12. No Puedo

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Pov Juliana

Era miércoles en la noche, yo ya estaba trabajando en el bar, era mitad de semana y no había mucho público.
Mientras estaba en la barra preparando unos tragos, un hombre entró al bar, cojeaba, se me acercó, vestía traje de oficina, se sentó frente a mí, se desató un poco la corbata y desabrocho algunos botones de su camisa, se veía algo cabizbajo.

-Quiero un whisky sin hielo, por favor —me pidió, yo se lo prepare y se lo serví, lo tomo y lo bebió rápido —Otro —le volví a servir, este miraba su celular, vio el vaso y volvió a beber, sin mirarme me indicó con él dedo que quería más, este hombre tenía problemas, seguramente fue infiel y lo echaron de la casa o le fueron infiel —Por tu cara de preocupación debes querer saber que me pasa, ¿no? —me miro, tenía los ojos cristalizados.

—La verdad es que si, pero se que no es de mi incumbencia —le dije.

—Ella es Mía —dijo mostrándome la foto del celular, era una niña de unos 3 años, cabello rizado, color rubio ceniza y los ojos claros, se parecía al hombre, en la foto estaba sonriendo a la cámara mientras acariciaba un pequeño perrito —. Ese fue su cumpleaños número 3 y le regale ese perro, estaba muy feliz, nunca la había visto tan feliz en su vida.

—Si, se le nota su felicidad, en sus ojos, tiene una hija muy linda —lo felicite.

—Hoy la desconectaron —soltó de repente, yo quedé helada, me miró y vio mi expresión —. Hace unos meses tuvimos un accidente —comenzó a contar. Fue hace 6 meses en el día de este cumpleaños, íbamos de camino a la playa, era de noche, íbamos felices cantando sus canciones favoritas, pero en una milésima de segundos todo cambió —continuó —Unas luces de frente me cegaron, hice una maniobra y lo último que sentí fue un fuertes golpes en el auto hasta que perdí el conocimiento; desperté en una camilla, veía a los médico llevándome rápidamente por los pasillos y me desmaye. Mi esposa y yo sufrimos varias heridas, yo por ejemplo quedé cojo —me mostró su pierna izquierda —Y mi esposa solo se fracturó el brazo —volvío a mirar la foto y unas lágrimas bajo por su mejilla —Pero mi hija tuvo múltiples lecciones y eso le causó el coma, estuvo varios meses conectada y no tenía evolución y no quedaba más remedio que desconectarlo —comenzó a llorar —. Mi hija, mi pequeña —decía entre sollozos —ella era la luz de mis ojos —yo trate de consolarlo, estaba muy mal, y como no, perdió a su única hija, yo estaría igual si perdiera a alguien importante.

—Lo único que puedo decirle es que lo siento mucho —él me miró con los ojos rojos —Pero creo que a Mía, donde quiera que esté, no le debe gustar como esta usted y su esposa, ella debe de estar triste y seguro querrá que continúe con su vida, es joven y puede tener más hijos, y eso no quiere decir que va a olvidarla, se que costará por que es muy reciente, pero debe intentarlo, llore todo lo que tenga que llorar.

—Gracias —me dijo algo más calmado mientras de tomaba el whisky.

Estuve hablando más con él hombre, me contó que él tipo que los había chocado iba ebrio manejando y que solo sufrió algunos rasguños y que estaba en la cárcel por eso y el accidente; también me contó que a su hija la habían cremado y un poco de sus cenizas las lanzarían al mar por que ella nunca llegó a conocerlo, y el otro poco la guardaría para tenerla en un lugar especial en la casa. Después de eso el hombre se despidió de mí y se fue.

Estaba limpiando una de las mesas cuando alguien me abraza por atrás rodeado mi cintura y besando mi cuello, me gire y quedé a centímetros de la boca de Deborah, su aliento apestaba a alcohol.

—¿Estuviste bebiendo? —le pregunté.

—Si, un poquito —respondió, pero su mirada decía todo lo contrario —¿A que hora sales? —se alejo un poco de mi.

—En unos 40 minutos —respondí.

—Entonces te espero —dijo, iba a decir algo pero me interrumpió poniéndome su dedo sobre mi labio —Y sabes que no acepto un no como respuesta, te necesito —dijo —Y se que tu también a mi —tomó mi mano he hizo un recorrido con ella por todo su cuerpo dejándola sobre la tela que cubría su seno, si, no tenía sostén, solo solo era la blusa.

—Tranquila, no me voy a negar —le dije, ella sonrió lascivamente y me beso, era un beso muy desesperado, y la detuve antes de que terminemos teniendo sexo sobre la mesa en mi trabajo.

Entramos a la habitación del hotel, mientras nos besamos salvajemente, eran besos bruscos, chocamos con la pared, con algún mueble, hasta llegar a la cama, ella se quito la ropa, y efectivamente, no llevaba sostén y tampoco bragas cuando de saco el pantalón, comenzó a sacarme la ropa a mi, al tenerme semi desnuda me tiro a la cama, yo deje que tuviera el control, se acostó sobre mi y comenzó a besar mi cuello, el sexo con Deborah es increíble, la necesitaba en ese momento, necesitaba que me hiciera olvidar ese beso con Valentina, no quiero sentir nada, no quiero sufrir y tampoco quiero que ella sufra, si tengo que olvidarla Deborah es la mejor opción.

Cerré los ojos y deje que Deborah hiciera todo lo que quisiera, pero a veces algo que está tan dentro de tu corazón no es tan fácil sacarlo y menos de esa manera; al abrir los ojos, vi los de ella, ese azul que me fascinaba y esa sonrisa que me encantaba, ¿Como era posible que ella estuviera ahí? Si, era un juego de mi mente, pero aún así no me importo, se sentía bien; se que no era real, toque su rostro suavemente y tome su barbilla, me acerque a ella y comencé a besarla lentamente, aunque el beso no era el mismo, solo necesite su imagen para seguir besándola, la tomé de la cintura y de un tirón quedé sobre ella, seguí acariciando su rostro y mire sus ojos y su sonrisa antes de volver a besarla, cerré los ojos, pero al abrirlos volví a realidad, Deborah me miraba extrañada, me levante y me senté en la cama.

—Nunca te había visto así, tan... romántica —me dijo mientras besaba mi hombro —Aúnque no es lo mío.

—No puedo —susurre tomándome la cabeza.

—¿Que no puedes?

—No puedo seguir con esto —conteste señalandonos.

—Claro que puedes, solo cierra los ojos y disfruta —dijo apegándose a mi con su cuerpo desnudo, me aleje —¿Qué pasa?

—Me tengo que ir —le dije, busque mi ropa.

—Ya no digas tonterías y vuelve a la cama conmigo —ordeno, encontré mi ropa y me comencé a vestir.

—De verdad me tengo que ir —tome mi chaqueta y mi casco.

—Juliana, no me puedes dejar así —dijo molesta.

—Lo siento, adiós —dije, salí de ese lugar, se que grito mi nombre pero no iba a volver, no me importa que se enoje conmigo, tome mi moto y me fui de ese hotel para nunca mas volver.

Y así fue.

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Chio 🐾🐾🌈

I Can't Help Falling In Love With You [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora