JUNTO A TI [STEREK] |LIBRO I|

CapÍtulo 2

Créditos de portada a

sdhobrien

Narra Stiles.

No, no y no. Mis ojos tienen que estar imaginando lo que estoy viendo, tengo que estar soñando.

Por favor, por favor que alguien me despierte de este maldito sueño.

¿El destino no puede estar a mi favor una vez? Claro que no, siempre está empeñado en llevarme la contra en todo.

¿Ustedes se preguntarán por qué digo esto? Es simple, Derek Hale, vive en frente de mi casa.
Ese ojitos verdes, cuyo nombre da vueltas en mi cabeza está parado a unos metros delante de mí, vistiendo una chaqueta de cuero negro y unos jeans oscuro.

Me mira con su sonrisa arrogante y en sus ojos se pude percibir la diversión, miro por detrás de su hombro, su casa es de un color crema pastel y muy grande y hermosa.

Sigo tieso mirándolo, quiero escapar pero mis piernas no funcionan.
Mi cerebro está en shock cuando logro salir de mi embobamiento, es tarde.

Lo tengo a centímetros mirándome fijamente.
Su mirada me hace perder, me hace viajar a cualquier lugar, estoy volando por los aires.
Maldita sea, maldigo en mi mente y sacudo la cabeza para despejarme.

— Qué coincidencia ¿No? — dice él.

Mis piernas por fin reaccionan, giro sobre mis talones y prendo a caminar hacia el colegio.
Pero una mano fuerte agarra mi camiseta y tira de ella haciéndome caer al piso.

— No me gusta que me dejen hablando solo, idiota — me mira con desprecio.
Me agarra otra vez, haciéndome parar arrugando mi camiseta con su puño.

— Déjame — le pido, suplicando.

— Te voy a dejar cuando se me dé la gana.

— ¿Qué es lo que te hago?

— Vivir, es lo que haces — me mira arrogante.

— Por favor, déjame.

— Está bien — me empujó haciéndome caer al suelo de nuevo.

Me quedo tirado en el piso dolorido por la caída.

Veo como dobla en la esquina sonriendo, maldito, quién se creé ese idiota.
Que se cree que es, no tiene derecho de tratarme así me levanto a duras penas y empiezo a caminar a la escuela.

Entro a mi salón y para mí suerte no había entrado el profesor.

Recorro con la mirada el lugar y encuentro un asiento lejos de donde se sienta mi pesadilla, mirando la nada mi cabeza navega sin lugar alguno.

— Hola.

Miro a la persona que me habla es Lydia, es una chica de estatura baja delgada, su cabello es de color rojizo fuerte, ojos azules y tiene una sonrisa amplia.

— Hola.

— No seas tímido — sonríe y me pega en el brazo. La miró sorprendido —Lo siento soy muy impulsiva.

— No hay problema.

— ¿Tienes problemas con Derek?

— ¿Con quién? — Pregunto desconcertado.

— Derek el pelinegro y sexy Hale — señala con el dedo a mi pesadilla.

— No, él solo me molesta, nada fuera de lo común.

— No te hagas problemas Stiles, se va cansar de ti y se va a ir a molestar a otro siempre lo hace.

— Yo no le he echo nada para que me trate así.

— Derek no tiene motivos para molestar, lo hace por diversión.

— Es un idiota gruñón y amargado.

— Es bueno en el fondo, su pasado lo ha vuelto así.

— Uff re'bueno es.

—De verdad te lo digo, tontito.

— No, está bien, sólo que soy tímido — sonrió apenas.

Estuvimos hablando todas las horas de clase sin poner atención a nadie.

Lydia me cae bien, siempre va de frente de mí y me cuenta muchas cosas sobre ella.
Sonó el timbre de salida y me despedí de ella.

La mañana pasó más rápido de lo que pensé y me encuentro volviendo a casa.
Conocer a una chica extraordinaria me hace sentir bien.

Cuando llego, como algo y rápido me voy a hacer los deberes.
Estuve unas dos horas haciendo todos los trabajos.
Cansado, me dispuse a dormir un rato.
Me despierto por alguien que me movía en la cama, apenas abro los ojos veo que tengo a mi madre a centímetros de mí.

— ¿Qué pasa?

— Tienes visitas. No me dijiste que tenías ya amigos y menos sexys y lindos.

— ¿Cómo?

— Dale, levántate.
No seas descortés, yo me voy a comprar, vuelvo en un rato.

¿Quién podía venir a visitarme? Nadie conoce mi dirección.

Me lavo la cara en el baño, me acomodo la ropa y bajo la escalera lentamente.
Miro por todo el living y no hay nadie. ¿Acaso Claudia está loca?

— ¿Me buscas?
Giro mi cabeza, cuando veo a esa persona quedo helado, mi boca seguramente está abierta en forma de "O".