Capítulo 6

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Narra Stiles.

Viernes por la tarde, exactamente las 4 de la tarde.
En cualquier momento llegarían Lydia y Derek para hacer el trabajo de biología.
Estaba nervioso, demasiado nervioso. Después de lo ocurrido con Derek quedé sorprendido, su olor es simplemente perfecto.

Tocaron el timbre, bajé las escaleras corriendo, cuando al llegar a la puerta me detuve.
La miré.
Fijamente.
Y me sentí nervioso.
Despacio, anduve hacia ésta. Vacilando y dudando.
Parandome frente a ella, aspiré profundamente, cerré los ojos, alargué la mano, agarré el pomo y abrí.
Allí, delante de mí, me encontré con esos ojos verdes clavándose en mí.
Nos quedamos mirándonos a los ojos.
En silencio.
Ninguno abrió la boca.
Hasta que tras unos segundos...

-Hola chicos-
La voz de Lydia saludando me hizo recuperar el sentido y devolverme a la realidad
«¿En qué momento apareció?»
Pensé.

-¿Qué hacen en la puerta?-
Beso la mejilla de Derek y en ese preciso momento sentí envidia
-Hola lindo, lindo- fanfarroneó y agarrando mis mejillas me las apretó.

-Lydia- me quejé riendo.

-¿Qué, bomboncito mío?-
Me la quedé mirando raro
- ¿Qué?- volvió a cuestionar mirándose a sí misma la ropa -¿Tengo algo?-

-¿Bomboncito?- oí refunfuñar a Derek.
Y me di cuenta de lo serio que se veía.

-¿Acaso no lo es?- refirió ella volviendo a agarrar mi cara para mostrarsela a Derek -Anda y mírale bien-
Otra vez, Derek me miró fijamente.
Mi reacción no fue otra que ruborizarme de pies a cabeza.

-Sí... sí que lo es-  contestó el pelinegro en voz tenue.
Me noté la cara arder pero procuré que no se me notara -Es mío...¡EH!- le di un pequeño empujón a Derek haciendo creer que lo tomé a broma lo que acababa de decir y para mi sorpresa, él...
Se rió.
No sonó a una risa falsa sino más bien a una divertida.
-¿A sí?- me preguntó, sonriendo ladinamente.
-Y si...mejor hacemos el trabajo- cambié completamente el tema dejándoles pasar.
Viéndoles caminar hacia el salón, cerré la puerta y fui tras ellos.

Después de un rato con el trabajo, les ofrecí algo para comer.
Así es que, como ahora mismo estabamos, comíamos, mientras hablábamos de cualquier cosa.
El ambiente aún seguía un poco tenso por lo ocurrido minutos antes.
Pero Lydia no parecía notarlo
Ella era la que más hablaba.
Lo hacía sin parar, mientras Derek y yo reíamos, disimuladamente, de sus ocurrencias.

-No pienso seguir. Mi cerebro va a estallar-
Vi como Lydia tiró un lapicero sobre la mesa y se estiró sobre el respaldo de la silla.
-Tu cerebro siempre va a estallar, Lydia- se burló Derek con desdén.

-Je, qué chistoso- replicó ella irónica.

-Bebé, ya llegué-
La voz de mi mamá llegó a mis oídos haciendo saber que venía de trabajar
-Hola, hola- entrando al salón y viendo que no estaba solo, nos saludó sonriendo -No sabía que había invitados- dijo cuando se quedó mirando fijamente a Derek -Umm, yo a ti te conozco- le señaló.
Acto seguido y casi sin darme tiempo a reaccionar lo besó en la mejilla.
-Ma-mamá- me quejé, avergonzado y cubriendo mi cara con las manos.
Ella se me quedó mirando con expresión divertida cuando preguntó:
-¿Se quedan a cenar niños?-
Esa es mi madre.
Siempre cariñosa y amable.
-Le agradezco la invitación, señora,  pero mis padres me esperan- rechazó Lydia educadamente.
Ella empezó a recoger sus cosas para una vez guardarlas en su mochila, despedirse de nosotros.
-Bueno, otro día será- añadió mi madre.
-Claro. Hasta otro día chicos. Hasta pronto señora- terminó despidiéndose Lydia perdiéndose rumbo a la puerta.
Mi madre ya iba a acompañarla pero yo me adelanté.
Caminamos hasta fuera y cerré la puerta.
-¿Quieres que te acompañe hasta tu casa?-
No quería estar con Derek.
-No...pero después quiero hablar contigo-
-¿De qué?-
-De ti y Derek-
-No hay de qué hablar Lydia-
-Sí lo hay-
-Chao- la despedí rodando los ojos para ver cómo se iba caminando y volví al salón.

-¿Y tú Derek, te apetece quedarte a cenar?- oí que le preguntó mi madre.
Él me miró para después hacerlo a ella.
- Sería un placer, señora- respondió sonriendo.
-Perfecto, en ese caso iré preparando la cena- anunció mi madre.
Derek vio cómo mi madre se iba para girando su cabeza, lanzarme una mirada pícara.
Quise enterrarme tres metros bajo tierra, en ese momento.
-No quieres que me quede ¿no?- le oí su pregunta.
-Eso...no es eso- respondí dudoso.
-¿Qué es entonces?-
-No...no sé a qué estás jugando-
-¿Por qué dices eso?-
-Antes me insultabas y...ahora no-
Vi como Derek se levantó y comenzó a caminar hacia mí por lo que retrocedí.
-¿Te pongo nervioso?-
Se acercaba más y más, acortando la distancia entre nosotros.
-¡Aléjate!-
Queriendo impedir que se aproximara más, extendí mis manos y...
Toqué su fuerte pecho.
Me sobresalté cuando me di cuenta lo que había hecho y rápidamente las quité.
Derek aprovechó tal momento...
Y no tardé en verme acorralado bajo su cuerpo.
-¿Te dije que te ves lindo rojito?- susurró a mi oído al mismo tiempo que me acarició la misma mejilla -Me encantas- volvió a susurrarme.
-¿Qué?- no pude reprimir un jadeo.
- Nunca me pasó esto- siguió hablando en mi oído para después besar mi mejilla con infinita ternura.
De inmediato, logré apartarme.
-No...no hagas más eso...por favor- le pedí.
-¿Por qué?-

-Chicos, la comida ya está lista-
Oír el aviso de mi madre desde la cocina me hizo sentirme aliviado.
Ni me fijé en Derek sino que salí disparado hacia la cocina.

JUNTO A TI [STEREK] |LIBRO I|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora