Capítulo XIV

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Con cada día transcurrido se acercaban más al ruso y a su hija, no perdieron tiempo volviendo a atacar a los pequeños grupos de los barrios bajos que podían otorgarles aunque fuese un poco de información sobre la localización de los extranjeros, sin embargo mientras las semanas pasaban la desesperación del pelirrojo se volvía cada vez más evidente

- Chuuya - el castaño entró al apartamento observando el desorden del lugar, no sólo las botellas de alcohol se encontraban tiradas por el suelo sino también objetos que en algún momento mostraron una hermosa decoración que provocaba ese sentir cálido de un verdadero hogar - Chuuya es hora de irnos - camino a la habitación ignorando a su alrededor y al abrir lo encontró ahí sobre el futon profundamente dormido abrazando un oso de felpa con fuerza - Chuuya despierta - lo movio ligeramente removiendo los mechones de su rostro percatándose del tenue color rojizo de sus mejillas, nariz y ojos debido a haber llorado durante tantas horas

- Dazai... ¿que hora es? - se sento sin soltar el peluche observando en la pantalla del celular la hora, seis con treinta y ocho - lo siento, me quedé dormido - se puso de pie evitando cualquier contacto visual con el más alto - me daré un baño rápido esperame aquí

- Chuuya - lo tomó por la muñeca para que no se alejara atrayendolo a su cuerpo - deberías descansar hoy, yo me haré cargo de todo

- ¿que? ¿acaso te has vuelto loco? - se soltó de forma brusca formando sobre su rostro una sonrisa llena de dolor para evitar que las lágrimas acumuladas en sus ojos bajaran - no voy a dejar de buscar a mi hija... no evitaras que siga buscándola, ya es suficiente que lo tenga que hacer a tu manera

El mafioso para mantener un orden dentro de Yokohama así como la frágil paz entre las organizaciones del Gobierno y la Port Mafia había preparado una estrategia para cada uno de sus ataques, manteniéndolos de bajo perfil a menos que fuese necesario utilizar el poder destructivo del pelirrojo, pero de no haber sido por esto el detective se hubiese dejado consumir por la oscuridad de su corazón y destruido la ciudad convirtiendola en cenizas solo para recuperar a su hija, eso era algo que Dazai lo sabía a la perfección.

- iré a darme un baño, estoy listo en 15 minutos- buscó su ropa limpia en el armario antes de salir de la alcoba

Bajo el caudal de agua fria Nakahara continuaba lamentando su deplorable estado, la situación que lo llevó a terminar de esa forma, tan débil, tan vulnerable, tan patético, solo quería encontrar a la castaña y huir lo más lejos posible, ocultandola del mundo si era necesario para mantenerla a salvo de aquellos que quisieran aprovechar su poder o utilizarla para venganza contra el líder de la mafia.

Estaba tan inmerso en sus pensamientos que no escucho cuando la puerta se abrió, menos los pasos que se acercaban hasta que la cortina de baño se deslizó

- ¿que demonios...? ¿que haces aquí? lárgate -

No pudo negarse ni detenerlo cuando sintió como lo jalaba por la muñeca y lo acercaba contra su pecho, cuando esos brazos lo tomaron por la cadera en un abrazo estrujandolo sin lastimarlo

- llora si es necesario pero quiero que tengas en cuenta que no estas solo Chuuya - acarició su cabello mojado suavemente sin importarle que el costoso traje que llevaba quedará arruinado pues su preocupación ahora era el pelirrojo - se que duele y no tienes que ocultarme lo que estas sufriendo, no tienes que encerrarte para lamentar lo que ocurrió porque también te necesito y es por ti que intentó mantenerme fuerte, pero solo juntos vamos a encontrarla, si nos dejamos llevar por el dolor la habremos perdido

- Dazai... solo quiero que esto acabe - se aferró a su gabardina sollozando a lo bajo, cuanto necesito un hombro para llorar pues desde su conversación en la mafia no volvió a demostrar esos sentimientos que lo atormentaban día y noche - solo quiero a mi hija de regreso, ya no lo soporto

- lo se, pero estamos cerca de encontrarla solo se paciente un poco más - se separó un par de centímetros observando sus hermosos orbes zafiro antes de acercarse a sus labios uniendolos en un beso lento y dulce, aun teniéndolo completamente desnudo delante suyo no demostraba lujuria, sus caricias eran delicadas y se limitaban a su espalda y cadera, no buscaba ir más allá aunque lo deseara, ese no era el momento - termina de ducharte y vamos por nuestra hija

Solo recibió un leve movimiento afirmativo por parte del menor quien tras cerrar la cortina término de lavar su cuerpo, al terminar se arreglo como cada día aparentando que se encontraba bien.

- vamos Chuuya - tomó su mano entrelazando sus dedos saliendo del apartamento

Subieron al auto que los esperaba, solo serían ellos dos como muchas otras veces, estaba preparado a lo que tuviese que hacer sin importar a quien debía de matar, ya no se limitaba porque al final había vuelto a trabajar para Dazai solo por esa ocasión

Durante todo el camino permaneció con la mirada atenta a los edificios hasta que llegaron a las afueras de la ciudad, una enorme casa que marcaba el límite entre Yokohama y la bahía de Tokio y según lo que sabía de esta era un sitio de reunión de los líderes de las mafias y yakuzas de todo Japón.

Era igual a esa noche, su pasado estaba por repetirse

-¿que hacemos aquí? - el auto se estacionó pero no bajo continuaba sosteniendo la mano del mafioso temeroso de lo que podía pasar

- Katzenbach esta ahí y él nos día donde está Dostoievski, pero necesito que me escuches - un ligera sonrisa se formó sobre sus mejillas acomodando un mechon naranja detrás de su oído - se va a ocultar con su habilidad porque lo enviaron a matarnos

- ¿que? no puede hacerlo menos en medio de... - no sabía cómo decirlo, todos los que estaban presentes eran criminales peligrosos y si comenzaban una pelea ahí mismo los convenios entre organizaciones se verían perjudicadas

- así es, por eso quiero que no pierdas el control, solo lo atraparemos ¿entendido? - bajo sus dedos sobre sus niveas mejillas hasta sus labios donde delineó con su pulgar.

- Dazai san, él está aquí lo encontramos - habló la voz del auricular de uno de sus subordinados que vigilaba el interior - esta solo como menciono

- ya es hora Chuuya, hay que entrar -

Al bajar el pelirrojo observo nervioso el lugar, solo debía controlar sus emociones, mantenerse cerca del castaño y pronto todo llegaría a su fin, pronto recuperaría a su pequeña y todo quedaría en el olvido

Fall In Love Again ~ SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora