CAPÍTULO 11

218 32 14
                                    

La alarma no dejaba de sonar, siento almohadazos en mi cabeza, los cuales cortaron mi sueño. Me destape para ver y era Jisung medio que trataba de despertarme.

-Ya apaga eso - se quejó, no recuerdo haber puesto una alarma tan ruidosa. Ya eran las 9 de la mañana. Pude dormir lo que necesitaba aún que quería estar un
ratito más en la cama.

Me levanté apoyando mis pies sobre el colchón de Jisung, peine un poco mi pelo y quedé sentado mirando a la pared por varios minutos. Mi estómago interrumpió mispensamientos, era momento de ir a desayunar.

Dejé caer las almohadas sobre Jisung, tenía que devolverselas.

-¿Qué haces?- me preguntó, era obvio quería que se levantara, ¿qué más?

- Vamos a comer algo, o.. ¿no quieres?

- Si quiero, pero esa no es forma de llamar mi atención.

Creo que alguien se había molestado. Tan malhumorado iba a ser. Y obvio que no quería su atención, no la necesitaba, es alguien completamente desconocido no quiero nada de él.

-Tú me haz hecho lo mismo y me ha dolido sabes. - me puse de pie frente a la puerta. - Si quieres comer bien, si no también.

Me puse mis tenis negros y bajé las escaleras. En el camino hacía la cocina recordé lo que había pasado en la noche, la conversación de mi madre con mi padre. Mamá ya se encontraba en la cocina, parecía que ese era su lugar favorito. Seguro preparaba algo rico para desayunar, es muy buena haciendo postres y pasteles.

- Ma, ¿haz hablado con papá?, no me ha llamado desde que nos mudamos... - sabía muy bien que mi padre andaba ocupado y sin tiempo para mí pero quería ir hacia el tema de anoche.

-Si, he hablado pero no pude pasarlo contigo. Esta bien, muy ocupado, pronto volvera a casa. Sabes como es él - me sonrió dándome un beso en la frente, parecía muy contenta. - ¿Jisung aún no se levanta?, les prepare una torta de chocolate. - me miró toda sonriente mientras tomaba su café sentándose en el sillón de la sala.

- Le llevaré las cosas a la cama, quizás le de vergüenza bajar. - Le di la espalda y entre a la cocina. Preparé dos chocolatadas, en mis tazas únicas tazas. Una de ellas lleva mi frase favorita de mi grupo favorito "stray kids everywhere all around the world", obviamente en esa iba a tomar yo.

Al entrar al cuarto vi que aún no estaba levantado, apoyé las cosas en mi escritorio que estaba al lado de la puerta, me saque los tenis y comencé a golpear sus nalgas con la mano. No sabía de dónde había sacado tanta confianza, si tan solo nos conocíamos hace un día.

- ¡AAAAAAA!, ¿QUIERES DEJAR DE HACER ESO?. - gritó mientras reía, por fin no había actuado de una forma malhumorada. - Ya estaba despierto solo me hacía el dormido para que no me hablaras. - sonrió.

- Piri qui ni mi hibliris - me burle. Los dos reímos como si fuéramos viejos amigos con muchas experiencias vividas.

- Me trajiste el desayuno a la cama, que romántico. - Aún reía. La palabra romántico me ponía tímido, no quería que las cosas se malinterpretaran. Le alcancé la chocolatada y el plato con los trozos de torta. Siempre pretendía atender bien a los invitados.

- Anoche.. ¿no escuchaste murmullos? - pregunté, quería hablarlo con alguien, y solo me quedaba hacerlo con él.

Mamá actuaba extraño, y no sentía comodidad hablándolo con ella. Casi siempre viene a contarme por su cuenta, yo nunca le preguntaba nada.

-¿murmullos?, ninguno. ¿Alguien se metió a la casa? - me miro asustado.

- No, los murmullos eran de mi madre platicando con mi padre sobre vos... - fruncí el ceño.

Estaba confundido, no sabía si era adecuado contarle que mi madre piensa en no dejarlo irse de casa. Que lo quiere mantener prisionero y en vigilancia.

- Ah, okey. Entonces bien, supongo que tu madre tenía que consultarlo con tu padre. No hay drama - se puso tranquilo

- Vos no tenes algo para contarme, ¿no?, de tu pasado o de dónde vienes. - Necesitaba saber, ya era hora.

- Bueno, tengo muchas cosas para contarte. No sé si será bueno para vos, te puedes meter en problemas. Pero creo que vos y yo tenemos una conexión por eso yo hoy estoy aquí.

Mis manos comenzaron a temblar, me había puesto nervioso, su mirada sincera me había recorrido toda la piel. Por fin estaba a punto de contarme sobre él y no podía controlar mis emociones.

- ¿C-cómo que conexión? - apreté mis manos.

- Eso es lo que aún no sé. Anoche me la pasé pensando y analizando todo lo que ocurrió. Y me di cuenta de varias cosas, que tú no creeras en este momento. Tampoco creo que me creerías si te digo que yo.. - se calló, me quedo mirando a los ojos con seriedad, parecía que le costaba decirme algo.

-¿QUÉ? - grité por la desesperación, y en seguida tape mi boca. - Dilo por favor

- Bien, el día que entre a tu casa no fue ni por la ventana, ni por la puerta. Yo no me encontraba en esta dimensión. Es díficil de explicar todo en un día, y más cuando por fin estoy sintiéndome en casa. Quiero apartarme de todo lo que me ha pasado pero veo que es imposible.

Quedé mirando el piso, aún no captaba bien lo que me había dicho. La palabra dimensión me había asustado, ahora me venía con dimensiones, tengo cara de tonto acaso. Seguro se estaba excusando para que no lo viéramos como un ladrón.

- Seguro piensas que es mentira, y son tonterías mías para no contarte sobre mi pero te estoy dando mucha información valiosa. Si quieres la tomas, y si no mejor. Creo que en cualquier momento vas a necesitar y querer saber más, y ahí te lo contaré mejor si... puedo.- Le metía suspenso a cada oración, estaba teniendo la necesidad de morder mis uñas.

Aún no sabía que decirle, una parte de mi le creía ya que él era el chico de la sombra y los reflejos los cuales pensé que eran una broma.

- Entonces, cuando me mudé y estuve solo en casa. ¿Vos eras aquella sombra que aparecía en la noche y aquel reflejo que aparecía durante el día?

- Si, eras el único que me veía y no sé por qué. Pero me ayudaste a volver Hyunjin. Creo que nosotros dos tenemos una conexión fuerte. De alguna u otra forma nosotros dos conectamos aquel día donde me ayudaste a salir de ahí, y así pude escapar de la oscuridad que me tenía atrapado hace más de 11 años.

- Ya está, esto se está volviendo mucho para mí. Podemos dejarlo acá, siento que me ahogo con tanta información que un no se procesar. Desayunemos y demos una vuelta fuera de casa.

Los dos comenzamos a comer la torta de chocolate que había hecho mi madre. Me estaba sintiendo ahogado, sus palabras y mis pensamientos me seguían. Mastique lentamente cada trozo de la torta, quería distraerme con eso. Me sentía raro, como si un recuerdo quisiera aparecer en mi cabeza, pero algo lo bloquea.



NO LO MIRES. (HyunSung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora