él esté en mi clase. Me presento soy Stiles Stilinski perdido en este enorme lugar.

- Relájate ,soy Lydia Martín y más te vale que te hagas la idea de convivir, con Derek porque él está en nuestra clase.
Mejor entremos antes de que asignen puestos.

Entré con Lydia al salón y vi a Derek en el fondo leyendo un libro.
Lo observé detallando lo
alto, lindos ojos verdes, ropa ajustada haciendo que cada músculo se marcará en su playera , cabello negro como la noche y una bonita sonrisa.

- Stilinski - escuché al profesor detrás de mí.
- Vas con Hale en la mesa del fondo.

« No, que horrible, lo que menos deseaba era sentarme con él.
El destino no puede no estar más en mi contra .»

- Vaya coincidencia, ¿no? - dice Derek.

«Deseo que este maldito día termine pronto.»

JUNTO A TI [STEREK] |LIBRO I|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora