Capítulo 3

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Narra, Derek.

Estoy aburrido, demasiado aburrido para mí gusto. Son las seis de la tarde y no tengo nada qué hacer, ya había terminado la maldita tarea del colegio. Aunque no lo crean, soy aplicado. Creo que todavía no me echaron por mis buenas calificaciones o tal vez porque me tienen algo de compasión...por mi historia.

Algún día les contaré...

Miraba el techo de mi pieza como si fuera interesante.

Fue, entonces, cuando unos ojos cafés, hoyuelos, lunares demasiado atractivos y a la vez tiernos, aparecieron en mi mente y reflejados en la pintura del techo.

Me levanté de la cama de golpe y pateé el ropero furioso.

¿Qué carajos me estaba pasando? Respiré por unos segundos para tranquilizarme. Luego caminé hasta la puerta de mi habitación, salí baje las escaleras.

Me dirigí a la cocina para servirme un vaso de agua.

-Niño Derek ¿Necesitas algo?-
-No nana, estoy bien-
-Está bien, yo estaré en el jardín. Por si necesitas algo-

Ella es como mi mamá.

Bueno, en realidad es mi mamá desde el accidente familiar, la quiero mucho y siempre estuvo cuando la necesité.

Me quede apoyado en la mesa, bebiendo el agua, hasta que apareció el ser más desagradable del mundo: mi tío.
Peter Hale.

-¿Qué haces acá? – me dijo con su voz fría.

-Nada – le dije seco.

-Te dije que no quería verte cuándo yo apareciera por la casa-

-¿Y yo qué sabía que ibas a venir justo ahora?-
-No te conviene hacerte el vivo mocoso, anda y lárgate de mi vista-

No queriendo enojarlo preferí irme y abandoné la casa azotando la puerta.
No sabía dónde ir hasta que miré al frente, a la casa vecina.
Caminé hacia ésta para detenerme a unos cuantos centímetros de la puerta.
Respiré profundo y toqué al timbre. Me atendió una mujer muy bella y que seguramente era su madre.

- Hola...yo...¿Se encuentra Stiles?-  pregunté dudoso. 
- Sí pasa, ya lo llamo-

Me quedé mirando el lugar mientras ella desapareció escaleras arriba.
Todo estaba decorado de color crema y chocolate y los muebles se veían muy acordes a la pintura de las paredes.

-Stiles ya baja, yo soy Claudia,  su mamá-
-Un gusto, soy Derek Hale-
-Encantada Derek-

Apenas terminó de hablar, escuché un ruido y me escondí.
Stiles bajaba por las escaleras cuando parándose al llegar al piso vi como miraba hacia todos lados, confundido.

-¿Me buscas?-

El salirle de repente hizo que se girara asustado para cuando al verme, quedarse perplejo.

-¿Qué haces acá?- preguntó frío.  
-Yo...pensé en venir y hacerte compañía- le respondí.
-No...no pareces muy feliz- me dijo.
-No lo estoy- contesté.
-¿Por qué?¿Acaso soy tu pesadilla?- se medio burló Stiles.
-No- negué tanto moviendo la cabeza como por medio de mi voz.
Stiles miró a su madre y vi como ella lo hizo a él.
-Yo tengo que salir a hacer unos recados- anunció su madre. Ambos, de pie en el pasillo principal vimos como se dirigió hasta la entrada y se puso su abrigo para después colgarse el bolso -No creo que tarde pero por si les entra hambre en el frigorífico hay algo de empanada-
-Descuida mamá- dijo Stiles con una hermosa sonrisa pintada en los labios -Ya me las sé apañar yo-
Vi como ella le lanzó un beso para inmediatamente después mirarme a mí.
-Me alegra mucho conocerte Derek-
Traté de no parecer un tonto y todo lo bien que supe le respondí:
-Igualmente señora-
No tardamos en quedarnos solos en mitad del recibidor y callados.
Por suerte, Stiles siempre es el que saca conversación y para mí alivio, ésta vez no fue diferente.
-¿Y...qué te apetece que...ummm...hagamos?-
No sabía bien porqué me sentía tan nervioso y torpe cuando coincidía con él.
¡Por el amor de Dios, Derek, fuiste tú quien decidió venir!
Me regañé a mí mismo en mi interior.
-Pues...no sé- respondí.
Vi como Stiles se llevó las manos a los bolsillos de atrás de su pantalón y comenzó a observar todo el alrededor.
Después regresó la vista a mí.
Apretó los labios dándome a entender que estaba pensando.
Finalmente dijo:
-¿Qué opinas de ir a...tomar un helado?-
Yo asentí con la cabeza.
-Genial- volvió a sonreír -¿Qué...qué sabores te gustan...chocolate, fresa, vainilla...- me preguntaba mientras me hizo un gesto con la mano para que lo siguiera hasta donde tenía colgada la sudadera que solía ponerse para ir a clase.
-Me da igual- le contesté.
-Algún sabor preferido tendrás digo yo- repuso él a la vez que agarró las llaves de su Jeep y abrió la puerta -Por ejemplo el mío es la vainilla-
-El mío también- dije.
Él elevó las cejas mostrando su asombro.
-Wow, qué...qué casualidad-
Uno detrás del otro, salimos de su casa y nos encaminamos hasta su coche.
Casi al mismo tiempo los dos nos subimos y Stiles puso rumbo a la heladería más cercana.

JUNTO A TI [STEREK] |LIBRO I|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora