XXI

715 67 7
                                    

— ¡Al fin conozco a la famosa novia de Joel! —la voz ronca y fuerte me hizo dar un salto en la silla en la que me encontraba.

"¡Mierda!" pensé.

Ya no había marcha atrás. Estaba ahí, y él estaba ahí también, esperando a que yo hablara con él y Joel iba a enojarse mucho.

Me puse de pie rápidamente mientras extendía mi mano con torpeza ante el hombre que tenía frente a mí. Era alto y regordete; sin embargo, el color de su piel era idéntico al de Joel y compartían parte de su fisionomía. No logré descifrar que era, pero tenían un parecido extraño.

—S-Soy _______, mucho gusto, señor Pimentel —tartamudeé con nerviosismo.

—Por favor, llámame Esteban. ¡Pasa!, ¡Siéntate, por favor! —dijo.

Estábamos en uno de sus restaurantes.

Mía tampoco estaba de acuerdo con lo que tenía en mente, pero me había llevado hasta ahí sin protestar. Aún no era hora de apertura y los empleados corrían de un lugar a otro limpiando.

Caminamos entre las mesas hasta sentarnos en una del fondo.

— ¿Qué te trae por aquí? —dijo en tono afable.

Mi corazón acelerado latió con más intensidad dentro de mi pecho.

"¡No lo hagas!" dijo una voz dentro de mi cabeza, a la cual, ignoré terriblemente.

—Joel accedió a realizarse la operación —solté con un hilo de voz.

Esteban alzó las cejas con sorpresa diciendo —Yo quiero pagarla.

Tragué saliva ruidosamente mientras me ponía el cabello tras las orejas —Joel no quiere eso. Es por eso que estoy aquí. Él quiere trabajar para ahorrar y pagar su operación. Creo que es admirable que quiera trabajar y pagar su operación, pero conozco las limitaciones en el plano laboral para una persona con una discapacidad visual. Mis papás son invidentes y optaron por un negocio propio, debido a que no había trabajo para ellos en ningún lado —dije sintiendo un nudo en mi garganta.

— ¿Entonces, qué propones? —dijo Esteban alzando las cejas esperando mis opciones.

Él sabía que yo tenía algo en mente. Miré hacia todos lados, como si alguien fuera a llegar a impedirlo en algún momento y tomé una inspiración — ¿Quizás si dijéramos que el seguro accedió a cubrir un ochenta por ciento? —Sugerí —, yo me encargaría de conseguir la otra parte.

— ¿Cómo sería eso? —dijo él con interés.

—Mía y yo venderemos... — ¿Cómo decirle a un hombre que venderíamos productos del cuidado femenino, maquillaje y accesorios sin ponerme colorada como un tomate? —, productos para mujeres en mi universidad. Además, conseguí trabajo en un restaurante de mesera, confío en poder reunir quince mil pesos en un mes —dije sintiendo la vergüenza filtrarse en mi cuerpo.

Esteban alzó las cejas con asombro mientras decía —Estás enamorada.

Bajé la mirada hacia mis dedos entrelazados en mi regazo sintiendo el calor en mis mejillas. Cuando alcé la vista, Esteban tenía una sonrisa tierna dibujada en los labios y los ojos empañados por las lágrimas.

—Joeo es muy afortunado de tenerte. No cualquiera hace algo así por nadie —dijo.

Sentí las lágrimas picar en mis ojos pero me obligué a tragar el nudo de mi garganta. —Haría cualquier cosa por él —dije en voz baja.

—Joel jamás había tenido una relación que durara más de un mes. Debe estar enamorado para estar contigo durante tanto tiempo —observó.

Alcé mi rostro, asombrada. ¿Cómo sabía eso?

Though I can't see you- Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora