Mi Maestro El Diablo.

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Todo mi día continuó siendo normal. Ya casi era salida de hecho. Sólo estaba esperando a que la aburrida maestra de matemáticas terminará su discurso sobre el buen estudiante que era Álvaro. Yo no sé por qué lo sobrevaloran. Las chicas lo aman por no tener cerebro. Igual es un patán.

Lucifer entra al salón y le dice algo a la maestra al oído. ¿Por qué tiene que ser tan misterioso?.

– Cáceres, acompañe al profesor a Dirección— Se refiere la maestra hacia mi.

– ¿Hice algo indebido?— Le pregunto a Lucifer

– No, ahora acompañame

–No iré. No me puedes obligar.

– Maestra, por favor venga conmigo usted, ya que Cáceres no me hace caso

La maestra sin pensarlo lo sigue afuera, no voy a negar que me dieron celos, pero no creo que hagan algo afuera del salón, ¿o si?. Me da curiosidad así que decidí acercarme a la puerta a escuchar lo que dicen.

–Entonces, ¿Mañana a las 8?— Pregunta Lucifer a mi maestra

–Si, a las 8. Bueno, tengo que ir a decirles que ya salgan, hasta mañana

Me voy a sentar a mi lugar. Ojalá me hubiera levantado un poco antes. La maestra nos dio indicaciones para salir. No pienso dos veces antes de ir a buscar a Lucifer, quien estaba muy entretenido con un reloj digital. Recargado en un lujoso auto negro con placas "Fallini"

–Hola mi Estrella de la mañana, tal vez tú me puedas ayudar

–No, tu y yo, lo que sea que esté pasando... Se acabó.

– No, aquí se hace lo que yo digo. Lo siento, no te dejaré, hasta que me ayudes.

– Es que ¡¿que es lo que quieres de mí?!, Dímelo y rápido te ayudo. Dímelo. Enserio, me estoy cansando de tus jueguitos.

–Vamonos.—Me responde desanimado

– No, tengo que ir por Erick. Iré por él, yo sola.

– Sube al auto. — Me dice sin voltear a verme

– Que no,¿ no entiendes?

– ¡Que subas te dije! — Alzándome la voz.

Podría jurar que las pupilas de sus ojos  se tornaron rojas. Eso me provoco tanto miedo, que lo único que pude hacer fue obedecer. Me adentre en el coche que no tenía techo alguno. Me coloque el cinturón. ¿Sera él el diablo?. Estar con el me afecta mucho. Recordando que el me había prometido regresarme a mi papá, decido lanzarme a la aventura. Así Erick conocerá a mi papá.

Lucifer sube al auto. Lo pone en marcha hacia el colegio de mi hermano.

– Lo siento Renata. Yo, no quería gritarte de esa forma. No te quería dar miedo.

– No es por que me gritaste Lucifer. Tus ojos... yo los vi...Lucifer, ¿Eres el diablo?

– Si, es lo que he estado tratando de decirte , pero solo te lo tomas a burla.

– Pero, ¿El verdadero?, ¿Cuantos años tienes? Quiero saber todo de ti.

– Por supuesto que soy el verdadero, en cuanto a lo de mi edad...se podría decir que soy tan viejo como el tiempo, me encanta el sexo, las drogas y el alcohol. Y tú. Y las drogas y el sexo

– Espera ,¿que?

– No te lo tomes a mal, pero pensé que te ibas a asustar más y ibas a tardar más procesando esto.

– No hay problema, siempre he pensado que el diablo, bueno tú, eres igual que yo. Todos juzgan sin saber nada de tu vida. Se creen más que tú y ensucian tu nombre.

–Renata, Exacto, tal vez tú me ayudes a entender algo... Te contaré mi historia. En lo que llegamos con tu hermano.

Lucifer me cuenta toda su historia, me es difícil aprenderme los nombres, maze...amenadiel, nombres que jamás había escuchado. Su historia con la detective fue la mejor. Lastima que ya no se hablen. Chloe cree que Lucifer está en el infierno aún. Lucifer no se anima a buscarla por qué cree que ella ya no lo ama. Han pasado 2 años de eso.

Llegamos por Erick, siento que la confianza entre Lucifer y yo aumentó. Sin embargo, no me parece buena idea que él sea mi maestro de Historia.

–Deberías renunciar Lucifer, no creo que sea buena idea eso de que seas profesor, ¿Que vas a saber tu?

– Me estás juzgando sin conocerme Renata, yo estuve ahí cuando Hittler atacó, cuando la guerra fría empezó, etcétera, etcétera.

– Cada vez me pareces más interesante. Aún así, no me gusta que seas mi maestro, deberías volver a tu anterior trabajo...con ella.

–No puedo, no ahora

– y, ¿Entonces cuando?¿Cuando ella ya se haya olvidado de ti?

– Renunciaré, está bien, pero no te prometo nada en cuanto a lo de Chloe.

– Lucifer, haz lo que te haga feliz...

– Tu me haces feliz, por el momento, me gusta hacerte enojar y...

– Sabes que eso no es lo que buscas— Lo interrumpo y se le borra la sonrisa.

– ¿Tu que vas a saber sobre lo que busco?

– Tienes razón, no se qué es lo que buscas, pero espero que pronto lo encuentres.

– Ya te encontré.

La Traición De LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora