Decido ir a mi casa, a dormir un poco más. Tomo mi celular del bolso. No tengo nada interesante que hacer, concecto mis audífonos morados a este y reproduzco mi álbum favorito.
En la acera de enfrente veo a un tipo muy atractivo recargado en un auto lujoso, quiero uno de esos.El me mira, y por alguna extraña razón no puedo dejar de verlo. Me es familiar.
Comienzo el trayecto hacia mi casa, me concentro en mis proyectos pendientes. Mis deberes escolares están ya terminados. La casa siempre está limpia, tal vez lo único que tenga que hacer es la comida para Erick.
Faltan dos calles para llegar a mi casa...mi paso es apresurado, siento una extraña sensación, como si me estuvieran siguiendo. Miro a mi alrededor,no hay nadie. Cuando llegó a mi casa entró rápidamente, cerrando la puerta con llave.
Me tranquilizo un poco, mi casa es segura, aunque nunca vi a nadie que me estuviera siguiendo. Miro la alacena para ver qué es lo que prepararé. Esta algo vacía. Debo hacer el mandado.
Anotó casa cosa que falta. Trato de no olvidar nada. En la cocina hay un cajón con llave, este tiene dinero en su interior. De ahí tomo el dinero necesario para hacer las compras.
Salgo y veo un automóvil parecido al que vi afuera de la escuela de mi hermano. Por un momento llego a pensar que era ese apuesto hombre que vi antes de llegar aquí, pero mis instintos fallan. Lo es.
El baja del auto, y yo me apresuro a volver al interior de mi casa. No puedo meter la llave al cerrojo, y en un movimiento torpe estas se caen al suelo. Cuando me incliné a levantar las llaves era demasiado tarde, él ya la tenía en su poder.
–Al parecer esto te pertenece— acercándome las llaves.
– Si, gracias— me levanto y recibo las llaves.
– ¿Hacia donde te diriges?
–Lo siento no te conozco, me tengo que ir ahora.
–No me conoces, pero podríasLlamó mi atención la última frase que este pronunció. Sin embargo no puedo tener relación alguna con alguien mayor que yo. No es correcto.
–No me interesa. Ahora sí me permites, tengo un pendiente
– ¿Te llevo?
–No insistas
– Soy Lucifer Estrella de La Mañana— Saludandome de mano
Empiezo a reírme a carcajadas. Pero su rostro solo está confundido
–No entiendo el motivo de tu risa
– Mira... Miré, no nos conocemos, y no nos conoceremos, por qué simplemente no me apetece lidiar con alguien como usted.
–¿Alguien como yo?
– Está perdiendo el tiempo, si es que está buscando alguna sugar baby que le cumpla su patética fantasía sexual de que usted es el diablo
–JAJAJA— El ríe — ¿Quien te dijo eso?, Yo sé quién eres Renata Cáceres.
Mi expresión cambia al saber que sabía mi nombre.
–¿Que es lo que quiere de mi?
– Llamalo una señal de Dios. No quiero nada de lo que está en tu cabeza. Tal vez tú compañía. Tendrás que hacer un pacto con el diablo.
Sólo lo miro y me adentro en sus oscuros ojos cafes.
–Dime Renata— Mirándome fijamente a los ojos— ¿Que es lo que deseas?
–Que todo vuelva a ser como antes— Contesto inconscientemente.
–Perfecto, sube al auto— Dirigiéndose a su coche
–No. — El se para en seco y voltea a verme
–Subiras por qué quieres a tu papá contigo de nuevo.
¿Qué?, Pero si mi papá está muerto. Reacciono y el ya está en el asiento de piloto. Me acerco lentamente al coche, la puerta se abre sola. Me gusta la tecnología de este tipo.
ESTÁS LEYENDO
La Traición De Lucifer
RandomConocerlo fue lo peor que me pudo haber pasado en la vida.