Capítulo IX

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Dos días después la búsqueda inicio.

Nakahara volvió a formar equipo con el castaño, pasaba la mayor parte del tiempo dentro de las instalaciones de la Port Mafia dando así la oportunidad de que el líder de la Organización pasara más tiempo con su hija, como le prometió pues no iba a quitarle la oportunidad de ser su padre.

No recordaba la última vez que la vio tan feliz.

Aún con las grandes cantidades de trabajo otorgaban tiempo a la niña, jugaban con ella, comían con ella y le ayudaban a sus tareas, parecía que nunca se separaron, que formaron la familia que ambos desearon alguna vez y que el arrepentimiento que albergaban en sus corazones nunca tuvo su lugar ahí.

Pero todo era tan falso, solo era un sueño y una fantasía que cubría la realidad así como a la muerte que los acechaba día y noche mientras más se acercaban al que los amenazaba.

Siempre se repetía la misma escena, cerca de la media noche llegaban a los barrios bajos o a los almacenes de la costa donde Nakahara atacaba a las pequeñas células criminales, traficantes de armas que robaban y se negaban a obedecer a la mafia, tras ser recibido con una lluvia de balas los paralizaba con su habilidad evitando que pudieran huir y dejandolos para Dazai quien los torturaba buscando la información que necesitaban.

Luego solo los veía sobre el pavimento sin vida, no tenía duda eso no era algo que pudiera extrañar de ser su compañero, la maternidad de alguna manera lo conviertio en alguien menos sádico

- ¿entonces que te dijeron? - mantenía la mirada en la ventana del auto observando el inmenso mar a su lado, quizás cuando todo acabará llevaría a Hikaru a nadar, sería bueno para ella

- solo una más, pero cambiaremos el método - menciono mientras tecleaba la pantalla donde le informaban de la seguridad de su hija - Kouyou dice que Hikaru esta bien, duerme, así que te llevaré a tu apartamento y mañana enviaré a que la lleven a la escuela

- Dazai quisiera volver a llevarla yo, a ella no le gusta ir con tus subordinados - volvió la mirada al mayor cruzando una de sus piernas de manera inconciente pero mostrando un mínimo ápice de preocupación en su rostro, su hija después de esas semanas comenzaba a resentir la ausencia de su madre

- ¿te dijo algo? ¿le hicieron algo? -  bajo el móvil dando su completa atención a su excompañero, no quería hacerse ideas negativas pero ya había amenazado que quien la hiciera llorar la pagaría muy caro- ¿que fue lo que pasó?

- nada, solamente no le gusta, esta acostumbrada a que mi trabajo no interfiera cuando estoy con ella - bajo la mirada ansioso comenzando a jugar con sus manos - y le dan miedo los extraños

- Chuuya el motivo por el que puse a alguien a su cargo es porque tu necesitas dormir, acabamos los trabajos a las tres de la mañana y te levantas a las seis para llevarla a la escuela, esto te hará daño en algún momento y necesitamos todo tu poder para acabar con esto - con delicadeza sostuvo el mechón rojizo que caía sobre su hombro acercándose y aspirar el aroma del menor pasando su diestra alrededor de su cintura

- solo mañana ¿si?- elevó la mirada dandose cuenta de la cercanía de sus rostros, podía sentir su aliento combinarse con el contrario y como los pocos centímetros que los separaban desaparecían hasta notar la suave presión sobre sus labios - Dazai, no lo hagas... - lo empujó con ambas manos intentando ocultar el tenue sonrojo formado sobre sus mejillas

El mafioso volvió en sí tras escucharlo acomodandose en su lugar, por un momento perdió el control pues deseaba tanto volver a besar esos labios que no supo cuando fue que su cuerpo se movió ignorando las palabras de su cabeza - lo siento Chuuya

- mañana te veré en la agencia, no llegues tarde-

El auto se había detenido frente al apartamento del pelirrojo bajando como si nada, su antigua mentora ya los esperaba y solo los vio alejarse por las oscuras calles, finalmente habían terminado y lo único que quería era descansar abrazando a su pequeña.

〰🔸〰

A la hora programada ya se encontraban todos en la sala de juntas, en esa ocasión él iba a dirigirla demostrando los resultados de su investigación

- su nombre es John Katzenbach- el pelirrojo pasó detrás de cada uno de sus compañeros colocando en la mesa los documentos donde se encontraba plasmado su informe - habilidad La Sombra del Loco - volvió a su lugar observando al mafioso

- hace cinco años la Port Mafia respondió un llamado para buscar a un usuario de habilidad que atacaba a los traficantes del puerto, todos lo describían como una niebla que los volvía locos muy semejante a la habilidad de Yumeno en el que provocaba ilusiones tan vividas y reales, sin embargo nunca lo encontramos - Osamu hizo a un lado las copias recargadose en la amplia mesa - como deben saber envié a Chuuya solo para confirmar la información, sin embargo no solo nos equivocamos de persona sino que también se encontró con el líder de ese hombre

- ¿Dazai de que estas hablando? - Nakahara estaba confundido, aquella vez solo recibió la orden sin conocer el contexto que envolvía esa misión, confío ciegamente y eso le atrajo graves consecuencias - ¿solo fui carnada?

- no, aquella noche debías encontrarte con Katzenbach hablar con él pues no era un lugar donde podrías iniciar una pelea, solo queríamos la información de su líder y la organización pero las cosas no salieron como las planeé - dio un largo suspiro evidenciando la molestia que sentia al recordar la desesperación que lo invadió en cuanto lo supo

- la neblina... hace semanas alguien me atacó, yo ví a Dazai esa mañana pero no era él, fue solo una ilusión- se sentó mientras recordaba llevando sus manos a su cabellera naranja alejando los mechones que caían por su frente - su poder es básicamente para desorientar, mostrando los mayores temores pero dándole un mejor uso puede aumentar su peligrosidad

- tenemos el nombre y habilidad del individuo ¿como vamos a atraparlo? - cuestionó el albino pues no había ni una sola fotografía clara de aquel extranjero

- no queremos atraparlo a él, queremos llegar a quien lo controla, al líder de Las Ratas... Fyodor Dostoyevski- las dispositivas cambiaron mostrando la foto de un hombre de cabellos negros y orbes violetas, un extranjero que mostraba una mirada llena de maldad

El pelirrojo se paralizó, su rostro mostraba el terror que lo invadía, había palidecido y no dejaba de temblar, ese era el hombre que abuso de su cuerpo, que arruinó su vida,  no podía equivocarse, aun si no lo recordaba por completo era imposible no identificarlo.

- Chuuya ¿esta bien? - Tanizaki poso su mano sobre su hombro intentando traerlo a la realidad

- él... es él... -

Fall In Love Again ~ SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora