Fall In Love Again ~ Soukoku

Capítulo II

Actualidad

-él es el último- con voz firme pero baja un azabache de puntas blancas respondió a la interrogante de su líder, la misión había sido más simple de lo que parecía consiguiendo atrapar y someter a los miembros de la Agencia de Detectives Armados que se encontraban en el lugar a excepción de... -Dazai san ¡tenga cuidado!

-por fin, me estaba preguntando que hacer para llamar tu atención traidor - que importaba el arma que apuntaba a su cabeza o la expresión fría de su excompañero en un intento de ocultar sus emociones

- a pasado un tiempo Dazai- el pelirrojo no flajeo ni mostro temor en ningún momento, no se podia dar ese lujo delante suyo, dudar en sus acciones solo le traería graves consecuencias -pero lo diré una sola vez, deja ir a mis compañeros - quito el seguro del arma sin retroceder ni un solo centímetro

- vamos Chuuya sabes que no lo harás, cualquier tonto puede darse cuenta de ello - se inclino lentamente acercándose a su rostro permaneciendo a pocos centímetros de distancia - tu simplemente no puedes matarme

-continuas siendo el mismo insufrible aún después de cuatro años - bajo el arma sosteniendo con su mano libre la corbata del más alto aceptando esa invasión a su espacio personal - pero dejame decirte algo interesante - rozó sus labios con los contrarios deseoso por sentirlos como en el pasado -tu estúpido juego funciona de ambos lados - llevo el cañon del arma a su sien dispuesto a morir en ese lugar o al menos eso demostraba porque sabía que Dazai no iba a permitirlo

La expresión del castaño era todo un poema, evidenciaba que esa conversación no tenía cabida en sus planes, incluso que ya había perdido ese enfrentamiento

- ¿y bien? ¿que haras ahora? liberaras a mis subordinados o me dejaras ir? Señor jefe de la mafia - una sonrisa ladina se formó sobre sus mejillas de manera retadora

- sueltenlos- ordenó con  resignación y sus subordinados accedieron sin titubear - pero tu irás conmigo Chuuya sino... - movio su diestra en señal para Akutagawa quien libero las espinas de rashomon - ellos mueren

Nakahara lo pensó por un par de segundos accediendo al final y entrego el arma de fuego al mafioso, no sentía ni una pizca de temor ¿que le podían hacer? ¿torturarlo? Dazai no lo permitiría.

-Chuuya san- el joven albino quizo detenerlo, no sólo porque ingresar a las instalaciones de la mafia portuaria era entrar a la boca del lobo sino por un motivo de mayor pesar- no puede ir por...

- ¡Atsushi! - elevó la voz interrumpiendo su oración, los mafiosos no tenían por que saber su más profundo secreto - te lo encargo a ti- sonrió con cariño y tranquilidad antes de marcharse

Subió a uno de los autos negros que los esperaban, el castaño tomó asiento a su lado permaneciendo en un silencio total,  habían tantas cosas que decir, largas explicaciones que dar pero las palabras no salían de su boca.

-¿y bien? ¿no dirás nada? -

-¿que quieres saber? ¿porque me fui? creo que es bastante obvio - el pelirrojo mantenía la mirada en el camino observando los grandes edificios y todas las personas que recorrían las calles - me canse de ti

- Chuuya, crei que estabas muerto - lentamente tomó una de sus manos enguantadas - crei que te habían asesinado, te busque durante meses y después de dos años apareciste como parte de esos detectives ¿porque me traicionaste?

- Dazai yo- cuanto quería decirle la verdad pero el riesgo era alto, quería volver con él demostrarle cuanto lo amaba pero era peligroso y a su lado lo único que podría encontrar era la muerte - yo me canse, no podía seguir en ese absurdo conflicto, tu querías acabar con todos como lo hizo el antecesor de Mori

- sabes que lo hice por nosotros, por nuestro futuro - dio un largo suspiro con molestia - tu querías una familia y yo intentaba hacer de Yokohama un lugar seguro para nuestros hijos

- ¡eso no tenía nada de seguro! sabían quienes éramos y donde encontrarnos, en cualquier momento podían matarnos y con hijos solo podíamos estar más vulnerables - presionó sus puños con fuerza buscando calmarse - quiero bajarme, dejame ir

- no, quiero saber que ocultas - el auto se detuvo por un semáforo dando la oportunidad al detective de bajar y salir corriendo por la avenida -¡Chuuya! ¡Chuuya vuelve! maldita sea -

Lo siguió por varias cuadras hasta que llegaron a un callejón, si utilizaba su habilidad lo perdería de nuevo y si eso ocurría no se perdonaría

-¿de que huyes Chuuya? - lo acorraló, no tendria salida si lo tocaba, solo eso bastaría pero antes de tomarlo por los brazos este dio un salto mientras un tono carmesí rodeaba su cuerpo pasando por sobre el muro de concreto  -¡Chuuya! - su grito retumbó por todo el lugar dando un fuerte golpe a la pared lastimando sus nudillos -¿porque me rechazas Chuuya?