Capítulo 7

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Narra Derek

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Narra Derek.

Me desperté por los rayos del sol que entraban por mi ventana.
Me senté, medio dormido, miré mi celular y marcaban la 11 de la mañana.
Me levanté de la cama y me asomé a mi ventana que daba a la calle.
El día se mostraba algo caluroso mucho sol y el cielo sin nubes, era un sábado estupendo.
Miré hacia la casa del frente de mi casa, algo dentro de mí surgió.
Unas ganas terribles de querer verlo, quería verlo en este instante.

No sé si soy gay, pero él es adictivo, lo necesito como al aire, a pesar de que hace dos meses lo conozco.

Fui al baño, me tomé una ducha rápida y me vestí con lo primero que encontré.
Estaba ansioso por verlo.
No me importa la excusa que iba darle, sólo necesitaba estar cerca de él.

Bajé las escaleras corriendo y me dirigí a la cocina, estaba vacío.
Agarré una barra de granola y una manzana y salí para la casa de Stiles.

— Hola — le Sonreí cuando me atendió.
El miraba con asombro.

— ¿Puedo pasar?

— Este... sí —respondió dudoso.

— ¿Tú mamá? —le pregunté.
Ambos estábamos parados en el medio del living.

— Se fue con unas amigas ¿Necesitas algo?

— Si.

— ¿Qué?

— A ti— me acerqué a Stiles, lo agarré de la cintura y lo apreté a mí, me acerqué a su cuello y aspiré su olor masculino.
Él estaba estático como piedra — Relájate.

— Dudo que pueda hacerlo contigo estando así —

— ¿Te pongo nervioso? — le pregunté sonriendo en su cuello, no sé de dónde yo había sacado tanta seguridad.

— Demasiado.

— Tu olor me mata.

— ¿Por qué haces esto?

— ¿Qué hago? — me separé apenas para poder mirarlo, sus mejillas estaban rojas. Sonreí.

— ¿De qué te reís?

— Tranquilo me encanta cuando te sonrojas.

— Lo siento.

— Por q...

No me dejó terminar porque sus labios se estamparon los míos, Stiles me besaba, pero yo no podía corresponderle, estaba en shock.
Era la primera vez que besaba un hombre y se sentía bien, aunque era muy superficial el beso ya que yo no correspondía.
Se separó de mí al ver que yo no le correspondía el beso.
Se apartó varios pasos observando nervioso y con miedo.

— Perdón, es que yo pensé, perdón.

No le contesté ahora fui yo el que estampó mis labios a los suyos, el demoró en reaccionar hasta que empezó a corresponderme.
Entre abrí mi boca así el beso era más placentero, era lento, sus labios suaves y tibios, su sabor era simplemente suyo, nuestras lenguas danzaban por sí solas.

Mis manos se encontraron en su cintura apretando hacia mí, las suyas acariciaban mi corto pelo.
Nos separamos por causa del aire, sus mejillas estaban acaloradas e igual que las mías, nuestra respiración era entrecortada.
Nos quedamos mirando sin decir nada, sin separarnos.
Las palabras sobraban, un nuevo sentimiento creció en mí.

— ¿Puedes sentir la magia en el aire? Debe haber sido la forma en que me besaste...

— Yo.

— Shhhh me haces sentir cosas que no puedo explicar.

— ¿Yo te gusto? — asentí con la cabeza, sonriendo.

— No estás jugando ¿no? Esto no puede estar sucediendo.

— ¿Por qué? ¿Te arrepientes?

— No es eso, es que yo pensé que me odiabas. ¿De verdad te gusto?

— Ya te dije que sí.
Perdón por maltratarte antes, estoy arrepentido.
Si tu no quieres estar conmigo está bien, lo voy a aceptar.

— Yo te perdono, olvidemos lo de antes. Empecemos de cero.

— Sí —lo volví a besar.

— ¿Vamos a mi habitación?

— oye, oye espera vayamos despacio.

— Idiota, no es lo que crees.

— Te ves muy adorable enojado — volví a reír, él me fulminó con la mirada y se separó de mí — no te enojes — lo volví a agarrar de la cintura y dejé un piquito en sus labios— oye  esto es raro.

— Lo sé y me encanta ¿vamos a mi pieza?

— Está bien.

Subimos las escaleras agarrados de las manos.
Nos acostamos en su cama quedando frente a frente, su cama era chica así que estábamos casi pegados, su respiración con olor a menta chocaba la mía.
Miré detalladamente su cara, sus ojos cafés, tenía alrededor de la pupila un color miel claro, era la primera vez que veía ese detalle, su nariz chiquita y perfecta, sus labios no eran finos, ni gruesos, de un color rojo intenso y sus hoyuelos extremadamente tiernos.

— Nunca pensé que estaría así contigo.

— Yo tampoco, Siempre me creí bastante macho — dije divertido, él sonrió apenas — Cuando me enteré que me gustabas, me fui a tener sexo con una chica.

— Eso fue estúpido.

— Lo sé. Pero tenía dudas.
Me haces sentir cosas que nadie ha logrado hacer.

— Es que soy especial.

— Sí que lo eres.

— Cuéntame algo de ti.

— ¿Qué quieres saber?

— Mm comida ¿Cuál es tu favorita?

— Sin duda la pizza ¿la tuya?

— Pollo y papas ¿color?

— Azul y ¿tú?

— Me gustan todos.

— ¿Por qué te mudaste?

— Yo... lo siento no quiero hablar de eso.

— Está bien ¿Qué es lo que más te gusta hacer?

— Escuchar música y ¿tú?

— Dibujar.

— ¿De verdad?

— Si, hice un dibujo de ti.

— ¿Me lo vas a mostrar?

— Si quieres, sí.

— Sí que quiero.

— Aunque está algo arrugado.
Te dibujé inconsciente, y cuando me di cuenta que te había dibujado lo arrugue de mala gana.

— ¿Me odiabas?

— No, No podría odiarte.
Sólo que... supongo que es mi forma de ser, ser así.

— ¿Tu forma de ser? No entiendo.

— Sí, insultar a los demás.

— No está bien ser así, Derek.

— Lo sé, Supongo que así la gente me respeta, No como mi Tío.

— ¿Qué?

— No es nada.

— ¿Sabes que quiero hacer?

— ¿Qué?

— Besarte.

— Hazlo.

Me acerqué despacio, entre abrí mis labios y lo besé lo más dulcemente que pude.
Una de mis manos buscó la suya y entrelacé nuestros dedos, con el otra mano agarré su cintura y lo acerqué más a mi cuerpo.

JUNTO A TI [STEREK] |LIBRO I|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora