Celos

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Contrario a lo que todos creían, el ego por las nubes de la potencia americana era inexistente.

Él no era egocéntrico, tampoco una mala persona, o bueno, al menos lo era la mayoría del tiempo.

Veía a México entablar una conversación con uno de sus mayores rivales: Rusia, y seguro este quería poner al latino en su contra, como muchas veces en el pasado había intentado, pues, aunque sabía que en sí México como representación no podía hacer nada, como persona en un puesto alto, podía hacer mucho.

Se levantó de su lugar y mientras caminaba, acercándose a los tricolor. Pensaba en lo asqueroso que era el ruso, y en lo jodido e imbécil que era.

—What do we have here? (¿Qué tenemos aquí?) —llamó la atención de los dos country's, sonriendo prepotente. —An asshole and a bitch. Russia, if you want to take away territory from Mexico let me tell you that all its states are useless. (Un imbécil y una perra. Rusia, si deseas quitarle territorio a México déjame decirte que todos sus estados son unos inútiles.) —.

—America... —el ex-soviético tomó una pose amenazante.

Era una advertencia que no pensaba tomar enserio.

—Come on, everyone knows that Mexico is useless, except to exploit their lands and keep them. Texas was excellent for my economic benefit, just like New Mexico. (Vamos, todo el mundo sabe que México no sirve para nada más, excepto explotar sus tierras y quedarte con ellas. Texas fue excelente para mi beneficio económico, al igual que Nuevo México.) —la sonrisa prepotente seguía allí, haciéndole notar tan locamente grotesco. —And if you want to sleep with him, let me tell you that you have bad tastes (Y si te quieres acostar con él déjame decirte que tienes malos gustos.) —y rio como si hubiera sido el chiste más gracioso de la vida.

—Tengo que irme, hasta luego, Rusia. Fue un gusto charlar contigo.

América saltó imperceptiblemente de pronto, conociendo aquel tono bajo del emblema de águila.

Mierda, la había jodido demasiado, de nuevo.

—What? Mexico, don't go, please. (¿Qué? México, no te vayas, por favor.) —y el ruso empezó a seguir al del emblema de águila mientras el 50 estrellas seguía parado sin ver a nada en específico, pensando en porqué era tan hijo de perra.

.....

—México, perdóname. —pedía disculpas por novena vez el americano, a través de la puerta que los separaba, mientras escuchaba al latino llorar audiblemente del otro lado. —No volverá a pasar, te lo prometo —.

—¡Siempre dices lo mismo! —le gritó entre hipidos, totalmente dolido, molesto con todo lo que sucedía, por el tiempo en que llevaba siendo así.

Siempre era igual. América le humillaba y hasta le llegaba a golpear frente a todos para luego disculparse en privado.

Tenía que soportar que lo llamarán "La perra de América" y que el presidente de su esposo y este le humillaran en televisión internacional para ser el simple entretenimiento de jodidos burócratas y gente patriota americana.

—¡Ya no puedo, América! ¡No lo soporto! —se levantó de golpe de aquella gigante y mullida cama para abrir la puerta de roble negro de la habitación en la que se encontraba, encontrando al de 50 estrellas sin sus negros lentes, mirándole fijamente del otro lado. México se limpió las lágrimas y poniendo una mano en la mejilla del patriota lo acercó. Miró la ausencia de uno de sus orbes y sin poder evitarlo realmente, salieron más sollozos. Se abrazó al pecho del mayor ocultando su rostro. América se limpió sus propias lágrimas y abrazó al latino con todas sus fuerzas, apretándole. Se sentía como una despedida y él no lo iba a dejar ir. —Creo que debemos... Debemos... —

—¡No, please, Mexico!

—¡Pues entonces ya no lo hagas! —se separó un poco y miró la cara del contrario. —¡Hemos estado juntos desde que somos colonias y nadie lo sabe! —el mexicano se rompía allí. Algunas de sus quejas saliendo —Tengo que soportar tus teatros con modelos y representaciones y que me golpees para guardar apariencias y tú... No sabes cómo me duele —.

—I... (Yo...) —

—¡Yo no puedo seguir así!. Yo estoy orgulloso de lo que somos ¿por qué tú no?

—Cambiaré —susurró América y México soltó un quejido, abrazándolo acomodó su rostro en el gran pecho y suspiró.

Sabía que nada cambiaría, pero no podía dejarlo, no podía, pues el intenso amor que le tenía era más grande que su amor propio.

FIN

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Perfect Stories °UsaMex° [Terminada] ✔✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora