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Hikaru

Hace varias semanas que no sabía nada de Keita, al menos no desde la vez en la que estábamos almorzando después del partido y él se fue diciendo que se retiraría temprano porque tenía algo que hacer con Ichiro-san.

Durante todo este tiempo el pensamiento de preguntarle a los amigos de Keita por el paradero del mismo no dejaba de rondar por mi cabeza, pero me da vergüenza acercarme a ellos.

Dos semanas pasaron, y yo seguía sin tener ninguna noticia de él, por lo que decidí tragarme los miedos y caminar firmemente hacia los asientos de Kaido-kun y Okumura-kun; quienes se encontraban hablando entre ellos, evidentemente cansados y decaídos.

—Ahm... disculpen —ambos voltearon a verme y se atragantaron con sus bebidas.

Kaido-kun tardó unos minutos en reponerse de su ataque de tos, así que Okumura-kun habló conmigo.

—¿Pasa algo, Naoko-kun?

—Sí, esto... Keita, es decir, Kenta, ¿saben algo de él? —pregunté un poco temeroso ante la idea de que no quisieran decirme.

Okumura-kun suspiró. Parecía estar debatiendo en su interior si contarme lo que sabía o no.

—Verás Naoko-kun...

—¿Por qué te interesa? —Nishimiya Yuu hizo acto de presencia y no pude evitar dar un pequeño saltito del susto. Desde niño me ha intimidado su afilada mirada verdosa.

—Ahm...

—¿Ahora te preocupas por él? —su hostilidad me hizo fruncir el ceño.

—Siempre me he preocupado por él —ella rio sin gracia alguna.

—Mira, Naoko, mejor haznos un favor a todos y regresa a Tokio.

—Mi-Miya-chan —Okumura-kun quiso intervenir, pero bastó una mirada de ella para que permaneciera en silencio.

—Si te preocupará mínimamente sabrías dónde está, cómo se encuentra o si algo le sucedió —continuó hablando al mismo tiempo que se acercaba a mí. Involuntariamente agaché la mirada.

—Su, su celular está apagado.

—O quizá solo no quiere contestarte.

—¡Miya-chan es suficiente! —Kaido-kun se puso de pie y tomó uno de sus hombros alejándola de mí—. Verás, Naoko-kun, Kenta se sentía mal así que Ichiro-san lo llevó al hospital.

—¿Qué? ¿Es muy grave? ¿En qué hospital está?

—Tranquilo, ahora mismo está en su casa descansando, hoy en la mañana lo dejaron volver a su hogar —explicó Ren. Hikaru no espero ni un segundo más y salió corriendo sin dejarlo terminar.

Nishimiya chasqueó su lengua, dejándose caer en su pupitre, y Taichi le ofreció unas papas fritas que la rubia aceptó. Masticando con furia.

Ren suspiró observando por donde Hikaru se había ido.

🌻🌻🌻

Hikaru corría por los pasillos de la escuela importandole muy poco empujar o ser empujado y recibir insultos por ello.

También ignoró los gritos de atención de los profesores y profesoras. Nada le importó y salió del recinto pasando por delante del guardia de seguridad de la escuela. El hombre le llamó, pero nisiquiera volteó a verlo.

Corrió por las calles que conocía de memoria hasta llegar a la casa de su amigo, sintiendo sus piernas temblar, su nariz quemar y sus pulmones apretarse por el esfuerzo físico; inhalando y exhalando en un intento de calmarse.

Adore You (Gay) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora