Capitulo 16

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Narra Stiles...

Jueves por la tarde me encontraba en mi habitación, haciendo ejercicios de Ca, que por cierto no me salían. Estaba hace más de 15 minutos tratando de resolver un ejercicio y no había caso de que me saliera. Suspire frustrado y cerré mi carpeta bruscamente, tiré la cabeza hacia atrás derrotado. Definitivamente odio el colegio con todo mi ser.

Todavía enojado por ese maldito ejercicio baje las escaleras para tomar la merienda. Me preparé mi apreciada leche chocolatada y agarré el paquete de galletas dulces. Me dirigí al living y me tiré literalmente en el sillón para luego prender la tele. Mi teléfono empezó a sonar, atendí sin mirar.

Conversación telefónica.

— ¿Si? —pregunté idiotizado con la tele.

— Bomboncito — habló una voz cantarina.

— ¿Lydia? —pregunté todavía idiotizado con la tele.

— Si ¡quién va a ser sino! — me gritó y me reí.

— ¿Necesitabas algo?

— Qué mala onda, bomboncito.

— ¡Es que estoy mirando tele! — me quejé.

— ¡Ah bueno! — Se hizo la ofendida — ¿Sabes qué? Adios — me cortó el teléfono y no pude evitar reírme, así que la llamé yo esta vez.

— ¿Hola? — me habló haciéndose la desentendida.

— ¡Colorada hermosa! — actué exageradamente.

— ¿Si? ¿Quién habla? El antipático número uno ¿puede ser? — me dijo actuando.

— Puede ser. Pero yo te quiero — dije y ella rio.

— No sé, estoy enojada ahora — siguió actuando.

— Dale tonta, perdón. Ahora tienes toda mi atención.

— Si, porque me tienes miedo.

— Si, el re miedo te tengo — ironicé.

— Yo te amo ¿sabías? — me lo dijo dulcemente y me reí.

— ¿Si? Yo también.

— ¿Y sabias que sos la mejor persona del mundo?

— Lo sé, también. Pero ¿qué es lo que quieres?

— Me ofendes — dijo exageradamente.

— Es que te conozco.

— Te odio —largamos unas carcajadas — Bueno, necesito un favor.

— Decime.

— ¿Puedo ir a dormir a tu casa? — Me atraganté con la leche que estaba tomando — ¡Hey! ¿Estás bien?

— Si — dije como pude.

— ¿Seguro?

— Sí, sí — tosí por última vez. Mis ojos estaban llorosos por haber hecho fuerza al no poder respirar — ¿A dormir? — le pregunté, extrañado.

— Sí, es que me pelee con mis padres.

— Bueno, ven entonces.

— Oki — se rió — Estoy en la puerta — me cortó el teléfono y me quedé mirando el celular, atónito.

Me paré negando con la cabeza y riéndome. Sí que estaba loca. Cuando abrí la puerta ella me miraba con una cara de santita y sonriendo inocente, llevaba colgado en un hombro su mochila de la escuela y en el otro un bolso bastante amplio de color negro y fucsia.

JUNTO A TI [STEREK] |LIBRO I|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora