II

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—¿Te encuentras bien?— me preguntó mi mamá mientras cerrábamos  el local de la tienda.

Sonreí y dije:— Sí.

—¿Qué tal fue todo con el hijo de Patricia?

Suspiré:— Extraño...—admití— No es un niño como yo pensaba, tiene mi edad.

Mi madre sonrió— Oh, claro...

—¿En qué piensas?— inquiri entrecerrando los ojos.

Era el tipo de sonrisa que mi madre utilizaba cuando tramaba algo.

—Es el destino— dijo sin más.

Bufé rodando los ojos al cielo— Me voy a la cama— anuncie.

—Descansa, amor.

Pasé por la sala de casa, que se encontraba anexa al local y encontré a mi papá escuchando la televisión desde el sillón de su estudio. Me acerque y bese su mejilla antes de dirigirme a mi habitación a dormir.

A la mañana siguiente, me desperté, me duche y me vestí.

Unos vaqueros entallados, una blusa cómodo holgada y un jersey me vistieron. Me mire al espejo; mi cabello húmedo llegaba a mi cintura y mis ojos castaños lucían cansados. Tome un poco de polvo e intenté cubrir las manchas debajo de mis ojos sin mucho éxito, me pase un poco brillo por los labios y máscara de pestañas.  Tome una goma para el cabello y mi mochila; me haré una coleta ya que mi cabello se hubiera secado.

Al salir de clases, me dirigí directamente a la casa de Patricia. Me sorprendí al ser recibida por una chica bonita.
Una chica que no había visto el día anterior y el corazón se me encogio en el pecho. No había considerado que quizá, Joel tendría su novia.

Su cabello negro era muy similar al de Joel, pero estaba perfectamente estilizado en risos suaves; el tipo de risas que mi melena jamás podrá tener. Sus ojos cafés me miraban fijamente y su perfecta piel morena parecía resplandecer, era delgada y una cabeza más alta que yo.

—H-hola— murmuré sorprendida.

—¡Hola!— me saludo con calidez— Tú debes ser ____. Mucho gusto soy Mia.

—M-mucho gusto— tartamudeé.

—Pasa, por favor— dijo.

¡Dios mío! Debe ser una novia realmente formal para tener la libertad de invitar a pasar a alguien a una casa que no era suya.

Debía admitir que era una chica preciosa, digna de un chico como Joel. La punzada en mi pecho apareció repentinamente y me obligué a bajar la mirada.

—Mi hermano te espera en su habitación— dijo dirigiéndome una sonrisa amable.
—¿T-tu que?—tartamudee confundida.

Ella rió— Joel es mi hermano— me anuncio— dijo que cuando llegarás te dijera que pasarás a su habitación.

Una extraña sensación de alivio me recorrió el cuerpo y me regañe mentalmente  por sentirme de aquella forma.

—Gracias— dije en un suspiro aliviado.

Ella rió de forma extraña— tratalo bien— me guiño un ojo— me contó lo que hiciste ayer.

No pude evitar ruborizarme.

Subí las escaleras rápidamente pero al estar frente a la puerta me congelé.
Pero me atreví a pasar.

—Pasa—dijo la voz de Joel desde adentro.

Fruncí el ceño confundida y entre.

—¿Cómo sabías que era yo?

Rodó los ojos como si fuera la pregunta más estúpida que le hubieran hecho en toda su vida.

Though I can't see you- Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora